El incidente del Cobalto-60 en Ciudad Juárez: la historia de uno de los peores accidentes radiológicos de América

La tragedia conocida como "el incidente del Cobalto-60 en Ciudad Juárez" (estado de Chihuahua), tuvo su origen en el hospital privado Centro Médico de Especialidades (CJ). Debido al desmontaje y posterior venta de una maquina de radioterapia equipada con Cobalto-60, se inició un trágico cúmulo de sucesos que dejaron el fatídico saldo de un mínimo de 4.000 personas expuestas. Sin embargo, la cantidad real de personas afectadas y su grado de afectación sigue siendo un misterio.

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Labores de limpieza tras la contaminación radiactiva de Ciudad Juárez en 1984. Comisión Nacional de Seguridad Nuclear. Fuente: CNSNS.
El incidente del Cobalto-60 en Ciudad Juárez: la historia de uno de los peores accidentes radiológicos de América

Dos años antes de que el mundo quedara horrorizando por el accidente nuclear de Chernóbil (actual Ucrania) en 1986, México sufrió uno de los peores accidente radiológicos de la historia, teniendo como epicentro un hospital privado de Ciudad de Juárez.

La desastrosa cadena de acontecimientos

En 1977, y sin los permisos necesarios, el doctor Abelardo Lemus y sus socios del hospital compraron una máquina de radioterapia equipada con una fuente de Cobalto-60 por 16.000 dólares. El Cobalto-60 es un isótopo radioactivo sintético del Cobalto, con un periodo de semidesintegración de 527 años, utilizado para tratar a pacientes con cáncer entre otros usos.

Por falta de personal adecuado para la utilización de la máquina, esta fue abandonada en un almacén durante seis años, hasta el 6 de diciembre de 1983. Fue en ese momento donde un trabajador de mantenimiento del hospital y un amigo suyo decidieron venderla como chatarra.

La fuente radiactiva fue extraída de su blindaje principal (cabezal), colocada en una camioneta pick-up, y ahí, fue perforada la cápsula de la fuente que contenía 6.100 gránulos de Cobalto-60.

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El cilindro que contenía la fuente radiactiva. Fuente: CNSNS

 

Cada perdigón, según Joel Lubenau, un físico de salud de la Agencia Reguladora Nuclear estadounidense (USNRC), produjo una dosis de radiación de 25 rads por hora a dos pulgadas del perdigón. Al respecto, de uno a 50 rads por hora se considera una dosis de radiación significativa.

El rad es una unidad de dosis absorbida actualmente obsoleta (sustituida por el Gray). En 1984, una radiografía de tórax promedio producía de 20 a 30 milirads instantáneamente. Se calcula que una dosis letal para la mitad de la población es de 450 rads recibidos instantáneamente en todo el cuerpo.  

"Si se sienta junto a una pastilla durante muchas horas, es posible que varios días después desarrolle un enrojecimiento de la piel", afirmó, al respecto, el Dr. Lubenau. "Si se incrusta una pastilla en su zapato, podría obtener una alta exposición localizada del cuerpo''.

La fuente fue llevada al depósito de chatarra "Yonke Fénix" y vendida como chatarra, iniciándose así la dispersión de los gránulos de Cobalto-60.

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Imágenes del "Yonke Fénix" donde vendieron la bomba de Cobalto-60. Fuente: CNSNS

 

El Cobalto-60 se mezcló con el resto de la chatarra presente en el depósito y se vendió a varias empresas de fundición de la zona. Entre ellas, Aceros de Chihuahua S.A. (Achisa) y la maquiladora Falcón de Juárez S.A., quienes utilizaron el metal radioactivo para fabricar bases para mesas y varillas de acero corrugado, muy utilizadas en la construcción de edificios. En total, unas 6.000 toneladas de material contaminado fueron distribuidos a la mitad de los estados de México y también a Estados Unidos.  

De esta manera, el Cobalto radiactivo llegó a dos fundiciones. Uno en Juárez fabricó patas de mesa de metal y las envió al distribuidor más grande de mesas de restaurante en los Estados Unidos. Otro en Chihuahua produjo alrededor de 5.000 toneladas de barras de refuerzo, o varillas de acero utilizadas para reforzar el cemento en proyectos de construcción - The New York Times

El 16 de enero de 1984, de manera fortuita, se descubrió la contaminación en el estado de Nuevo México, en Estados Unidos, al pasar casualmente un camión con varilla importada de México frente a la entrada del Laboratorio Los Álamos, donde los detectores instalados indicaron la presencia de radiación. Debido a este suceso, los investigadores estadounidenses comenzaron a rastrear el origen de la contaminación y llegaron hasta la empresa mexicana Aceros de Chihuahua S.A.

