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El viaje a Florida de la orangutana Sandra, la primera “persona no humana”

En 2014, Sandra se convirtió en el primer animal reconocido en un sentencia judicial como "persona no humana". La Justicia argentina reconoció sus derechos básicos como "ser sintiente", en una decisión que sentó precedente en la jurisprudencia del país. La orangutana vivió desde los 8 años en el zoo de Buenos Aires, en ausencia de otros animales de su especie y unas condiciones inadecuadas. Con 33 años, y tras todo el proceso legal, el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires se vio obligado a reubicarla en un santuario acorde a su especie. 

El concepto “persona no humana” puede sonar a contrasentido en un primer momento. Sin embargo, es un término que escucharemos cada vez mas gracias a los procesos judiciales que se están llevando a cabo en muchos países por parte de organizaciones que luchan en favor de los derechos de los animales, y que han encontrado en esta figura jurídica el camino a seguir.  A nivel judicial implica que Sandra es "un sujeto no humano titular de derechos fundamentales" y que "como un sujeto, su cautiverio y exhibición viola los derechos que ella titulariza, aunque se le alimente y no sea tratada con crueldad". Los defensores de estas causas no buscan establecer una igualdad entre seres humanos y otras especies, sino que estas sean titulares de derechos, al igual que pueda serlo una empresa.

El criterio para conceder dicho estatus jurídico es que se demuestren poseer elevadas capacidades cognitivas y notable inteligencia, en comparación con el resto de las especies. Está especialmente diseñada para intentar proteger los derechos de los chimpancés, orangutanes y restantes grandes simios. 

El viaje a Florida de la orangutana Sandra, la primera “persona no humana”