La silenciada muerte de Stefano Cucchi

La silenciada muerte de Stefano Cucchi
Stefano Cucchi, tenía 31 años cuando, en 2009, fue detenido por tenencia de drogas. Una semana después, fallecía en un hospital carcelario tras haber sufrido una brutal paliza a su paso por comisaría. El caso saltó de la crónica local a la prensa nacional... pero nunca pasó de ahí. Durante los siete días de arresto dio tumbos por centros de internamiento y calabozos y su familia no pudo visitarle. La breve autopsia no señalaba a ningún responsable. Tras cientos de horas de procesos, 10.000 páginas de sumarios y la 140 personas que tuvieron contacto con él durante esas horas no ayudaron a concluir lo que parecía lo mas evidente para su familia y para casi todos en el país a juzgar de como estaba en su última semana, muy delgado, con dos vertebras rotas, todo el cuerpo amoratado y llevaba días suplicando que le trajesen sus pastillas para la epilepsia. Todo esto, hacía dudar de los "expertos" en los que los tribunales confiaron y que conjeturaban otras causas de muerte como hipoglucemia, caída accidental, desnutrición, ausencia de tratamiento y epilepsia. Desde un primer momento, la familia apuntó a la actuación policial como responsable de su muerte. En estos nueve años, las sentencias han culpado y luego absuelto a médicos y guardias carcelarios.  Pero hace un par de años un nuevo informe reconocía las fracturas y violencia en el cuartel por lo que cinco carabinieris fueron acusados de homicidio involuntario y perjurio.  Mientras, el sindicato de Policía seguía defendiendo que el joven no murió por la violencia de sus agentes. Ahora, un nuevo capítulo surge, por primera vez, uno de los carabinieri que presenció la brutal paliza que mató lentamente a Stefano durante una semana ha acusado a los responsables. Francesco Tedesco, es el agente que ha roto el muro de silencio, causado un gran impacto en Italia. “Les dije: ‘¡Basta, qué hacéis! ¡Cómo os permitís tratarle así…!”. Tedesco,  es uno de los cinco carabinieri acusados y describió de esta manera parte de la escena.  “Fue una acción combinada. Él perdió el equilibrio por la patada de D’Alessandro (uno de los carabinieri), luego lo empujaron y cayó contra un banco. La siguiente patada fue muy dura, recuerdo escuchar el ruido”, puede leerse en su declaración, según recogió la agencia Ansa.

Por su parte los acusados por Tedesco, Alessio Di Bernardo y Raffaele D'Alessandro declaran a través de su abogado: "Somos inocentes, todo se vuelve doblemente trágico si agregamos la traición de un colega. Una actitud que es dictada por razones oportunistas".

Que se hable de nuevo del caso es un nuevo triunfo de la familia Cucchi, la hermana de Stefano, Ilaria, colgó en sus redes sociales este mensaje nada más conocer la noticia. “Proceso Cucchi. El muro ha sido abatido. Ahora sabemos y serán muchos los que tengan que pedir perdón a Stefano y a la familia Cucchi” https://twitter.com/cucchi_ilaria/status/1050360157010620416 El ministro del Interior y vicepresidente de Italia, Matteo Salvini, defendió siempre a los militares y llegó a decir que "la hermana se tendría que avergonzar, da asco" sobre la lucha por la verdad que emprendió Ilaria Cucchi. Ahora, Salvini ha invitado a la familia al Ministerio. "El día en que el ministro del Interior me pida disculpas a mí, a mi familia y a Stefano entonces podré, antes no", le ha respondido ella. Este extraño caso silenciado en Italia ahora además tendrá más voz que nunca, a través del altavoz de Netflix, en más de 190 países. La película del director Alessio Cremonini, En mi propia piel, que participó además en el festival de Venecia, cuenta la trágica historia de Stefano. La repercusión de la película, en la que Illaria Cucchi, participó aportando toda la documentación, sin ocultar las partes más oscuras de Stefano, un delincuente callejero, un drogadicto incapaz de reformarse, un maleante, ha sido espectacular en Italia. De hecho, el filme se ha convertido en una bandera social y se ha proyectado gratuitamente en decenas de plazas y universidades. El actor Alessandro Borghi sufrió un cambio radical en su aspecto para encajar en la piel de Stefano.
Fuentes: El País, Fotogramas, tpi