El 19 de enero, funcionarios del Departamento de Salud del estado de Texas informaron a la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias de México (CNSNS) sobre la detección de contaminación radioactiva en varillas corrugadas destinadas a la construcción procedentes de la empresa Aceros de Chihuahua S.A. Posteriormente, esta información fue confirmada por la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos (USNRC) y se señaló que el radioisótopo contaminante era "probablemente" Cobalto-60.  

El mismo día, personal de la CNSNS se trasladó a la ciudad de Chihuahua para empezar la investigación. Un día después, el 20 de enero, otro grupo de investigadores del CNSNS inició las pesquisas en Ciudad Juárez, y se confirmó que el "Yonke Fénix" estaba contaminado y que presentaba "altos niveles de radiación".

El 21 de enero, se identificó que el contaminante de la varilla era cobalto-60 y se descubrió que la maquiladora Falcón de Juárez S.A. tenía la producción y las instalaciones contaminadas. Las labores de descontaminación comenzaron dos días después, el 23 de enero, y se terminaron el 26 de enero.

Ese último día,  por la noche, se localizó la camioneta donde se transportó la fuente radioactiva. Fue sellada el 14 de febrero con hormigón y fue trasladada el 1 de marzo a un terreno fuera de la ciudad .

Según algunas fuentes, la camioneta se estacionó en la colonia Altavista de Ciudad Juárez, uno de los barrios más humildes de la zona. Debido al robo de la batería del vehículo, este estuvo varios meses parado, convirtiéndose  en un punto de referencia donde los niños jugaban y la gente se aglutinaba, recibiendo así altas dosis de radiación.

Los niños jugaban en el camión y cerca del mismo. La gente pasaba todos los días [...]. El camión estaba peligrosamente "caliente". Desde un metro de distancia, emitía 50 rads por hora de radiactividad. "Era una fuente importante que puede dar exposición a todo el cuerpo", dijo el Dr. Lubenau. "La mayoría de las personas con 100 rads aproximadamente comenzarán a mostrar signos físicos de lesión por radiación". Estos incluyen una disminución de los glóbulos blancos, que protegen al cuerpo de las infecciones, y de las plaquetas sanguíneas, así como daño temporal a los cromosomas del cuerpo -  The New York Times

La diseminación del Cobalto-60 fue considerable, y debido a este hecho, un helicóptero del Departamento de Energía de EE.UU., equipado con detectores de alta sensibilidad, sobrevoló Ciudad Juárez  (entre el 18, 19 y 20 de marzo) y la ciudad de Chihuahua (22 y 23 de marzo). Encontró 22 emplazamientos radiactivos.

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Labores de medición de radiación y recuperación de los balines de Cobalto. Fuente:  CNSNS

Consecuencias sanitarias de la liberación radioactiva

Las autoridades decidieron mantener en secreto el número de personas afectadas. Actualmente, se desconoce cuántos tuvieron complicaciones de salud a corto y largo plazo debido a la exposición a la radiación ionizante. "La información no fue divulgada y no se supo cuántos, pero hubo 109 distribuciones de material contaminado en la mitad de los estados de México", subraya el doctor Epifanio Cruz Zaragoza del Centro de Ciencias Nucleares de la UNAM. En suma, se calcula que 4.000 personas fueron expuestas a la radiación, entre trabajadores de las empresas, habitantes de Ciudad Juárez y Chihuahua etc. 

Algunos de los afectados y vecinos, de escasos recursos, declararon que dejaron de revisarse en el hospital porque "no tenían como pagar los medicamentos y el transporte". Según Cruz Zaragoza, "es muy difícil calcular cuántas víctimas hubo a largo plazo dada la exposición a la radiación y la cantidad de radioactividad". Se calcula que aproximadamente unas 1.000 toneladas de varilla nunca se recuperaron, con lo que se podrían construir unas 300 casa de tamaño medio.

Algunas fuentes afirman que se calcula que los vecinos próximos al vehículo y los trabajadores de las empresas que compraron el metal estuvieron expuestos a niveles de radiación 10 veces superiores a las que liberó a la atmósfera el accidente que sufrió la central estadounidense de Three Mile Island (TMI) en 1979.  De hecho, según mencionaron la autoridades estadounidenses, se liberó 100 veces más radiación en Ciudad Juárez que en el accidente de TMI. "Los medidores detectaron que la camioneta arrojaba en algunas partes casi 1000 rads, la radiación equivalente a 20.000 radiografías", afirman algunas fuentes.

En el laboratorio del doctor Karl H. Ubner, un destacado experto en accidentes de radiación en las universidades asociadas de Oak Ridge en Tennesse, se cultivaron glóbulos blancos de diez residentes de Juárez, de cuatro personas del vecindario donde se estacionó el camión y de seis trabajadores del depósito de chatarra. Se permitió que las células se dividieran 500 veces, y se contó el número de cromosomas rotos o aberrantes. Este número fue el que se utilizó posteriormente para estimar la dosis de radiación recibida.

