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SUSO DE TORO, LITERATO GALLEGO

«En España los conflictos políticos se solucionan a base de policía y cárcel»

Licenciado en Arte Moderno y Contemporáneo, Suso de Toro es también guionista de televisión y colaborador habitual en prensa y radio. Ha publicado más de veinte libros en gallego de narrativa, teatro y ensayo. Entre sus novelas destaca Trece badaladas, por la que recibió el Premio Nacional de Narrativa en 2003​ y que fue llevada al cine en 2002. Los compañeros de Nueva Revolución han charlado con él para conocer su visión sobre la Operación Jaro y la realidad de la militancia y la lucha soberanistas dentro del nacionalismo gallego.

SusoDeToro
«En España los conflictos políticos se solucionan a base de policía y cárcel»

¿Cómo definiría la Operación Jaro?

Realmente esta operación comenzó hace años, por lo que no podemos atribuirla ni siquiera a un gobierno concreto o a una coyuntura política específica, realmente la misma responde a toda una línea de operaciones del estado de carácter ideológico. Esa ideología se basa en un nacionalismo muy fuerte que tiene de fondo una clara consigna, la del “Atado y bien atado” que resume el último deseo que Franco transmitió a la figura del rey: el de la unidad indisoluble de España. Todo esto fomenta un nacionalismo homogéneo totalmente contrario a la diversidad nacional. Dentro de todo esto, siempre han existido operaciones políticas, policiales y judiciales en Galiza, Euskadi y Catalunya contra todo el independentismo, aunque este fuese pacífico. Solo tenemos que recordar por ejemplo el cierre de Egunkaria.

También en Galiza ha existido siempre una investigación y persecución de la ideología nacionalista gallega e independentista, por tanto esto no se trata de si compartes o no estas posiciones políticas, sino del respeto a los Derechos Civiles, la defensa de una idea por medios pacíficos. Este es el caso en el que nos situamos.

¿Existen resquicios de grupos u organizaciones que defiendan o ejecuten una lucha política armada en el independentismo gallego?

No desde hace tiempo, es cierto que existieron, pero hubo procesos penales y fueron desarticuladas. En estos momentos no hay pruebas de que nada de esto siga teniendo lugar, el propio nombre de “Resistencia galega” es un nombre que no responde a ninguna realidad. Es un nombre otorgado por la propia policía para designar un ente fruto de la imaginación, no existen operaciones violentas, estamos hablando de un recurso destinado a elaborar montajes políticos. Este mismo proceso lo hemos visto hace no mucho en Catalunya con los CDR, como criminalizan una lucha cívica pacífica y se la criminaliza por un silbato, una máscara y una pancarta para lograr atribuirles un componente violento.

Existen sectores minoritarios de la población gallega con claras tendencias independentistas, pero el nombre de Resistencia Gallega, esa organización, es algo que crea la propia policía. No existe grupo alguno que se llamase así y reivindicase acto violento alguno bajo ese nombre, es todo una invención. Un disparate.

¿Considera que tras el procés catalán se ha profundizado la represión policial y judicial del estado español contra las alternativas políticas independentistas?

Esta trama de persecución a un supuesto terrorismo gallego viene de antes, si bien es cierto que tras la criminalización del independentismo catalán, el estado ha desencadenado una respuesta cívica que ha sido silenciada, o ha intentado ser silenciada, con una respuesta policial y militarizada. La tentación de la respuesta militar es la tentación constante del estado español, algo que en mayor o menor medida siempre se encuentra presente. Ese salto cualitativo lo que ha conseguido es que se abra la puerta a la arbitrariedad más absoluta, ha conseguido que el estado español en los conflictos políticos pueda echar mano de un modo natural de sus recursos represivos. Ha creado un marco político de mucha mayor violencia. Esto ha perjudicado enormemente también a los independentistas gallegos.

