LA MUERTE DEL PERIODISMO

ABC - La Razón - El Mundo: propaganda política disfrazada de periodismo

El Tribunal Supremo ha confirmado ayer miércoles la sentencia que fijó la Audiencia Nacional que condena al PP por beneficiarse de los negocios corruptos de la trama Gürtel. También ratifica las condenas de prisión para 29 acusados y la responsabilidad civil a título lucrativo del PP y de la exministra Ana Mato. De este modo, el PP es condenado como beneficiario a título lucrativo de la trama Gürtel y se certifica la existencia de una caja B, aunque no fuera objeto de la causa. Se trata del primer partido político de España condenado como organización. Sin embargo, los lectores de medios de comunicación como La Razón, El Mundo o ABC (tres de los principales periódicos impresos nacionales) tendrán una idea muy diferente de la realidad, puesto que han tergiversado la sentencia hasta tal punto que resulta ridículo. Un paso más en la muerte del periodismo. 

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ABC - La Razón - El Mundo: propaganda política disfrazada de periodismo

La objetividad total no existe en el periodismo. Desde la selección de temas, al enfoque de la noticia o la elección de las palabras para contar lo sucedido (entre otros) hacen que exista una irremediable subjetividad en todos los medios de comunicación, sin excepción. Los periodistas tratan de minimizar esta subjetividad y ser lo más profesionales posible en su importantísima labor de informar a la ciudadanía del modo más neutral que pueden. Sin embargo, hace tiempo que los periodistas profesionales han ido siendo reemplazados de los grandes grupos de comunicación por dóciles voceros de los intereses de los dueños de la imprenta, hasta límites tan surrealistas como el de hoy. 

El caso que tratamos hoy sobre la muerte del periodismo es tan evidente y dramático que casi duele. Si bien el hecho de que cada medio de comunicación tenga una vertiente ideológica determinada no parece algo especialmente dañino, el mentir abiertamente y a sabiendas debería ser considerado delito. El daño que hace a la sociedad el no poder confiar en el periodismo es tremendo. Y sí, los grandes medios de comunicación estatales mienten abiertamente y a sabiendas cuando lo consideran necesario. Es el caso de la información ofrecida hoy en diversos medios sobre la sentencia del Tribunal Supremo hecha pública ayer. 

El auto es claro y no ofrece lugar a demasiadas interpretaciones: confirma la sentencia de hace más de dos años de la Audiencia Nacional según la cual el Partido Popular y la exministra Ana Mato se beneficiaron económicamente de la trama Gürtel. La sentencia considera que el PP financió ilegalmente campañas electorales en Madrid con 245.492,80 € de la trama y en el caso de Ana Mato que obtuvo regalos mientras era diputada y esposa del alcalde de Pozuelo por valor de 27.857,53 €. Se ratifican también las condenas de prisión para 29 acusados que fijó la Audiencia Nacional, de los cuales once son condenados a más de 12 años de prisión. 

Pues bien, tras leer esta sentencia, los medios de comunicación más conservadores del Estado español se han planteado el reto de darle la vuelta por completo y venderlo como un triunfo para el PP. Parece increíble, pero está sucediendo. En La Razón por ejemplo el titular de hoy es: "El Supremo desmonta la moción: El PP no delinquió en la Gürtel". Que algunos de los implicados en la trama mientan para intentar lavar su imagen o evadir responsabilidades entra dentro casi de lo lógico. M. Rajoy por ejemplo ha asegurado que esta sentencia es una "reparación moral". Pero que un medio de comunicación que se supone profesional mienta tan alegremente ya es más preocupante. El ABC comienza su nota del siguiente modo: "Las afirmaciones de la sentencia dictada en 2018 por la Audiencia Nacional sobre la primera época de la trama Gürtel que desencadenaron la moción de censura que costó el Gobierno a Mariano Rajoy eran arbitrarias e «innecesarias». Esa es la conclusión a la que ha llegado el Tribunal Supremo...". En El Mundo han sido un pelín menos manipuladores: "El Supremo rechaza los párrafos que motivaron la moción contra Rajoy". La buena noticia es que ya no se puede caer más bajo en la profesión.  

Hemos llegado a un punto en el que la desinformación es más importante que la información, y desde los estamentos más tradicionales de la sociedad lo saben. Vivimos una época de especial inestabilidad. El mundo cambia, evoluciona y progresa a marchas forzadas, y muchos de los que han estado arriba hasta ahora ven peligrar su privilegiada posición. Y por eso utilizan sus poderosos altavoces mediáticos para crear confusión, desinformar y enfangar el debate social sobre el futuro que queremos. Muchos conocemos estas tácticas. Pero muchos otros están secuestrados ideológicamente por esta prensa manipuladora al servicio de unos pocos. Queda mucha trinchera.