El doctor afirmó en 1984 que varias personas estuvieron expuestas a 150 o 200 rads, que "es más alta que la dosis recibida por los habitantes de Marshall Island que estuvieron bajo la lluvia radioactiva en las pruebas nucleares efectuadas por Estados Unidos". Entre las exposiciones más altas se encontraban el de los trabajadores del depósito de chatarra, el de uno de los vecinos y el del hombre que ayudó al trabajador del mantenimiento del hospital a descargar el dispositivo contra el cáncer del camión. "Pero los cromosomas rotos solo nos dicen que hubo daño y nada sobre sus consecuencias biológicas", afirmó el doctor en aquella ocasión. "No es predictivo en términos de efectos genéticos o cánceres futuros".

Según el doctor Cruz Zaragoza del Centro de Ciencias Nucleares de la UNAM, "al menos 23 personas, trabajadores del "Yonke Fénix", sufrieron oligospermia (escasa cantidad de espermatozoides en el semen) y azoospermia (inadecuada producción de esperma) después de estar en contacto con la radiación. El que ayudó a transportar la fuente a la fábrica sufrió quemaduras en las manos y tres trabajadores más presentaron leucopenia (nivel bajo de glóbulos blancos).

A corto plazo, los síntomas son visibles como quemaduras, vómitos, cefaleas o lesión medular. A mediano plazo la radiación puede provocar esterilidad provisional, quemaduras y alteraciones en el sistema nervioso. Una menor radiación pero constante durante 30 o 40 años puede provocar leucemia, anemia, cáncer, daño medular severo, cáncer de huesos y desórdenes genéticos hereditarios - Doctor Cruz Zaragoza

Las autoridades dieron seguimiento a 10 personas que estuvieron en contacto con el Cobalto-60. De ahí resolvieron, según algunas fuentes, que "no existía daño severo a corto plazo pero que no se podían descartar futuros problemas biológicos".

Al igual que sucedió con el accidente de Chernóbil en la URSS, en lo que actualmente es Ucrania, el Gobierno actuó de manera opaca con la población, minimizaron la magnitud de lo que estaba sucediendo, ocultaron información a la prensa y trataron de obtener rédito político con la crisis. [...] Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Baja California Norte, Baja California Sur, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Guanajuato, Jalisco, Zacatecas, Tamaulipas, Querétaro, Durango, Hidalgo y Estado de México se vieron afectados por la varilla contaminada. [...] Como no había suficientes inspectores nucleares en el país, la prensa de la época cuenta que se improvisaron a funcionarios de la Secretaría de Salud, sin conocimientos en el tema, para que detectaran las radiaciones en los edificios contaminados - El País  

La gestión de los residuos

Nueve meses después, solo en Chihuahua había 20.000 toneladas de desechos radioactivos muy cerca de las zonas habitadas. La recogida fue realizada por los propios trabajadores de las empresas afectadas y se tardó varios meses en enterrar adecuadamente el material radioactivo. "Nos dieron palas largas y bolsas de polietileno", afirmó a la prensa mexicana uno de los trabajadores que estuvo en contacto con los desechos radioactivos.

En noviembre de 1984 se seleccionó el lugar definitivo donde descansarían los residuos radioactivos: "La Piedrería". Es un lugar que se encuentra a 15 kilómetros al sureste de Samalayuca, con 103 hectáreas de extensión donde hay nueve trincheras de 40 metros de largo, 15 de ancho y cinco metros de profundidad. Siete de las nueve trincheras disponen de muros, pisos y tapas de cemento.

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Excavación en la Piedrería. Fuente: CNSNS

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Excavación en la Piedrería. Fuente: CNSNS

 

Se calcula que ahí se sepultaron 36.000 toneladas métricas de desechos radioactivos. "No solo están las miles de toneladas de varilla de los fabricantes, sino también 29.000 toneladas de tierra y plasta contaminada de Aceros de Chihuahua, Falcón de Juárez, el "Yonke Fénix" y también del Río Sacramento y el arrollo 'El Jourudo', donde las primeras dos empresas tiraban sus desechos industriales", afirman ciertas fuentes. "La lista sigue con 860 botes con Cobalto-60 y más material radiactivo que se encontró en calles y carreteras". No obstante, debido a que la varilla fue distribuida a medio país, hay dos rellenos adicionales, uno en Mexicali y otro más en Maquixco, Estado de México. El primero contiene 70 toneladas de varilla y el segundo 110.

La CNSNS ordenó que en cada lugar se hiciera un seguimiento de impacto al medio ambiente luego del depósito de las toneladas de desechos radiactivo. Sin embargo, hay información contradictoria al respecto. Ciertas fuentes afirman que en "La Piedrería" los residuos se enterraron "sin seguir medidas de precaución" y que en los otros casos "solo se utilizó plástico y cemento para contener el material radiactivo".