Rusia gana la guerra de la información en Turquía

Rusia gana la guerra de la información en Turquía
El Kremlin ni siquiera necesita noticias falsas para impulsar su agenda en las redes sociales turcas, afirma el politólogo H. Akin Unver, profesor asociado de Relaciones internacionales en la Universidad de Kadir Has en Estambul y profesor visitante en el Centro de Tecnología y Asuntos Globales de la Universidad de Oxford. Debido a que el nivel de desinformación en el ámbito nacional turco está desmesurado, Moscú ha logrado echarles leña al fuego a ambas partes del debate. En las últimas semanas, los medios turcos han enfocado su atención de nuevo en la larga apuesta de Turquía de adquirirle a Rusia los sistemas de defensa de misiles S-400. Mientras los presidentes Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan se reunían en Moscú para renovar su interés en el acuerdo, el ministro de Defensa turco estaba en Washington tratando de disipar los temores de la OTAN de que la compra sería una amenaza para la alianza. Junto con la lucha diplomática de alto nivel entre Washington y Moscú por los vínculos con Ankara, otra batalla en los medios de comunicación de Turquía estaba infectando el debate sobre las relaciones de defensa con información falsa. Por ejemplo, un periódico oficialista insistió recientemente en que los S-400 destruirían al proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), y otra publicación afirmó que los sistemas anti-aéreos eran ideales para las operaciones de contrainsurgencia. Estados Unidos y otros países de la OTAN insisten en que los S-400 ponen en peligro la  arquitectura de la Defensa aérea y misilística integrada de la OTAN (NIAMDS). Además, el Congreso de EEUU y el Pentágono son unánimes en su amenaza de que si Turquía compra los S-400, será retirado del programa F-35 Joint Strike Fighter. Recientemente, la mayoría de los medios progubernamentales han comenzado a defender la preferencia de Turquía por los Su-57, cazas de próxima generación rusas, en lugar de los F-35. Por ejemplo, la principal agencia de noticias de Turquía publicó una comparación entre el F-35 (que ya está en proceso de entrega) y el Su-57 de Rusia (actualmente en fase de prueba de vuelo) para demostrar que las conjeturas de Washington de que  la entrega de los aviones F-35 peligrara eran vanas. Otro columnista argumentó que Estados Unidos no podrían avanzar en la producción del F-35 sin la ayuda de Turquía. La difusión de opiniones como estas,  en su esencia inexactas, es un hecho cotidiano dentro del ecosistema de información muy corrupto de Turquía. La república es uno de los países más expuestos a las noticias falsas, tiene uno de los índices más altos de infecciones por bots en el mundo y también se encuentra entre los países con menor resistencia a las noticias digitales falsas, según los datos de Media Literacy Index. Los fuertes controles por parte del Gobierno hacen que el entorno de los medios de comunicación sea más susceptible a la manipulación de la información, ya que  las voces alternativas se eliminan del mercado de ideas online. Esto también hace que Turquía sea uno de los países más vulnerables a la propaganda computacional organizada durante las crisis políticas internacionales. En tal entorno, Rusia no necesita lanzar una campaña de desinformación coordinada similar a la que ha desarrollado en el Occidente. Las noticias falsas y verdaderas producidas en el país que simpatizan con los criterios del Kremlin se difunden de forma desenfrenada. Por lo tanto, Moscú está bien posicionada para desplegar su guerra de la información para llevar las decisiones políticas en la dirección que prefiera. En un escenario hipotético de crisis, donde la información y las limitaciones de tiempo impiden una evaluación precisa del problema en cuestión, Moscú podría impulsar su agenda de manera más directa y rápida. En un estudio reciente, Akin Unver mapeó el alcance de las operaciones de información digital rusas en Turquía combinando más de 183 millones de tweets, con pruebas ocasionales de Facebook, de 2015 a 2019. Los resultados muestran que Rusia emplea en Turquía  una estrategia menos directa en comparación con otros casos documentados en Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y Alemania. En lugar de una simple desinformación, las cuentas prorrusas en Turquía se empeñan en lo que podría denominarse mejor como operaciones de información desde una "perspectiva forzada". Hoy en día, las cuentas y los bots prorrusos en Turquía rara vez usan información falsa y en su lugar utilizan datos verdaderos, pero distorsionan su significado y eliminan su contexto. Además, estas cuentas utilizan el tiempo en su beneficio para fomentar una narrativa objetiva precisa en períodos particularmente propensos a la crisis para distorsionar la narrativa pública a favor de Rusia. Esto no solo aumenta el apoyo público a la política prorrusa (o la adquisición de sus sistemas de armas) sino que también hace que disminuya el apoyo a las decisiones que favorecen la alianza con la OTAN. Rusia también juega en ambos bandos para maximizar su influencia. Por un lado, Moscú afecta a las principales redes de información progubernamentales a través de su influencia directa en el gobierno. Por otro lado, se encubre asegurando que los principales medios de comunicación turcos de Rusia, el Sputnik Turkiye y la radio RSFM, se declaren partidarios vehementes de la oposición. Esto permite a Rusia controlar la narrativa tanto en las redes progubernamentales como en las que apoyan la oposición. No siempre fue así. Antes de la entrada de Rusia en la guerra civil siria,  la postura que tenían los medios digitales turcos hacia Moscú era en gran medida ambivalente y defensiva. El principal punto de inflexión fue cuando Turquía derribó un avión de combate Su-24 ruso en Siria en noviembre de 2015. Tras el suceso  en Turquía dispararon