La cantante Maruv rechaza representar a Ucrania en Eurovisión por presiones políticas

La cantante Maruv rechaza representar a Ucrania en Eurovisión por presiones políticas

El Festival de Eurovisión 2019 nació ya con polémica. Desde que la israelí Netta con su Toy se alzara con la victoria el año pasado, no han dejado de surgir voces críticas a que se celebre el festival en Tel Aviv, incluso claman al boicot. Desde el movimiento BDS (un movimiento liderado por palestinos por la libertad, la justicia y la igualdad) se ve como una estrategia para mostrar la "la cara mas bonita de Israel" y blanquear y distraer la atención de sus crímenes de guerra contra los palestinos.

Pero el último eurodrama está teniendo lugar esta semana y lo protagonizan Ucrania y la que iba a ser su representante, Maruv.

La cantante había ganado la final nacional para interpretar su canción Siren Song en el certamen que tendrá lugar en Tel Aviv el 18 de Mayo. Sin embargo, la politización diaria de Ucrania se hizo presente y las duras condiciones que desde el país se le imponían a la cantante si quería ir a Eurovisión han hecho a Maruv declinar la oferta de cantar en el concurso.

Ya en la gala final para elegir al representante se notaba la politización en el concurso. Había seis finalistas (entre ellos Brunettes Shoot Blondes y su piano con 20 instrumentos del que ya le hablamos desde Eulixe) y los tres favoritos venían con polémicas y llamamientos al boicot. En el dueto Yuko, uno de los integrantes es ruso lo que no se veía con buenos ojos y en el otro dueto Anna Maria, son originarias de Crimea y tienen allí a sus padres. En el caso Maruv, de ascendencia rusa, vivió un duró momento frente a Jamala, la vencedora de Eurovisión 2016. La ucraniana no dudó en preguntarle si “¿Crimea es Ucrania?” a lo que Maruv contestó de manera afirmativa aunque la agresividad de la pregunta ha destapado una ola de críticas de los eurofans.

Finalmente fue Maruv quien se alzo con la victoria, pero la organización y la televisión estatal ucraniana le empezaron a citar unas normas muy restringidas a la representante. Según un comunicado de la cantante, tras una reunión de 7 horas no se pudo llegar a un acuerdo.

Los derechos de la canción, con la que MARUV debía representar a su país en Eurovisión pertenecen al sello ruso Warner Music Russia y su primer concierto en solitario, organizado por este sello, debía tener lugar el 6 de abril en Moscú. Sin embargo de haber aceptado las clausulas de la delegación ucraniana, la canción pasaba a ser propiedad de quienes ellos decidan. Por otra parte, la cantante pasaba a ser "embajadora cultural de Ucrania", por este motivo, no puede actuar en Rusia hasta 3 meses después de Eurovisión. Se incluía otra clausula que prohibía de hablar con periodistas sin autorización previa y la completa aceptación de todos los requisitos que le planteasen, con amenaza de multa de hasta 65.000 euros en caso de incumplimiento.

"Soy ciudadana ucraniana, pago impuestos y amo a Ucrania con toda sinceridad. Pero no estoy dispuesta a actuar bajo lemas que convertirían mi participación en el concurso en una campaña de promoción de nuestros políticos", escribió Maruv en su cuenta de Facebook.

Ucrania ya busca un nuevo representante para el certamen entre los que destaca el grupo Freedom Jazz.

Este episodio deja cada vez más claro que la politización del país llega hasta límites absurdos fruto de varios factores, especialmente la clase política y el nacionalismo-populismo de su discurso, en parte, descontrolados