Democracia “Made in Spain”
Juzgar con tanta contundencia la desobediencia civil pacífica y la organización de un referéndum es un hecho que demuestra claramente la baja calidad de la democracia española, por muchos vídeos promocionales que el gobierno haga intentando dar la imagen opuesta. No se trata ya de defender o no el independentismo, sino la libertad de expresión, el diálogo y la justicia social. Porque las condenas impuestas a los políticos catalanes son sin duda un castigo, una venganza y un aviso a navegantes. A pesar de que parece evidente que durante el Procés se cometieron delitos, igualmente obvio se vuelve leyendo la sentencia el hecho de que es desmesurada y, sobre todo, sienta un peligrosísimo precedente. Basándose en esta resolución, en el futuro se podrá condenar a similares penas de prisión a todos aquellos que protesten pacíficamente, ya sea en contra de un desahucio o ejerciendo resistencia pacífica en una huelga o manifestación, exista violencia o no. Imágenes como la del 15M en Madrid resultarían muy difíciles de repetir a día de hoy viendo las penas a las que se expondrían todos los participantes y organizadores. Un salto en la jurisprudencia que es claramente un retroceso en las libertades de toda la ciudadanía.
La sentencia abre una válvula jurídica que es muy peligrosa. El exceso en el ejercicio del derecho de manifestación no puede ser castigado o calificado como sedición. Hay figuras jurídicas en el Código Penal que están en medio como es el atentado a la autoridad, la desobediencia o, incluso, los desórdenes públicos. Pero esta sentencia da un salto importante y lo lleva a la sedición que, por cierto, tiene una pena de prisión muy similar a la de un homicidio - José Manuel Paredes, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Oviedo
Primeros apuntes sobre la sentencia. Voy por orden:
— José Luis Martí (@jlmarti2025) October 14, 2019
1) La sentencia es sorprendentemente corta (493 páginas). La del juicio del atentado de Madrid del 11-M (similar en complejidad, en duración del juicio -57 vs. 52 sesiones-, por número de testigos -300 vs. 422) tuvo 722 páginas!
Acaba un día que durará años
— Jordi Évole (@jordievole) October 14, 2019
Sentencia durísima
No solucionará nada
Más distancia entre unos y otros
El conflicto se eterniza
Pena máxima.
La mayoría de los 33 procesados por el golpe de estado del 23F fueron condenados a penas menores que los políticos del Procés. En España es más grave convocar un referéndum que sacar tanques y entrar disparando en el Congreso.
— · Hibai Arbide Aza · (@Hibai_) October 14, 2019
Una sentencia no puede juzgar intenciones ni hipótesis.¿Qué hechos reales justifican penas tan graves? ¿Por qué se trata a Oriol Junqueras a la manera de un "gran criminal" con 15 años de prisión? Esto es "decisionismo" autoritario y no justicia democrática.
— manuel rivas barrós (@Rivasbarrs) October 14, 2019
La #SentenciaProces evidencia que el franquismo dejó atado y bien atado el asunto judicial. Penoso. Peligroso. https://t.co/ZizFfVNkbN
— Carlos Bardem Oficial (@carlosbardem) October 14, 2019
De todas las condenas la más insultante, la más antidemocrática es la condena a la Presidenta de un parlamento por permitir un debate parlamentario. El Reino de España no es que no sea una democracia, no lo es, es que no sabe ni lo que es eso.
— Suso De Toro (@SusodeToro1) October 14, 2019
Más represión
El poder se puede ejercer de múltiples formas, pero se pueden reducir a dos: por las buenas o por las malas. Y esta decisión afecta a la forma de entender y acatar ese poder por parte de la ciudadanía. El Estado español ha optado por la vía de la confrontación (en parte siempre ha reaccionado así antes los nacionalismos, no es nada nuevo), y las penas impuestas ayer lo reafirman. Como era de esperar, estas penas a los representantes políticos catalanes ha tenido una reacción por parte de la ciudadanía, que se ha organizado en torno al Tsunami Democrátic, movimiento promotor de las protestas vividas ayer, y que el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, ya ha asegurado que está siendo investigado. También ha descartado que el Gobierno se plantee indultar a los políticos condenados. Por las malas.
