ENTREVISTAS

“El Papa Francisco es el mayor empleador de violadores de niños del mundo”

Hablamos con Miguel Ángel Hurtado sobre los abusos sexuales que sufrió de pequeño. Tras 20 años de silencio, se atrevió a contar su traumática experiencia.

foto congreso
“El Papa Francisco es el mayor empleador de violadores de niños del mundo”

Nos hubiera gustado empezar esta entrevista hablando del número de casos de abusos sexuales a menores que se han cometido en el seno de la Iglesia en el estado español, pero por desgracia este es uno de los pocos países en los que no hay datos oficiales sobre el tema. Al parecer no interesa que se sepa cuantos niños han tenido que sufrir el acoso sexual de sus educadores mientras estaban estudiando en colegios religiosos. O puede que sea porque, como dicen desde la Conferencia Episcopal, “no son tantos los casos como para tener que hacer un seguimiento oficial”. Pero si le preguntamos a todos aquellos de los que abusaron cuando tan solo eran unos niños, seguro que no piensan lo mismo. Es más, algunos como Miguel Ángel Hurtado creen que si no se encargan estudios oficiales es por miedo al gran número de casos que se puedan dar a conocer y lo dice con conocimiento de causa. Porque Miguel es uno de esos tantos niños que han sufrido abusos sexuales en el seno de la Iglesia y con el que hemos querido hablar para conocer su historia más a fondo.

Ha tenido que irse a vivir a otro país por miedo a las represalias con las que podría encontrarse si se quedaba en España y ha tenido que pasar también mucho tiempo para que haya podido denunciar lo que le pasó cuando era joven. Han sido 20 años de silencio, durante los cuales ha aprendido a vivir con el recuerdo de que cuando era tan solo un chiquillo de 16 y fue víctima del monje de la Abadía de Montserrat, Andreu Soler. Él supo ponerle freno el día que intentó darle un beso con lengua, pero desafortunadamente otros no supieron o más bien no se atrevieron a parar a sus agresores y los abusos fueron a más.

Actualmente tiene 36 años y trabaja como psiquiatra infantil en Londres. Hace no muchos meses conocimos su historia en los medios, cuando decidió hacer público lo que le había pasado y denunciar a la Abadía por encubrir a los agresores. Además ha sido el hilo conductor de documental “Examen de conciencia” de Netflix que trata sobre pederastia en la Iglesia y hoy lo conoceremos un poco más a través de esta entrevista.

¿Por qué tu nombre apareció a principios de año en la prensa? Cuando tenía 16 años fui abusado sexualmente por el monje de la Abadía de Montserrat Andreu Soler. En enero de 2019 participé en el documental de Netflix “Examen de Conciencia” sobre el grave problema de la pederastia en la Iglesia Española. Desde que denuncié públicamente los abusos otras víctimas han explicado a los medios que ellos también fueron abusados en los años 70, 80 y 90.

Buscando información hemos encontrado varios vídeos y audios, pero muy pocas entrevistas tuyas escritas ¿Crees que se te está dando un trato injusto en los medios? Uno de los principales problemas que hemos tenido las víctimas de abusos clericales en España es la censura, dejadez y falta de interés de los medios de comunicación. Durante años la jerarquía católica ha sido intocable. Había un pacto de silencio para no informar de estos casos y se ponía el foco en los casos de fuera y no en los que pasaban en España. No me extraña que a las víctimas españolas no se nos de voz, nuestro mensaje es profundamente incómodo, no sólo para las autoridades religiosas, sino también para el Estado, que tiene la obligación de proteger los derechos de la infancia y no lo está haciendo.

¿Cómo empezaron los abusos? Los abusos duraron un año cuando tenía 16, pero mi abusador no comenzó a abusar de mí nada más conocerme, sino que primero se ganó mi confianza. Los abusos fueron aumentando de intensidad. Hubo un día en que me beso. En un primer momento fue un beso cariñoso en la mejilla. Pero después me besó en la boca, intentando darme un beso con lengua. Yo recuerdo que me quedé en shock, pero mantenía los dientes fuertemente cerrados, mandándole un mensaje claro de que eso no me gustaba. Esa fue la última noche que abusó de mí.

