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Etiopía: un año que acaba, una guerra que continúa

La guerra de Etiopía, que tuvo su inicio a finales del año pasado tras la ofensiva gubernamental sobre Tigray, está muy lejos de resolverse. Y esto a pesar del anuncio por parte del gobierno de Abiy Ahmed, que ha regresado otra vez al frente de Afar, de la toma por parte del ejército etíope de una serie de localidades de la región Amhara –Arjo, Fokissa y Boren-, en poder de los rebeldes del Tigray People’s Liberation Front (TPLF), en la estratégica ruta de la carretera que conecta Woldia con Mekelle, capital de Tigray, así como la recuperación también de las poblaciones de Dre Rogam y Sodoma.  
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Etiopía: un año que acaba, una guerra que continúa

Por Angelo Nero - NR

Por otra parte, aún sin confirmar los avances gubernamentales, la BBC ha informado que las fuerzas tigriñas han retomado la histórica ciudad de Lalibela, Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco, después de que permaneciera solo once días en manos del ejército federal, en una estrategia de contraofensivas generalizadas por parte del TPLF. Lalibela tiene una docena de iglesias rupestres monolíticas, excavadas en la roca en los siglos XII y XIII, que han sido respetadas por los combatientes tigriños, desde la toma de la ciudad en el pasado agosto.

Continúan también las detenciones masivas generalizadas de personas de etnia tigriña y oromo, simpatizantes del TPLF y el OLA, lo que ha provocado la condena de EEUU, Reino Unido, Canadá y varios países de la Unión Europea, que se han mostrado también preocupados por las graves violaciones de los derechos humanos, especialmente por los relacionados con la violencia sexual, registrados en varios informes de las Naciones Unidas, a la vez que han realizado un llamamiento a las partes implicadas en el conflicto para un alto el fuego.

Pese a ello, el líder del TPLF, Debretsion Gebremichael, ha descartado un cese de las hostilidades: “El frente terminará lo que ha empezado, porque el plan del enemigo consiste en exterminar a la gente de Tigray y a sus líderes. Han mostrado su odio, no dejan nada para mañana. Lucharemos contra el enemigo con vigor, y los combates seguirán hasta que les enterremos.”

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La organización Human Rights Watch también ha acusado, en un nuevo informe, de “aparentes crímenes de guerra” a las fuerzas tigriñas en Chenna y Kobo, en la región Amhara, “que ponen de relieve la urgente necesidad de que todas las partes en conflicto en Etiopía den prioridad a la protección de civiles”. También el Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha suspendido la distribución de ayuda en el este de Amhara, tras el saqueo de sus almacenes en Kombolcha y Dessie, atribuido a las fuerzas tigriñas.

Según informa el Somali Guardian, “las fuerzas de Tigray han recapturado también la ciudad de Gashena, horas después de retomar Lalibela. El grupo rebelde dice haber causado grandes pérdidas al ejército de Etiopía durante días de enfrentamiento.” También se hace eco de los avances del Oromo Liberation Front (OLA), en la toma de nuevas áreas en la región de la Oromía, como Mote, en Wama Hagalo. El portavoz del OLA, Odaa Tarbii, ha señalado, desde su cuenta de twitter: “El OLA ha obtenido importantes victorias en East Walaga, West Shawa, East Shawa, Hararghe y Gujli. Muchos convoyes de refuerzos enviados por el régimen de Abiy nunca llegaron a su destino. El régimen ahora está orquestando una campaña mediática para cubrir sus pérdidas.”

Mientras el año acaba, en Etiopía, la guerra continúa.

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