PARTE II

Las guerras del agua

La disponibilidad del agua dulce está cada vez más amenazada por el uso de la tierra, la deforestación, el cambio climático, la contaminación y el mayor consumo de agua por una población y una industria que no dejan de crecer. Debido a este hecho, es muy posible que los existentes conflictos sobre el agua se intensifiquen y que surjan nuevos alrededor del planeta. Algunas voces afirman incluso que el agua será para la geopolítica del siglo XXI lo que fue el petróleo para el siglo XX ¿Estallarán las guerras por el agua en un futuro próximo? 

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Las guerras del agua

La disponibilidad de agua dulce que se encuentra en los ríos, lagos y bajo tierra está cada vez más amenazada por el uso de la tierra, la deforestación, el cambio climático y el mayor consumo de agua por una población y una industria que no dejan de crecer. Además, la calidad del agua está en peligro a causa del aumento de la contaminación, particularmente en las zonas urbanas y en relación con la agricultura intensificada.

A día de hoy, más de 1000 millones de personas no tienen acceso al agua potable, mientras que 2.600 millones carecen del saneamiento adecuado. La falta de saneamiento ocasiona a su vez la contaminación microbiana generalizada del agua potable. Al respecto, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades infecciosas transmitidas por el agua se cobran anualmente hasta 3.2 millones de vidas, lo que equivale a un 6% de las defunciones totales en el mundo.

Además, el último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC) advirtió del aumento de las sequías intensas y de las grandes restricciones de agua en grandes franjas del mundo. Por otro lado, no podemos olvidar la advertencia de la ONU sobre que en 2050 el consumo de agua aumentará un 44% para satisfacer las demandas industriales y de la población.

¿De qué hablamos cuando hablamos de "guerras del agua"?

La tesis de las "guerras por el agua" sugiere que la creciente escasez de este recurso generará conflictos violentos a medida que su disponibilidad se reduzca para ciertas comunidades. Al respecto, no son pocos los analistas que muestran su preocupación sobre la disminución de los suministro del agua y el aumento de la tensiones.

Algunas voces afirman que el agua será para la geopolítica del siglo XXI lo que fue el petróleo para el siglo XX. Además, estamos ante un recurso que es de vital importancia para el ser humano: sin beberlo no podríamos vivir más allá de tres o cuatro días. Por otro lado, su importancia lo podemos ver a través de las actividades que realiza el ser humano. Se usa para la agricultura en un 70%, en un 15% en la industria y el otro 15% en el uso domestico.

Si repasamos la historia reciente, nos daremos cuenta de que el control del petróleo ha contribuido al estallido de numerosas guerras, o que de una manera u otra, ha estado detrás de su desarrollo. Y como bien es sabido, la historia tiende a repetirse. En 1995, el ex vicepresidente del Banco Mundial, Ismail Serageldin, predijo que "las guerras del próximo siglo serán por el agua". En 2017, fue el Papa Francisco el que hizo la siguiente e impactante declaración: "Me pregunto si caminamos hacia la Gran Guerra Mundial del Agua".

Otras organizaciones también han sonado las alarmas. "La inseguridad del agua podría multiplicar el riesgo de conflicto", advierte uno de los informes emitidos por el Banco Mundial.

Las subidas en el precio de la comida causadas por las sequías pueden exacerbar los conflictos latentes e impulsar la migración. Donde las precipitaciones impactan en el crecimiento económico, episodios de sequías e inundaciones han generado olas de migración y repuntes en la violencia dentro de países - Banco Mundial

No todos comparten esta línea de opinión, no obstante. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el único problema con este escenario es "la falta de evidencia". La Organización afirma que, si bien los suministros de agua y la infraestructura a menudo han servido como herramientas u objetivos militares, "ningún Estado ha ido a la guerra específicamente por los recursos hídricos desde que las ciudades-estado de Lagash y Umma lucharon entre sí en la cuenca del Tigris-Éufrates en 2500 A.C.". Además subraya el hecho de que la cooperación internacional sigue siendo la norma en la gestión de las cuencas transnacionales.

El registro histórico demuestra que las disputas internacionales por el agua se resuelven, incluso entre enemigos e incluso cuando surgen conflictos por otros temas. Algunos de los enemigos más vociferantes del mundo han negociado acuerdos sobre el agua o están en proceso de hacerlo y las instituciones que han creado a menudo demuestran ser resistentes, incluso cuando las relaciones son tensas - UNESCO

Los conflictos son una realidad  

Aunque las predicciones de grandes guerras entre naciones por el agua no se ha cumplido todavía, sobran las batallas por este recurso esencial que han dejado y están produciendo víctimas.  