¿Por qué 20 años de silencio? Las víctimas tardamos décadas en poder verbalizar y denunciar públicamente los abusos. Es frecuente que los menores abusados sientan vergüenza, culpa y miedo a no ser creídos. No tienen el grado de madurez necesaria para procesar una experiencia traumática. Además, el abusador suele ser una persona del entorno de confianza de la víctima (familiar, sacerdote, maestro, monitor...). Por eso, muchas veces necesitan independizarse económica y emocionalmente de su entorno antes de poder denunciar a esa persona. Es frecuente que entre los 30 y los 50 años haya un desencadenante que despierte el trauma: el nacimiento de un hijo, el fallecimiento de un progenitor, enterarse de que tu abusador sigue trabajando con niños.

Hace 6 años te fuiste a vivir a Londres. ¿Fue allí donde decidiste abandonar tu silencio? Yo tenía claro que en algún momento quería denunciar los abusos. No me sentía seguro viviendo y trabajando en España por el enorme poder que aún tiene la Iglesia Católica. Me temía que habría represalias tanto laborales como sociales cuando hiciera público mi caso, así que decidí irme. Inglaterra para mí ha sido un refugio que me ha permito denunciar con garantías

¿Crees que en la época en la que te ocurrió se veía como algo normal? Los abusos a menores siempre han sido considerados un crimen despreciable, hace 2.000 años, en la España de los años 60 y en la actualidad. Lo que estaba normalizada era la impunidad total y absoluta del clero. Estaban por encima del bien y del mal. Eran como señores feudales con derecho de pernada sobre los niños. Sabían que su poder, dinero e influencia les protegía de la ley civil.

En la actualidad el abad de Monserrat ha pedido perdón públicamente por los abusos cometidos por el padre Andreu Soler. ¿Crees que es suficiente? Creo que es insuficiente ya que debería dimitir. El Abad Soler ha reconocido que no denunció el delito a la policía, no abrió una investigación canónica, no informó al Vaticano cuando mi abusador estaba vivo y durante dos décadas no buscó a nuevas víctimas. Estamos hablando de una grave negligencia. El Papa Francisco ha sido claro diciendo que un líder religioso que gestione mal un caso de abusos, debe perder su puesto de trabajo.

miguel young

Se podría decir que tu historia se está convirtiendo en un caso mediático a raíz de tu denuncia, pero también por tu aparición como hilo conductor del documental de Netflix “Examen de conciencia” ¿Qué nos vamos a encontrar en él? Es la primera vez que en España se hace una descripción del problema de la pederastia clerical poniendo el foco en la estructura y el sistema. No solo como unos cuantos casos aislados, unas cuantas manzanas podridas. A través de seis historias se demuestra que la jerarquía española ha seguido durante décadas el mismo patrón: negar y minimizar los hechos, silenciar a las víctimas, trasladar al pederasta en serie a otro lugar donde vuelve a abusar de menores.

Son tres capítulos y en cada uno vemos casos diferentes de abusos en el ámbito religioso. Excluyendo el tuyo, ¿qué es lo que destacarías del documental? Creo que es muy importante resaltar la valentía de las víctimas contando públicamente su historia. Si no se denuncian, los abusos seguirán sucediendo. El silencio protege al abusador y a los encubridores, porque les permite continuar cometiendo delitos.