Por supuesto que hay investigaciones, tenemos unos servicios de inteligencia eficaces y terminaremos sabiendo quien está detrás de estos movimientos del Tsunami Democràtic - Fernando Grande-Marlaska
Tsunami Democrátic es un movimiento calcado a la estructura de comunicación creada para el operativo del 1-O que consiguió hacer llegar las urnas a los colegios electorales, pero que ha aprendido de los errores. El esfuerzo por mantener el anonimato de la cúpula es evidente: Protonmail (correo electrónico cifrado con servidores en Suiza de máxima seguridad) y Signal (una de las aplicaciones de mensajería más seguras) son las herramientas de comunicación principales en la organización, y Telegram y Twitter para llegar al gran público. Los coordinadores desconocen quien está arriba. A través de esta red, se coordinó ayer la protesta en el aeropuerto del Prat, que fue duramente reprimida por las fuerzas de seguridad.
Los señores de uniforme policial deberían mantenerse un poco más serenos, no parece que corran mucho peligro sus vidas y menos para dar de palos repetidas veces, incluso a colegas #periodistas ¿o es que ni ven a quien pegan? https://t.co/MvghOE4od8
— Javier Bauluz (@javierbauluz) October 14, 2019
URGENTE: Furgoneta de Mossos no para ante la presencia de manifestantes y se los lleva por delante.
— Juan Miguel Garrido (@Juanmi_News) October 14, 2019
¡¡¡ESTO NO SE PUEDE CONSENTIR JODER!!! @mossos @MiquelBuch #Tsunamidemocratic #SpainIsAfasciststate #ThisIsTheRealSpain #Catalunya #Catalonia pic.twitter.com/NPBHjaPWie
La periodista francesa @EliseGaz ha sido agredida brutalmente por los Mossos. Mañana los grandes medios de comunicación en España lo esconderán. Toda mi solidaridad. pic.twitter.com/DTBeXT5rBO
— Fonsi Loaiza (@FonsiLoaiza) October 14, 2019
Tret de foam de mossos directe a la cara, ha salvat l’ull de miracle. pic.twitter.com/7fZ0erKnH7
— Jordi Borràs (@jordiborras) October 14, 2019
Acabo de ser disparat i ferit amb un projectil 'foam' pels @mossos mentre cobria els esdeveniments d'avui a l'aeroport. Anava acreditat com a premsa amb l'armilla i el braçalet reglamentaris. Això d'avui, no té nom. pic.twitter.com/vfqIh5ILBD
— Joan Giralt (@jogiralt) October 14, 2019
Policía golpea brutalmente en la cabeza a un manifestante quieto en el Prat.#Tsunamidemocracti #SentenciaProces #Catalunya #Catalonia #ThisIsTheRealSpain #NoesJusticiaEsVenganza #SpainIsAFascistStatepic.twitter.com/KAUuTGXRom
— Juan Miguel Garrido (@Juanmi_News) October 14, 2019
Este chico que es apaleado hasta dejarle en el suelo es @sergi_vela. Ahora mismo están atendiéndole en Urgencias pic.twitter.com/rA0mkIvSil
— AOLDM (Al Otro Lado del Muro) (@BerdaderaH) October 14, 2019
Constitución y libertades
Son muchos los que defienden que, según la legislación vigente en el Estado español, llevar a cabo una consulta de autodeterminación es ilegal por el hecho de ser anticonstitucional. A partir del pacto alcanzado en el 78, la Constitución se convirtió en un elemento blindado, garante según algunos, del pacto alcanzado en la transición. Por ejemplo, haciendo referencia al modelo territorial y al derecho de autodeterminación son necesarias mayorías políticas muy difíciles o casi imposible de obtener en las Cortes Generales para llevar a cabo las modificaciones pertinentes. Este hecho dificulta todavía más el reconocimiento legal del derecho de autodeterminación. Hay que subrayar que esta lógica responde a una voluntad política muy concreta, que pretende salvaguardar cueste lo que cueste la unidad territorial. El hecho de que países como Canadá o Reino Unido hayan llevado a cabo referéndums demuestra que si hay voluntad política es posible dar una respuesta democrática a las demandas expresadas por la ciudadanía.
