PROTESTAS EN RUSIA: ¿CÓMO, POR QUÉ Y QUÉ ESPERAR?

Oposición rusa: sin sentido, sin piedad (parte I)

En una obra clásica de uno de los autores rusos por excelencia como es Pushkin uno puede encontrar este fragmento: “revuelta rusa, sin sentido y sin piedad”. Parafraseando y adaptándola un poco, es totalmente válida para definir el estado actual de la oposición rusa. Se encuentran en una huída hacia delante en la que todo parece válido, pero ni así obtienen éxitos notables.

Texto y fotos: Pablo González

Protestas en la avenida Sajarov de Moscú
Protestas en la avenida Sajarov de Moscú
Oposición rusa: sin sentido, sin piedad (parte I)

En una obra clásica de uno de los autores rusos por excelencia como es Pushkin uno puede encontrar este fragmento: “revuelta rusa, sin sentido y sin piedad”. Parafraseando y adaptándola un poco, es totalmente válida para definir el estado actual de la oposición rusa. Se encuentran en una huída hacia delante en la que todo parece válido, pero ni así obtienen éxitos notables.

Para analizar el caso, vayamos por partes. Las fotos que ilustran este reportaje son de la última manifestación que la oposición celebrada en Moscú el 29 de septiembre. El lema de esta manifestación era “Otpuskai” - Libera (deja ir) en ruso. Era un acto acordado con las autoridades y a él asistieron aproximadamente 20 mil personas, aunque hay fuentes que hablan de 9 mil y otras de hasta 25 mil. La realidad estará entre esas cifras. Desde luego había gente, aunque en el espacio reservado para la manifestación cabían bastantes más.

El lema hace referencia a lo que los organizadores y manifestantes llaman “presos políticos”, no siendo reconocidos todos ellos como tales por ninguna organización especializada en la temática. En su mayoría de quienes hablaban son personas encarceladas por participar en las protestas de este verano, publicaciones en internet o pertenencia a grupos extremistas. Los organizadores del acto opinan que son penas injustas y piden que las autoridades los liberen. En la manifestación hablaron varios de los líderes opositores, entre ellos Aleksei Navalni, Lyubov Sobol, Ilya Azar y varios de los liberados con anterioridad.

Policía en la manifestación de Moscú

¿Cómo se ha llegado a eso?

La oposición fuera del sistema establecido hace tiempo que cambió su plan de acción e intenta trabajar desde abajo. Así en 2017 varios distritos de la capital rusa quedaron bajo mando opositor. Los nuevos diputados municipales querían empezar a coger experiencia y crecer en la vida política rusa. Si bien han tenido ciertos éxitos parciales, como Ilya Yashin o Yulia Galyamina, su labor en general tampoco ha sido destacada por las limitaciones de esos cargos, con poco poder y margen de maniobra incluso a nivel de su distrito.

Por ello buena parte de esos diputados han decidido dar el salto al gobierno central de Moscú, al parlamento de la ciudad. Aquí hay que señalar que al ser una urbe de gran cantidad de habitantes, oficialmente más de 12 millones y siendo la conglomeración más de 15 millones, Moscú tiene varios niveles de gobierno, casi como un estado propio. Tiene su alcalde, su parlamento elegido por votación en cada barrio, siendo un total de 45, y luego por debajo de estos están los distritos, más de un centenar.

Por ello los opositores intentaron llegar al parlamento moscovita, denominado MosGorDuma (Duma de la ciudad de Moscú). Las autoridades ante la posibilidad de ver en el gobierno de la capital a varios opositores bastante molestos, utilizaron trabas burocráticas para no dejarles participar. La votación estaba planteada para el 8 de septiembre, pero el proceso de registro de los candidatos arrancó en primavera y continuó en verano.

Por ello cuando vieron que las autoridades no les dejaban participar, empezaron a convocar protestas. Estas en Rusia son en general de 3 clases, habrá más, pero se practican estas. Una manifestación acordada en lugar, hora, duración y participantes aproximados; una no acordada; y los piquetes en solitario.

No dejaremos que se repita 1937

Las primeras se tienen que acordar de antemano con las autoridades y no siempre son como uno desea, es decir, las autoridades limitan las fechas y los lugares, pero sí dan el permiso, ese espacio es para hacer lo que se plazca. Las no acordadas son actos convocados por redes sociales que normalmente acaban en disturbios y detenidos. Los convocantes o inspiradores, líderes opositores, en general son condenados a arrestos administrativos de entre 10 y 30 días, puediendo a veces encadenar 5 veces 10 días, como le pasó en julio-agosto an Yashin. Al liberarlo, lo volvían a arrestar, juicio rápido y a cumplir esos diez días en una prisión en la ciudad. Esto pasa igualmente tanto a hombres, como a mujeres, aunque si es menos común que esto le pase a estas últimas.

Los ciudadanos de a pie detenidos en las protestas suelen acabar bastante peor que los políticos convocantes y reciben penas de varios años de colonias (normalmente entre 2 y 5), prisiones alejadas de las ciudades. Tras lo sucedido en las protestas de 2011-2012 y otras posteriores, las autoridades rusas han endurecido sensiblemente la legislación y las penas. Por ello las condenas se han recrudecido.

¿Qué condenas ha habido?

El denominado proceso de Moscú ha dejado ya varias condenas, aunque igualmente varias personas liberadas por un motivo u otro. Entre las condenas destacan las de Evgueniy Kovalenko quién ha obtenido 3,5 años por tirar una papelera a la policía, Ivan Podkopaev 3 años por tirar gas pimienta a la policía, Kiril Zhukov 3 años por tirar del casco de un policía ocasionándole daño y la de Vladislav Sinitsa por un tuit en el que insinuaba que había que asesinar y grabar en vídeo a los hijos de los policías que trabajan en las manifestaciones. Más de una decena de detenidos más están o bajo arresto domiciliario o en prisión preventiva.

Hay así mismo otros casos abiertos por pertenencia a grupos extremistas, como el caso de la “Nueva grandeza”, contra diez jóvenes, o el caso “Red”, contra 11. En ambos casos son grupos de jóvenes que pretendían realizar actividades antigubernamentales destinadas a derrocar el régimen actual. En ambos casos parece que hay huella de los servicios de seguridad rusos, los cuales e¡animaron mediante topos a esas actividades a estos jóvenes de ideas opositoras. Ambos casos siguen bajo investigación y no queda claro que vayan a resolverse pronto o que al final vayan a producirse condenas.

Aleksei Navalniy dirigiéndose a la multitud

Otro caso importante es el que se desarrolla contra la organización de Aleksei Navalniy, el FBK (Fonde lucha contra la corrupción en sus siglas rusas). Las autoridades ha detenido a varios miembros y han bloqueado las cuentas de casi todos los trabajadores por el hecho de que interpretan que esta organización opositora destinada a denunciar los casos de corrupción más flagrantes de las élites rusas han lavado dinero y posiblemente lo han recibido del extranjero, algo ilegal según la legislación rusa.

Como vemos, los casos abiertos son de índole bastante diferente, entre ellos disturbios, organizaciones antigubernamentales y financiación ilegal. Agruparlos y denominarlos casos políticos no siempre se hace posible, especialmente si se compara con la legislación de otros países. Sin embargo la oposición rusa ya los está moviendo en el extranjero para denunciar al régimen de Putin. Una campaña informativa discutible, pero con base de hechos para poder desarrollarse.

En la segunda parte veremos cuáles han sido las acciones de la oposición y las autoridades ante esta situación.