En un esfuerzo por comprender las conexiones entre los recursos hídricos, los sistemas de agua y la seguridad y los conflictos internacionales, el Pacific Institute inició un proyecto a finales de la década de 1980 para rastrear y categorizar eventos relacionados con el agua y los conflictos, que se ha actualizado continuamente desde entonces. Al respecto, el Pacific Institute afirma que, por ejemplo, el agua fue el desencadenante de 79 conflictos entre el año 2000 y 2009. Desde el 2010, según esta organización, se han producido otros 172 conflictos donde el desencadenante ha sido el agua.

Este no es el único organismo que estudia este tipo de conflictos, sin embargo. Investigadores de seis organizaciones han desarrollado un sistema de alerta temprana para a ayudar a predecir posibles conflictos por el agua a medida que la oleadas violentas relacionadas con el agua aumenten globalmente. Se trata de la herramienta de alerta temprana global Agua, Paz y Seguridad (WPS).

Este sistema combina variables ambientales como lluvias y malas cosechas con factores políticos, económicos y sociales para predecir el riesgo de conflictos violentos relacionados con el agua con hasta un año de antelación. Los desarrolladores afirman que el programa tiene una tasa de éxito del 86%. Este es el resultado a día de hoy:

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Fuente: https://www.waterpeacesecurity.org/map

Dentro de la situación actual del agua y su posible proyección futura, la ONU confirmó que existen aproximadamente 300 zonas en el mundo con conflictos abiertos alrededor de este recurso. Y es que ya sea porque su control centre la lucha, o bien porque se utilice como arma, el agua está teniendo cada vez más un papel protagonista. "El agua, la paz y la seguridad están unidas. Sin una gestión eficaz de nuestros recursos hídricos, corremos el riesgo de intensificar las disputas entre comunidades y sectores y aumentar las tensiones entre las naciones", advirtió, al respecto, António Guterres, el secretario general de la ONU.

La investigadora Laura F. Zarza cita algunos ejemplos de conflictos donde el agua juega un papel muy importante: el conflicto entre Israel y Palestina; la guerra civil en Siria; la disputa entre Bolivia y Chile por las aguas de Silala; el conflicto del Tigris y Eúfrates entre Turquía, Siria e Iraq; la cuenca del río Zambeze entre Mozambique y Zimbabwe; el conflicto del Nilo; y la Guerra del Agua de Cochabamba.

  • El conflicto entre Israel y Palestina: El agua no es principal factor del conflicto, pero sí una de sus cuestiones pendientes. Después de la ocupación de Cisjordania y la Franja de Gaza, Israel declaró de su propiedad todos los recursos hídricos y utiliza el control para dañar a su rival.
  • La guerra de Siria: Desde 2015, las partes implicadas en el conflicto están usando el acceso al agua potable como elemento para conseguir logros militares y políticos. La guerra ha provocado que millones de personas se queden sin acceso al agua y que cerca del 80% de los recursos hídricos estén contaminados.
  • La disputa entre Bolivia y Chile por las aguas de Silala: El enfrentamiento entre Bolivia y Chile por la gestión de las aguas del Silala comenzó en 1908, cuando Bolivia acusó a Chile de desviar el agua a través de canales artificiales. Este sistema hídrico está ubicado en la zona del altiplano andino, entre ambos países, y es el centro de una disputa entre los gobiernos respecto a su denominación, naturaleza, curso y uso que dura más de 100 años.

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Fuente: Wikipedia

  • El conflicto del Tigris y Eúfrates entre Turquía, Siria e Iraq: El conflicto sobre estos dos ríos implica a Iraq, Siria y Turquía. Ambos ríos nacen en Turquía, transitan por Siria y desembocan en el Golfo Pérsico en la costa iraquí. Cada país tiene en su mano cerrar la llave de paso al resto, y esto ha provocado que se generen enfrentamientos sobre cómo deben utilizarse las aguas que fluyen por ambos ríos. Las primeras disputas se remontan a la década de 1960, cuando comenzaron los grandes proyectos de desarrollo hidráulico en la región mesopotámica.

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Fuente: Wikipedia

  • La cuenca del río Zambeze entre Mozambique y Zimbabue: La cuenca del río Zambeze, ubicada en el sur de África, es uno de los sistemas hídricos más sobreexplotados del mundo. Los países que componen dicha cuenca compiten constantemente por sus aguas, dando origen a graves conflictos. En marzo del año 2000 estuvo a punto de iniciarse una guerra entre Mozambique y Zimbabue, cuando éste último abrió la presa de Kariba. A día de hoy, aunque menos sonados, los enfrentamientos por el recurso hídrico continúan.