Dos casos como el de Jota y el de Emiliano llaman la atención porque acuden a pedirle explicaciones a sus agresores. Pero más sorprendentes son los testimonios que salen de los propios abusadores, como el profesor de educación física Joaquín Benítez. Sorprende escuchar como todos confiesan confusión y no saber porqué lo hacían o justificarse diciendo que lo hacían porque estaban enfermos. ¿Crees realmente que es porque tenían un problema o porque se veían con poder y lo hacían sabiendo que estarían protegidos por la Institución? Hay que tener en cuenta que estamos hablando de depredadores sexuales. Eligieron un puesto de trabajo que les permitía trabajar y tener acceso a menores. Y eligieron una institución, la Iglesia Católica, donde sabían que tenían total y completa impunidad para cometer sus crímenes. No son enfermos, son delincuentes. Y en un estado de derecho a los delincuentes se les manda a prisión, sean curas, panaderos o mozos de almacén.

Otra de las cosas que llama la atención es que mientras en otros países hay datos sobre pederastia en la Iglesia, en España no se puede hablar de datos oficiales. Incluso la propia Conferencia Episcopal asegura que no hay un número elevado de casos como para tener que hacer un seguimiento de los mismos. ¿Es realmente así o es que a la Iglesia no le interesa que se conozca el volumen real de casos? La Iglesia Española, si quisiera, podría encargar un estudio a una entidad independiente para establecer la magnitud de los abusos. Tienen miedo de lo que se pueden encontrar. En otros países como Australia, Irlanda o USA se ha demostrado que un 7% del clero es pederasta. Si esas cifras son similares en España, y yo creo que se quedan cortas, estaríamos hablando de 1.200 sacerdotes pederastas vivos en España en 2019.

En el documental solo aparecen casos de abusos hacia niños. Buscando, solo hemos encontrado un caso en Valencia de una monja a la que expulsaron de un colegio laico por abusar de una niña. ¿Conoces tú algún caso más? ¿Crees qué solo ocurre en colegios de hombres? Nuestra experiencia es que se cometen abusos tanto contra niños como niñas. Yo conozco compañeras de activismo que fueron violadas por sacerdotes, se quedaron embarazadas y el cura les obligó a abortar. Además no hay que olvidar el grave problema de la violación de monjas católicas por sacerdotes en todo el mundo. La violencia sexual en la Iglesia es una pandemia que afecta tanto a varones como a mujeres.

¿Alguna vez estuviste cerca de la fe cristiana o tienes la sensación de que esa religión fue algo que te impusieron? Yo nunca tuve la sensación de que me impusieran la fe cristiana. Me enseñaron sus principios y valores. El shock vino cuando fui abusado y me di cuenta de que la comunidad católica, frente a los casos de pederastia cometidos por religiosos, actuaba de forma diametralmente opuesta a los principios cristianos defendidos por Jesús de Nazaret.

¿Ahora mismo te consideras católico? Soy ateo. Respeto profundamente a la gente que actúa de forma coherente con sus creencias religiosas. Algunos de los activistas anti-pederastia que más admiro siguen siendo católicos practicantes a pesar de los abusos.

¿Qué opinión tienes de las religiones en general? Creo que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. Las religiones tienen que seguir la ley civil y respetar los principios democráticos y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Tiene que haber una separación absoluta entre Iglesia y Estado. Si no se tienen en cuenta estos principios básicos, la religión puede ser utilizada para justificar los crímenes más despreciables y repugnantes como la pederastia clerical. Si se siguen estos principios, la religión puede ser una fuente de crecimiento espiritual y de justicia social.

¿Consideras que los casos de abusos sexuales se dan en todas las religiones o es la religión católica la que se lleva la palma? La Iglesia Católica es una de las instituciones más grandes que existen en el mundo: por el número de fieles, de sacerdotes, de instituciones infantiles que gestiona o países del mundo en los que opera. Cuando una institución tan gigantesca adopta una política de encubrimiento generalizado y sistemático en los casos de pederastia, la magnitud del problema se vuelve escalofriante. Le guste o no escucharlo, el Papa Francisco es el mayor empleador de violadores de niños del mundo.

