La "Vivian Maier rusa" se convierte en una estrella 20 años después de su muerte

Un niño sonríe tímidamente a la cámara en Orekhovo, cerca de Leningrado en 1978.
Un retrato del esposo de Ivashintsova, Melvar Melkumyan, un lingüista nacido en Armenia, después de que su matrimonio se derrumbara.
Retrato callejero en San Petersburgo en 1976. Después de que su carrera artística se truncara, Ivashintsova trabajó en varios oficios, incluso como crítica de teatro, mientras que su vida personal se volvió cada vez más turbulenta.
Asya Ivashintsova-Melkumyan en Leningrado en 1978
Retrato de "un pequeño ingeniero soviético en un moderno mono francés soviético"
Melkumyan con su hija, Asya. Cuando se tomó esta foto en 1976, la familia se había separado; Asya se mudó a Moscú con su padre, mientras que Ivashintsova se quedó en Leningrado.
Niños en Leningrado
Perros en Leningrado.
Un mono encadenado, mirando el mundo, fotografiado tres años antes de que Ivashintsova fuera enviada a un hospital psiquiátrico. Su hija escribe sobre la imagen, "a veces, creo que veo una advertencia, una especie de premonición ... en su fotografía".
Masha Ivashintsova nació en una familia aristocrática cuyos bienes, incluido un lujoso apartamento en el centro de Leningrado, fueron confiscados por las autoridades después de la Revolución Bolchevique.
Ivashintsova se esconde detrás de su amante Smelov, quien fue ampliamente retratado durante su vida.
Niños en Vologda en 1979.
Chicos en Staraya Russa.
Las orillas del río Neva en Leningrado (hoy San Petersburgo) en 1979.
Autoretrato

Masha Ivashintsova (1942-2000) fotografió constantemente durante toda su vida, pero nunca mostró su trabajo a nadie. A finales de 2017, su hija Asya Ivashintsova-Melkumyan tropezó con cajas de negativos y una película sin revelar que acumulaba polvo en un ático. Eran 30,000 fotografías inéditas que han supuesto uno de los descubrimientos fotográficos más interesantes de los últimos años, y que son un retrato de enorme valor de la vida en las últimas décadas de la unión soviética.

Criada en el seno de una familia aristocrática que lo perdió todo tras la revolución bolchevique, Ivashintsova tuvo una vida turbulenta que empezó con una carrera truncada de bailarina. Tras varias relaciones fallidas con varios personajes de la élite cultural de Leningrado, compartió su vida con el fotógrafo Boris Smelov, que a diferencia de ella sí obtuvo cierta fama con sus instantáneas.

Desde el 4 de diciembre se exponen en Tallin, Estonia, 80 de estas fotografías tomadas por Masha Ivashintsova, y que supone la primera  retrospectiva de su obra.