NFAC: la nueva milicia afroamericana que reclama un Estado independiente en EE.UU

En los últimos meses hemos visto imágenes de una nueva milicia fuertemente armada desfilando en diferentes actos en Estados Unidos. Si bien en un primer momento se pensaba que podría ser una reedición de los Panteras Negras, ahora sabemos que no tiene nada que ver con este movimiento. Se trata de la NFAC (Not Fucking Around Coalition), una milicia armada compuesta al 100% por afroamericanos y que, según ha comunicado, pretende defender a su comunidad y crear un Estado étnicamente negro. De esta forma, esta milicia rompe con el esquema tradicional que caracteriza a las milicias estadounidenses, vinculadas en muchos casos a la extrema derecha supremacista.

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Discurso en Lousville del cabecilla del NFA, John Fitzgerald Johnson. (Captura de pantalla de vídeo de Youtube).
NFAC: la nueva milicia afroamericana que reclama un Estado independiente en EE.UU

¿Qué es la NFAC?

La Not Fucking Around Coalition es una milicia armada compuesta únicamente por afroamericanos que se caracteriza por la vestimenta negra, protección militar, el uso de fusiles de asalto y armas de gran calibre y su aparición en distintas concentraciones de protesta.

Completamente separado del movimiento Black Lives Matters, la NFAC está dispuesta a usar la violencia, tal y como declaró el líder del grupo “el gran maestro Jay”, cuyo verdadero nombre es John Fitzgerald Johnson.

Todos somos ex militares, somos muy disciplinados, todos somos tiradores expertos. No queremos negociar, no queremos cantar canciones - John Fitzgerald Johnson

Discurso de John Fitzgerald Johnson en Louisville

Basándose de algún modo en el Movimiento de los Panteras Negras de la década de los 60, la NFAC es “militante” y “separatista”, según Johnson. No obstante, la milicia niega cualquier conexión con los Black Panther.

La solución es muy simple. Seguimos una declaración de liberación, declarando a cada descendiente africano de la trata de esclavos prisionero político aquí en los Estados Unidos. Luego, después de eso, Estados Unidos tiene una opción, o nos proporcionan un pedazo de tierra aquí – tomaremos Texas y nos dejarán hacer lo nuestro – o el éxodo fuera de aquí e iremos a algún lugar donde nos darán nuestra propia tierra para construir nuestra propia nación – John Fitzgerald Johnson, líder de la NFAC

El grupo llamó la atención pública a principios de mes, cuando alrededor de 200 activistas marcharon en Stone Mountain Park en Georgia, un emplazamiento que alberga esculturas de soldados confederados y que es la meca de los supremacistas blancos.

Los portavoces de la manifestación desafiaron a los supremacistas y pidieron remover el monumento dedicado a la Confederación. Dicha obra es una talla que mide 58 metros de ancho con 90 metros de altura y muestra a los generales Robert E. Lee y Stonewall Jacson y al presidente Jefferson Davis.  

“No veo ninguna milicia blanca, tampoco veo a los boogie [boogaloo] boys, los 3% y todo el resto de esos ‘rednecks’ asustados. ¡Estamos aquí! ¿Dónde... están? ¡Estamos en su casa” – declaraciones efectuadas por uno de los milicianos

El 26 de julio, se estima que 2.500 miembros de la NFAC salieron a las calles de Louisville, Kentucky, uniéndose a una marcha de protesta por la muerte de Breonna Taylor, una enfermera afroamericana de 26 años asesinada por la policía en marzo. [Para observar una galería de fotos clicad aquí]

En esta ocasión, el grupo superó en número a los integrantes de una pequeña milicia de extrema derecha que hizo acto de presencia en el lugar.

La policía mantuvo las dos partes separadas, y el único incidente se produjo cuando tres miembros de la Coalición sufrieron heridas leves cuando un arma se disparó accidentalmente.

¿Una estrategia adecuada?