Debemos defender los derechos civiles y apoyar a las personas que sufren represión

Vox ha llegado a presentar una reforma de la ley de partidos para suspender a todas las formaciones separatistas, pese a que en esta ocasión la formación ultra se ha quedado sola en la defensa en el Congreso de su particular fórmula de lo que ellos han dado en llamar “defensa de la democracia”, ¿le preocupa que un cambio de sumas parlamentarias pudiese reunir mayores apoyos ante medidas semejantes?

No lo creo. El sistema institucional español está en crisis, pero no así el sistema político. Es decir, el estado español es realmente fuerte, es un estado autoritario, fundado en la violencia y que recurre a ella con toda naturalidad. 

En España los conflictos políticos se solucionan a base de policía y cárcelpero en Europa conocen como es este estado, saben que este no es un estado en el que se haya dado un verdadero proceso de tránsito a la democracia, no ha sido así.

Por tanto aquí suelen darse internamente muchos espectáculos antidemocráticos que posteriormente la justicia europea se encarga de enmendar. Esto ya ha ocurrido en ocasiones anteriores con procesos que afectan a vascos y catalanes. Entonces, el sistema político español sigue funcionando porque existe un gran consenso entre los grandes partidos en torno a la Jefatura del Estado y la indivisibilidad de España. Es un consenso entorno a un estado muy rígido y autoritario, esto va desde Podemos a Vox. Dentro de todo esto, Vox simplemente es una creación que da juego para mantener esa frontera ideológica en la que se mueven todos los partidos estatales, funciona como una especie de barrera que refuerza los límites que no deben ser sobrepasados. Su papel es el de recordar los límites ante cualquier tentación de diálogo con Catalunya o cualquier desafío a la corona. Una herramienta útil para mantener este sistema político.

Hemos visto como en la moción de censura gran parte de la opinión pública y diferentes expertos políticos aplaudían el discurso de Pablo Casado por su aparente distanciamiento de Vox en relación con las trabas impuestas al gobierno durante esta pandemia, sin embargo también hemos podido comprobar como el líder de los populares y Santiago Abascal competían abiertamente en sus graves acusaciones contra los políticos catalanes, las formaciones nacionalistas y muy especialmente contra los políticos de Bildu, a los que continuamente se les ha acusado de cómplices del terrorismo o directamente terroristas, ¿resulta aceptable para gran parte de la política y la sociedad española seguir alimentando la confrontación con las periferias?

Algunas personas llevamos tiempo recordando que el franquismo tiene un asiento muy fuerte dentro de la sociedad española. Los partidos explícitamente franquistas y la violencia aceptada, ese “A por ellos”, no salen de la nada, tienen asientos en sectores importantes de la población. Incluso podemos hablar de determinados sectores y lugares del estado, Vox tiene representación en unos lugares y en otros no, esto es así y no tenemos que asustarnos o engañarnos. En importantes partes del estado y de la población la violencia tiene un poso legítimo en las relaciones sociales en una parte importante de la sociedad. A la sociedad española la han educado los curas y los militares, esto fue así durante mucho tiempo y esto se ha transmitido incluso dentro de las familias. La sociedad española no juzgó al franquismo, ni lo sometió a juicio. No hablo ya de un proceso penal, sino de un proceso ideológico y psicológico, se dio por bueno el pasado, pero si dejamos el pasado atrás, lo damos por bueno, la transición española dio por bueno el pasado, no lo sometió a juicio. Entonces esa sociedad educada en el miedo y el castigo se ha mantenido y se ha reproducido, ese “A por ellos” no nace de la nada, nace de personas que aceptan que esto es lo normal.

Mentalmente este es un país de policías y carceleros, aunque yo hubiese preferido que fuese un país de trabajadores y maestros. Aquí a quién se le ha subido el sueldo ha sido a los policías, no a los sanitarios, esa es España. 

Pero es que esto lo hace este gobierno, lo hace este gobierno al igual que los anteriores, lo hace porque esa es la ideología del estado. La sociedad española fue modelada por el franquismo porque no fue cuestionado.

¿Existe alguna salida al conflicto territorial que no pase por los procesos de independencia? ¿Es posible estructurar una República federal en España?

