Inteligencia francesa: «La gestión de la crisis alimentará nuevas protestas»

El Servicio Central de Inteligencia Territorial (SCRT) informa de una posible radicalización de las protestas sociales en el país después de que termine el confinamiento. Las críticas al gobierno aumentan mientras se escuchan voces que llaman a la unión de luchas entre los "chalecos amarillos" y el sector sanitario. Todo indica que una vez superada esta crisis sanitaria, las protestas sociales vividas durante el 2019 volverán a exigir una redistribución de la riqueza y un sistema más justo y sostenible, y los servicios de inteligencia lo saben. 

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Inteligencia francesa: «La gestión de la crisis alimentará nuevas protestas»

A medida que trascurren las semanas, la sociedad francesa se muestra cada vez más crítica con la gestión que está efectuando el ejecutivo ante la crisis generada por el SARS-CoV-2. Mientras que desde la izquierda se interpreta el confinamiento como «el totalitarismo de un estado», la derecha alimenta teorías de la conspiración sobre el origen de la pandemia.

Según una encuesta del IFOP (Instituto francés de opinión pública), una amplia mayoría de la población cree que el gobierno ha ocultado información (81%), no ha actuado a tiempo (76%),  no está dando los medios necesarios al sector de la sanidad (70%) y no se está comunicando adecuadamente (68%).

A día de hoy (14 de abril), se contabilizan 95.403 casos activos, 14.393 muertos y 27.186 curados en el país galo. Es el tercer país por número de muertes en la Unión Europea, detrás de Italia y España.

Tal y como ocurre en la mayoría de los Estados afectados por el coronavirus, la crisis se está cebando con los sectores sociales más vulnerables, especialmente con aquellos que han sido marginados y abandonados por el sistema.

En el departamento administrativo de Seine-Saint-Denis (los suburbios parisinos) -zona de alta densidad, ingresos bajos, servicios públicos deteriorados y población de origen inmigrante- se está registrando un aumento considerable de muertes, por ejemplo, en un momento donde el Gobierno anima a la gente a ir a trabajar.

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También hay que destacar la presencia de unas clases medias empobrecidas, en pequeñas ciudades y en el entrono rural, que no pueden permitirse el teletrabajo y que están sufriendo las consecuencias generadas por el confinamiento.

Algunos colectivos, que han adquirido presencia social recientemente, llaman a la movilización a medida que se suavicen las medidas de reclusión. Y este hecho, ha encendido las alarmas dentro del Servicio Central de Inteligencia Territorial (SCRT), el encargado de proteger los "valores republicanos".

El diario Le Parisien ha tenido acceso a ciertas notas confidenciales del servicio de inteligencia donde se puede leer lo siguiente: «El día después es un tema altamente movilizador para los movimientos de protesta. El confinamiento ya no permite las manifestaciones públicas, pero la ira no se debilita y la gestión de la crisis, que es muy criticada, alimenta la protesta», afirma el SCRT en los análisis fechados el 7, 8 y 9 de abril. 

«No confinarán nuestra rabia. ¡Salgamos a la calle cuando acabe el confinamiento! ¡Pongamos al poder en cuarentena!», dicen, según subrayan ciertas fuentes, algunas consignas que han sido lanzadas estos días. Por su parte, otras voces han hecho un llamamiento para que se efectúe la unión de luchas entre diferentes sectores como el de los "gilet jaunes" (chalecos amarillos) y el sector sanitario, muy crítico por la falta de máscaras, test de detección y las laxas medidas de confinamiento.