las operaciones de información digital rusas. Con el objetivo de distraer a los observadores del debate de si el avión había virado hacia el espacio aéreo turco, las cuentas de las redes sociales rusas destacaron la afirmación de que Turquía estaba vendiendo el petróleo producido en los territorios controlados por el Estado Islámico. Esta narrativa se convirtió en una de las más exitosas operaciones de información rusas, ya que logró no solo distraer tanto a Turquía como a los aliados de la OTAN del hecho de que el  avión ruso había invadido el espacio aéreo turco, sino que también abrió una brecha entre Ankara y otras capitales de la OTAN por la política de Turquía hacia el Estado Islámico. Al cabo de unas pocas semanas del incidente, la mayor parte de la atención de los medios internacionales se centró menos en el hecho de que el avión ruso se había desviado al espacio aéreo turco o si se justificaba que Turquía lo disparara, y más sobre el petróleo producido por el Estado Islámico y contrabandeado a Turquía. Esta campaña de información demostró que Moscú podría fácilmente cercar y aislar a Turquía. También fue el punto en el que Turquía empezó a reequilibrar sus relaciones en el movimiento de la OTAN hacia Rusia. Las operaciones de información rusas en Turquía parecieron desaparecer casi por completo después de la primera reunión de Putin y Erdogan en San Petersburgo en agosto de 2016; fue su primer encuentro después del incidente del Su-24. Es difícil inferir los detalles exactos de lo que se negoció en aquella reunión a partir de la información divulgada a los medios, pero mi investigación muestra que todas las acusaciones rusas relacionadas con el petróleo del Estado Islámico desaparecieron completamente de los medios digitales turcos. Después del encuentro de agosto, las redes de medios turcos progubernamentales comenzaron a asumir una postura marcadamente prorrusa, y Turquía empezó a gravitar hacia Moscú como parte del reequilibrio en temas relacionados con Siria, la energía y la venta de armas. En otros casos, como el asesinato del embajador de Rusia en Turquía, Andrei Karlov, el intento de golpe de estado en julio de 2016, las negociaciones sobre los S-400 entre Turquía y Rusia y las históricas elecciones generales de Turquía en junio de 2018 tanto la información de perspectiva forzada como la desinformación trazables a Rusia tuvieron un impacto insignificante en el ecosistema de información. Estos dos tipos de contenido prorruso se están difundiendo a través de las redes de medios sociales gubernamentales y opositores de Turquía. El asesinato de Karlov podría haber provocado una crisis diplomática. El embajador fue disparado por un agente de policía turco fuera de servicio en un evento público en Ankara. El homicidio expuso  la discordia y el conflicto de grupos de interés dentro de la comunidad de agentes de seguridad de Turquía tras el intento del golpe de Estado. Desde el punto de vista de Rusia, enfatizar la incapacidad de Turquía para proteger a un embajador o explotar sus desencuentros internos habría sido una operación de información bastante fácil de lograr. En cambio, todas las cuentas prorrusas en idioma turco  en el espacio virtual se quedaron en silencio y solo compartieron declaraciones hechas por los líderes turcos. Esta fue la manera de Moscú de señalar su intención de permitir que Ankara pusiera un contexto al incidente y estableciera su propia narrativa. También fue una señal importante de mejora en las relaciones entre las dos partes. Las primeras horas del incidente estuvieron marcadas por un número abrumador de declaraciones que calificaron el suceso de "falso" o "preparado a propósito para hacer que Turquía parezca débil". Sin embargo, una vez que se completó la investigación turca del incidente, intervinieron todos los oficiales del gobierno y  ofrecieron sus condolencias online, y todos los rastros de desinformación producida en el país de repente desaparecieron. La desinformación se ha convertido en el principal medio de comunicación política en Turquía, impregnando casi todos los debates y discusiones políticas. Aunque el ecosistema oficial del gobierno ha estado mucho más involucrado en los intentos de desinformación, es el resultado del control del gobierno sobre un abanico más amplio de recursos de comunicación públicos. Todas las partes del sistema político turco recurren a la desinformación deliberada acorde con sus capacidades y medios. Rusia no tiene que corromper el ecosistema de información en Turquía para manipularlo porque su ecosistema ya ha sido afectado por el uso sistemático de noticias falsas y desinformación y, por lo tanto, está maduro para la manipulación externa. El Kremlin no está interesado en qué lado prevalece, siempre que pueda influir en la narración de ambos lados y difundir contenido prorruso. Cuando la información prorrusa apoya la posición del gobierno, las redes progubernamentales la difunden. Cuando la información contradice la posición oficial, la recoge la red de la oposición. Como resultado, la información y los sentimientos prorrusos fluyen sin obstáculos en todo el conjunto de los medios digitales turcos. Rusia demostró con éxito después del derribo de su avión que Turquía tiene poca resistencia a las operaciones de información procedentes de Moscú. Sin embargo, una vez que Turquía comenzó a reequilibrarse a favor de Moscú, las tácticas rusas de las manos fuertes en gran medida desaparecieron, tal como lo demuestran las repercusiones del asesinato de Karlov. Como resultado de este cambio, Turquía también se mostró mucho más dispuesta a comprar los S-400 y se volvió inmune a las amenazas de Washington con respecto al programa F-35. La continua influencia de Rusia sobre los medios digitales progubernamentales y opositores en Turquía le dará a Moscú la ventaja en cualquier crisis o emergencia futura. Texto original Traducción: Eulixe.com