No creo que la corte permita algo así, el problema de España no está en Catalunya, Euskadi o Galiza, el problema de España está en una corte parasitaria y en personajes como Florentino que realmente son el paradigma de España, ¿qué industria ha tenido Florentino para fabricar algo? ¿Cómo se ha enriquecido Florentino? Pues con las contratas que le saca al estado, la burguesía cortesana se dedica a parasitar al estado de todos. Interesa que eso siga así y por tanto se impedirá cualquier solución negociada.

¿Consideras que la burguesía catalana ha actuado acorde al sentimiento de su población o se ha visto simplemente arrollada por los acontecimientos y por la necesidad de tapar sus numerosos casos de corrupción?

Cuando hablamos en términos de clase social a veces olvidados a las personas, las personas tienen su orgullo y en el caso de Catalunya hablamos de un pueblo tiene un orgullo cívico muy grande. No es casualidad que sea un pueblo que continuamente reclame sus derechos al estado español, algo que otros no hacemos, al menos no en la misma medida. La reacción del pueblo catalán se basa en un sentimiento claro de ofensa que hace que salgan a la calle personas de todas las clases sociales. La población de Catalunya saltó por encima de sus representantes, Artur Mas intentó de todos los modos conseguir algo de Mariano Rajoy que frenase todo aquello, lo intentó de todos los modos, pero la actitud intolerante del estado español cerró en seco cualquier posibilidad de frenar aquello. Entonces la población saltó por encima de sus representantes políticos.

¿Cómo definiría el papel de los medios de comunicación en todos estos procesos contra diferentes colectivos y militantes independentistas?

Lo triste de estas operaciones antidemocráticas que socavan la práctica de las libertades es que los aparatos de poder cuentan con mecanismos como los medios de comunicación. Las cabeceras de prensa, que reciben subvenciones de dinero público, aumentan de forma continuada todas estas actuaciones sin molestarse al menos en contrastar las informaciones que ofrecen. Algo que debiese de ser de obligado cumplimiento en el periodismo, pero aquí los medios de comunicación trabajan como meros altavoces de las versiones policiales, por lo que las personas que se ven afectadas por estos operativos, no pueden ofrecer su versión, se ven indefensos.

Aquí a quién se le ha subido el sueldo ha sido a los policías, no a los sanitarios, esa es España

¿Qué diferencia los postulados del independentismo gallego de los del BNG, la formación política mayoritaria en el nacionalismo gallego?

El BNG es una fuerza que se define como soberanista, pero que siempre ha aceptado los mecanismos de representación del estado. En su seno hay personas que se declaran comunistas, como son los militantes de la UPG, hasta personas que se declaran socialdemócratas y otras muchas que ni una cosa, ni la otra, pero que son persona que creen en la democracia, creen las necesidades de defender derechos colectivos y creen que Galiza está sometida a reglas dentro del estado de sometimiento y de espolio. Por otro lado los independentistas gallegos no aceptan o reconocen ese marco de representación del estado español y por tanto no participan del mismo.

¿Cuál debería ser la respuesta de la sociedad gallega y el nacionalismo frente a este tipo de operaciones policiales?

La respuesta democrática, denunciando esta situación y defendiendo los derechos civiles. Defendiendo que no pueden realizarse montajes policiales y que la policía la necesitamos para otra cosa, necesitamos una policía democrática que nos proteja a todos, que no persiga y criminalice a personas por su ideología política cuando esta es pacífica. Me refiero a la policía pero también a la justicia y al conjunto del estado. Debemos defender los derechos civiles y apoyar a las personas que sufren represión.

¿Qué siente uno cuando afronta acciones como esta Operación Jaro contra el independentismo gallego, mientras esta misma semana el estado español recibe a Leopoldo López como preso político venezolano?

Zapatero ha demostrado que existen límites éticos que no deben sobrepasarse, pues en este caso la postura en este sentido del gobierno de España, y de su presidente, es una postura indecente. Este señor es un golpista y un delincuente, un señor que apeló a la violencia para derrocar a un presidente legítimo. Y efectivamente, mientras tanto hay personas que están siendo criminalizadas y presos políticos en el estado español. Personas pacíficas.