¿Por qué crees que esto es así, crees que hoy en día instituciones como la Iglesia gozan todavía de un estatus privilegiado en la sociedad? En España la Iglesia Católica sigue manteniendo privilegios injustificables. Los obispos españoles aún creen que no tienen que seguir las normas que gobiernan la vida de los simples mortales. Pero eso no es culpa de los obispos, es responsabilidad de las instituciones civiles como la Justicia, la fiscalía, el Defensor del Pueblo, el Congreso o el Gobierno que no han defendido la preeminencia de la ley civil por encima de la ley religiosa.

En este sentido parece que el Vaticano ha dado un paso al frente. Recientemente hemos conocido que el Papá obligará a la Iglesia de todo el mundo, a través de una nueva normativa, a actuar con decisión ante los casos de pederastia ¿Qué opinión tienes al respecto? Todas las normas, no solamente en la Iglesia sino fuera de ella, pueden quedar muy bien en papel, pero lo más importante es la aplicación práctica que se hace. El Vaticano lleva 30 años anunciando reformas, protocolos, nuevas iniciativas que luego, en la práctica no se llevan a cabo y quedan en papel mojado. No ha prometido tolerancia cero, no ha prometido que todos los sacerdotes que sean condenados por abusos van a ser expulsados del sacerdocios y tampoco ha prometido tolerancia cero con el encubrimiento. El Vaticano no tiene la credibilidad ni el currículum como para que nos creamos de buenas a primeras sus bonitas palabras

Protesta Montserrat

¿En estos momentos cual es tu lucha personal? Mi objetivo es conseguir cambiar la ley de prescripción para los delitos de pederastia. Ya tenemos más de 525.000 firmas en change.org pidiendo un cambio de la ley. Nuestra propuesta es que el plazo de prescripción comience a partir de que la víctima cumpla 50 años, para que puedan denunciar hasta los 55 en los casos leves y hasta los 65 años en los casos graves.

¿Crees que no se conocen más casos porque en la sociedad todavía hay una falta de apoyo hacia las víctimas? Faltan recursos de atención psicológica. Para procesar la experiencia muchas víctimas necesitan terapia. Yo hice terapia durante siete años antes de tener la fuerza para poder denunciar. Hablar con los medios con la herida en carne viva puede ser re-traumatizador en vez de sanador.

¿Por qué crees que sucede esto en pleno año 2019? Porque durante cuarenta años de democracia, los españoles no hemos hecho los deberes. Mientras en otros países como USA, Canadá, Irlanda, Australia, Alemania o Chile hacían limpieza en profundidad, en España nos engañábamos diciendo que estas cosas aquí no pasaban.

Muchos casos como el tuyo, en el que además el abusador ya está muerto, han prescrito. ¿Qué falla en España? En Chile la fiscalía investiga todos los casos de pederastia clerical, independientemente que hayan prescrito o no. En España la justicia da carpetazo de forma automática a los casos de abusos desde el minuto uno si están prescritos sin agotar todas las líneas de investigación. Desgraciadamente tenemos un Estado de Deshecho y una Administración de Injusticia.

¿Crees que si en esa época las victimas hubierais tenido un mayor apoyo del ámbito familiar o del entorno no hubierais tenido que esperar tantos años para hacerlo público? Cuanto más apoyo familiar y social tengan las víctimas de abusos, más fácil es digerir el trauma y presentar denuncia. En España, desgraciadamente las víctimas de pederastia hemos estado muy solas, dejadas de lado por la sociedad, los medios, la justicia y las instituciones.

¿Cómo es en la actualidad el día a día de Miguel Ángel Hurtado? Mi vida habitual es similar a la de otros profesionales jóvenes españoles que han tenido que emigrar. Trabajar, ahorrar mucho para intentar comprar una casa, plantearme si con el Brexit merece la pena quedarse o volver a España...

¿Cómo te gustaría verte en un futuro? Me gustaría poder hacer otras cosas como viajar o descubrir otras aficiones. El trabajo de activista es muy demandante.