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Fuente: Wikipedia

  • El conflicto del Nilo: Para Egipto el río es indispensable para la prosperidad del país. En 1922 declaró sus derechos históricos sobre la mayor parte del caudal. Entre 1929 y 1959, amenazó con la fuerza militar a los estados ribereños, en especial a Etiopía y Sudán, por querer construir presas en las partes altas del río. Desde 1970 hasta la actualidad, las amenazas se han vuelto mucho más agresivas. Incluso el que fue su presidente, Anwar al-Sadat, declaró que el único motivo que podría inducir a Egipto a entrar en guerra, era el agua.

 

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Fuente: Wikipedia

  • La Guerra del Agua de Cochabamba: Este episodio tuvo lugar en el año 2000 en Bolivia. Su detonante fue la privatización del abastecimiento de agua potable. Como consecuencia de la privatización, las tarifas del agua subieron en más de un 50% y  la población se echó a las calles. En respuesta, el gobierno boliviano decretó el estado de sitio. El colapso de la economía nacional y el aumento de los disturbios (al menos un muerto y 170 personas heridas en una de las protestas), hicieron que finalmente en abril se revocase la decisión y se devolviera el suministro de agua a manos públicas.

Posibles desarrollos futuros

Un estudio publicado en Global Environmental Change afirmaba que los "asuntos hidro-políticos", incluyendo tensiones y conflictos potenciales, podrían hacerse realidad en países donde se espera que se experimenten "restricciones de agua sumadas a altas poblaciones y tensiones geopolíticas preexistentes".

El estudio subrayaba que "estos factores se podrían combinar para aumentar la probabilidad de tensiones relacionadas con el agua, intensificándose potencialmente hasta el conflicto armado en cuencas fluviales transfronterizas de un 74.9% a un 95%". Estas áreas incluyen regiones situadas alrededor de ríos primarios en Asia y el norte de África. Entre los ríos mencionados se encuentran los siguientes: Tigris y Éufrates, el Indo, el Nilo y el Ganges-Barahmaputra. Además, el informe advirtió también de una probabilidad muy alta de que se desarrollen estas "interacciones hidro-políticas" en partes del suroeste estadounidense y en el norte de México, en torno al río Colorado. 

Las tensiones existentes entre India y Pakistán son especialmente preocupantes, ya que son rivales cuando se trata de recursos hídricos y potencias nucleares. Por ahora, estos países tienen un acuerdo sobre el río Indo y el reparto de su agua, mediante el Tratado del Agua del Indo de 1960. Sin embargo, las reclamaciones sobre el agua han sido centrales en su disputa continua sobre la región de Cachemira, un punto conflictivo durante más de 60 años. El tratado mencionado está ahora más en tensión que nunca, ya que Pakistán acusa a India de limitar su suministro de agua debido a la colocación de presas en varios ríos que fluyen desde Cachemira a Pakistán.

De hecho, un informe del Fondo Monetario Internacional fechado en 2018 situó a Pakistán en tercera posición entre los países que se enfrentan a restricciones de agua severas. Esto se debe al rápido deshielo de los glaciares localizados en el Himalaya que alimentan de agua al Indo. Al respecto, las estadísticas de la Cámara de Comercio e Industria de Islamabad (Pakistán) muestran que desde 2018 la disponibilidad del agua (per cápita en metros cúbicos por año) se redujo desde 5.260 en 1951 hasta 940 en 2015, y se proyecta que se reduzca hasta 860 para 2025.

En India las cosas no van mucho mejor. Según afirman el Ministerio de Estadística del país (2016) y el Ministerio Indio de Recursos Hídricos (2016), el agua disponible per cápita en metros cúbicos por año era 5.177 en 1951, y 1.474 en 2015, y se proyecta que se reduzca hasta 1.341 para 2025.

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Fuente: Wikipedia

A mediados de julio de este año, sonaron las alarmas en el Cuerno de África después de que los medios etíopes anunciaran que se había iniciado el proceso para rellenar el depósito del Gran Embalse Etíope del Renacimiento (GERD) en el curso del Nilo. Una acción unilateral de este tipo, aseguraban algunos expertos en el momento, podría desencadenar la primera "guerra del agua" abierta de la historia reciente entre Estados. Horas después del estallido de la crisis, el Gobierno etíope se echó atrás, lo que abrió una oportunidad a una solución negociada al conflicto.

La disputa entre Egipto y Etiopia por el agua del río Nilo se inició hace una década, con el anuncio de la edificación de la enorme presa, una de las más grandes de África y del mundo, pues ocupará una superficie de 1.800 km2 y su capacidad será de 74.000 millones de metros cúbicos. Por su parte, Egipto teme una reducción considerable del caudal del Nilo, que aporta al desértico país más del 90% de sus recursos hídricos.

A día de hoy, el proceso de negociación está estancado. Egipto está intentando intensificar la presión internacional sobre Etiopía involucrando al Consejo de Seguridad de la ONU.

Las guerras del agua, parte 1.