Tanto las organizaciones armadas como las terroristas, la diferencia radica en si causar el terror es un objetivo en sí o no, disponen de un componente que explica la decisión de recurrir al uso de la violencia como mecanismo de acción política y social. Este componente, a su vez, responde a un complejo cúmulo de factores.

Ya sea por razones objetivas o por razones que se perciben como objetivas, ciertos grupos recurren al uso de la violencia armada o al terrorismo cuando observan o sienten que son víctimas de la opresión, marginación, etc. o cuando ven que su mundo, como construcción social, está en peligro. El odio que se genera en la parte receptora en este proceso, a veces, traspasa la frontera de lo legal en la forma de expresarlo públicamente y se transforma en un poderoso componente que sirve como justificación para devolver al otro el dolor recibido.

La mayoría de las organizaciones armadas como las terroristas, recordemos que en numerosas ocasiones ciertas organizaciones han evolucionado de la lucha armada al terrorismo como método de acción, tienen como su combustible ideológico y moral el odio, un odio que se alimenta a su vez, en algunos casos de forma interesada, si ese colectivo sigue sufriendo la opresión, marginación, pérdida de su mundo etc.

En el caso de Estados Unidos, la lógica de la lucha armada interna tradicional, con un grupo armado estructurado que comienza su propia guerra particular contra el Estado, no se ha instaurado. Lo que si se ha consolidado, amparándose en la constitución, es la lógica de las milicias armadas y, por otro lado, la lógica del terrorismo doméstico.

Aunque todavía es pronto para saber que evolución tendrá la NFAC, si algo queda claro es que actúa como respuesta a la proliferación de milicias supremacistas y como ente de defensa u organización ante los continuos atropellos en materia de derechos que sufren los afroamericanos. Es decir, la NFAC es una respuesta organizada, muy probablemente articulada en base al hartazgo y la frustración que generan tanto la opresión como la marginación estructural en la comunidad afroamericana.  

La aparición de la NFAC, no obstante, tensará aún más la ya de por si complicada situación interna que atraviesa Estados Unidos. En 2017, había un total de 165 milicias “patrióticas” activas, reflejo de un movimiento heterogéneo que abarca desde milicias supremacistas hasta milicias extremistas antigobierno. No obstante, aunque el movimiento sea heterogéneo, la cantidad de organizaciones supremacistas y de individuos racistas empedernidos van en aumento.  

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Sin embargo, el discurso radical de la NFAC, sobre todo por su énfasis de crear un Estado étnicamente negro, y en especial que se muestre como una milicia altamente equipada, puede que actúe en contra de los intereses de la comunidad afroamericana.

El movimiento Black Lives Matters, con todas sus contradicciones y sobresaltos, ha logrado visibilizar, aunque sea de manera superficial, los atropellos que sufre en materia de derechos la comunidad afroamericana. Se ha conseguido configurar la opinión pública, que se ha vuelto mucho más sensible, aunque sea momentáneamente, ante estos sucesos. Se han efectuado numerosas marchas y manifestaciones de carácter pacífico que han congregado a miles de personas, y este ha sido su punto fuerte. Si los episodios de violencia nihilista no hubieran existido o se hubieran limitado a pocos casos, el eco del movimiento sería todavía más amplio y llegaría a más hogares estadounidenses.

El empleo de la violencia, aunque actúe como respuesta al dolor causado por el otro, dispone de un poder político muy limitado a día de hoy. Los episodios violentos solamente sirven para rellenar titulares sensacionalistas que sirven para desacreditar a un movimiento entero.

Tal y como se demostró en la época de Marthin Luther King, la única manera de atraer a aquellos que miran a otro lado o que muestran cierta sensibilidad pero que no actúan en consecuencia es dando ejemplo, un ejemplo que consiste en dejar en evidencia al otro, es decir, al opresor.

No obstante, a día de hoy, figuras como la de Marthin Luther King brillan por su ausencia, mientras que el hartazgo, la frustración y el odio se están adueñado de ciertos sectores de la comunidad afroamericana, que presas del dolor han abrazado, como en el caso de la NFAC, el fusil como su altavoz.