La política imperialista de Estados Unidos ha estado detrás de decenas de golpes de Estado por todo el mundo en las últimas décadas. La voluntad popular nunca ha sido respetada por la mayor potencia mundial del siglo XX, que ha derrocado Gobiernos por todo el globo en defensa de sus propios intereses particulares, pero siempre ondeando la bandera de la democracia y la libertad. Aunque es evidente que lo único que buscaba era mantener su posición de poder y aplastar cualquier posible adversario.
Sin embargo, pocas veces hemos sido testigos de un arranque público de sinceridad como el ofrecido la semana pasada por el senador demócrata estadounidense Chris Murphy, quien tildó la política de la administración de Donald Trump hacia Venezuela como "un desastre total", y acusó al mandatario de arruinar "la oportunidad" de "restaurar la democracia" en el país suramericano a principios del 2019 mediante el golpe de Estado finalmente fallido. Según Murphy, "la jugada ganadora" estaba justo frente a ellos, pero Trump no reunió a toda América Latina detrás de la transición ni se tomó el tiempo necesario para neutralizar a los supuestos "patrocinadores de Maduro", en referencia a Rusia, Cuba y China. Murphy llegó a asegurar que "en abril de 2019 intentamos organizar una especie de golpe de Estado en Venezuela, pero se convirtió en una debacle". Agregó que todos los que dijeron que apoyarían a Guaidó empezaron entonces a dudar "y el plan fracasó pública y espectacularmente, haciendo que EE.UU. se viera tonto y débil".
1/ Today, the Senate Foreign Relations Committee holds a hearing on the Trump Administration’s Venezuela policy.
— Chris Murphy (@ChrisMurphyCT) August 4, 2020
Short story – it’s been a case study in diplomatic malpractice, and I want to tell you the quick story of how Trump’s bungling has empowered a brutal dictator.