La sentencia del Supremo mete virtualmente en prisión a muchos demócratas pacíficos que no compartimos el proyecto independentista de @jcuixart , pero que creemos con él que ni la Constitución ni el Constitucional ciñen todas las aspiraciones democráticas de los españoles
— Santiago Alba Rico (@SantiagoAlbaR) October 14, 2019
El proceso catalán ha estado marcado, desde el inicio, por una lógica basada en la movilización pacífica, en la protesta no violenta. Los líderes catalanes siempre han subrayado el hecho de que la única vía que han defendido ha sido ésta. Muchas veces, las acciones se han limitado a convocar marchas multitudinarias que han servido tanto para demostrar la fuerza como para expresar el descontento general hacía la respuesta del Estado. Tanto ERC como el PDeCAT se han posicionado a favor de esta estrategia, por ejemplo. No obstante, esta lógica ha creado divisiones importantes dentro del movimiento independentista (muy patente en las diversas movilizaciones), ya que otro actor clave que sería la izquierda independentista ha defendido una vía más contundente, centrándose más en la desobediencia civil radical, llevando a cabo, por ejemplo, ocupaciones de distintos edificios públicos. Además, hay que subrayar que las únicas acciones violentas (muy limitadas) que se llevaron a cabo en distintas ocasiones se efectuaron como respuesta a la reacción policial.
Cuando el proceso de polarización empieza a estabilizarse (haciendo referencia a las elecciones al Parlamento de Cataluña del 2017), se activa el mecanismo de la parte radical. En las dos partes empiezan a diferenciarse las posiciones moderadas, y junto a la radicalización de los extremos de las dos partes (defensores del 155 por un lado), y por el otro lado “los que apuestan por crear la república mediante la desobediencia” (Puigdemont y la izquierda independentista), empieza a afianzarse el espacio intermedio para el consenso: PSC, ERC, Comú, Podemos y los más moderados del PDeCAT. Para conseguir un referéndum pactado, es posible que haya que impulsar la parte radical que defiende la república, como amenaza creíble. Es la lógica de la mecánica de fluidos - Mario Zubiaga profesor de Ciencia Política de la Universidad del País Vasco, 2018
Muy probablemente la sección moderada que defendía la república (presente en el Gobierno), aunque discursivamente nunca ha apoyado la lógica defendida por la izquierda independentista, haya “ayudado” a afianzar la parte radical (mediante ordenes que limitaban la actuación de los Mossos, por ejemplo) siguiendo la lógica mencionada por Zubiaga.
La realidad, no obstante, nos enseña lo siguiente:
- La efectividad política de las manifestaciones multitudinarias ha sido muy limitada. Ha sido una estrategia eficaz para tejer y movilizar un sector (y en ese sentido han tenido mucho éxito) pero el inmovilismo se ha convertido en norma.
- No se ha afianzado de manera eficaz, hasta ahora por lo menos, la "parte radical" en favor de la república. No ha obtenido el status de “amenaza creíble” y no ha podido abrir un camino para la celebración de un referéndum pactado. Poco a poco este sector ha ido desmovilizándose y las acciones han ido disminuyendo tanto en número como en importancia.
La ocupación de infraestructuras criticas (líneas del TAV y el Aeropuerto del Prat) demuestra que una parte de la población no ha abandonado la lucha. El tiempo dirá, si este lunes marca un punto de inflexión en la estrategia independentista, o no.