La nueva "revelación" de Jorge Fernández Díaz: “El diablo quiere destruir España”

El exministro del Interior Jorge Fernández Díaz ha vuelto a ser noticia. No, en está ocasión no se trata de alguna noticia relacionada con la Secretaria de Estado de Seguridad o el “circulo de poder” compuesto por afiliados o simpatizantes del Opus Dei que creó el ex ministro en la cúpula de Interior para dejar todo bien atado. En esta ocasión, va un paso más allá al afirmar que cuando era ministro el Papa Benedicto XVI le dijo, atentos, lo siguiente: “El diablo quiere destruir España”.  
diablo
La nueva "revelación" de Jorge Fernández Díaz: “El diablo quiere destruir España”

Este mensaje, que bien habrá servido para provocar alguna que otra carcajada a más de uno o para afianzar “la misión divina” y la “santa cruzada” de ciertos fanáticos religiosos, aparece registrado en un video producido durante estas semanas de confinamiento y que se ha extendido mediante las redes sociales. En él, ex exministro narra el contenido de un encuentro de 55 minutos que mantuvo con Benedicto XVI (Ratzinger) en 2015, cuando el primero era aún titular de Interior y el segundo era ya Papa emérito.

En esa reunión, Fernández Díaz trasladó los “problemas” que tenía España en aquel momento, refiriéndose principalmente a Cataluña, a lo que Benedicto XVI respondió que “el diablo quiere destruir España". Además, el Papa le dijo porque: “El diablo sabe los servicios prestados por España a la Iglesia de Cristo, conoce la misión de España, la evangelización de América por España, el papel de España durante la contrarreforma, la persecución religiosa de los años 30 del pasado siglo”.  Según el ex ministro, el papa le confesó que “el diablo ataca más a los mejores y por eso ataca especialmente a España y la quiere destruir”. No obstante, el jefe del vaticano le trasladó un mensaje esperanzador: “No lo conseguirá, pero apliquen las cuatro herramientas necesarias para derrotar al diablo en esta batalla: la humildad, la oración, el sufrimiento y la devoción a la Santísima Virgen”.

Jorge Fernández Díaz, de pecador a ferviente creyente

Por muy irónico que parezca, el ex ministro del Interior encontró a Dios en Las Vegas, la mismísima ciudad del pecado. “El salió manifiestamente a mi encuentro”, aseguró Fernández Díaz en una entrevista concedida al portal cristiano “Religión en Libertad” años después. Según su relato, durante aquella época el pecado inundaba su biografía. El tipo de vida que llevaba antes de abrazar el cristianismo queda retratado en las revelaciones que efectuó Jorge Verstrynge a la revista Jot Down, donde menciona una visita a un prostíbulo de Barcelona, al que, según el ex secretario de Alianza Popular, acudió acompañado por Fernández Díaz.

Os voy a contar cómo era el ministro de Interior: [En 1984] en un congreso de AP [Alianza Popular] en Barcelona queríamos saltarnos una hora porque estábamos aburridos. Entonces salimos y nos fuimos caminando al hotel, que era el Reina Sofía. Venía con nosotros el actual ministro del Interior y dijo: 'Vamos a pasar por aquí, conozco un bar con unas amigas entrañables'. Le dijimos: 'Pero eso es…'. 'No, no, son chicas muy limpias', concluyó – Declaraciones de Jorge Verstrynge

Apenas seis años después del episodio barcelonés, Fernández Díaz encontró a Dios en el lugar más insospechado del mundo, en Las Vegas. En pleno desierto de Nevada, a más de 9000 kilómetros de su hogar, en un lugar indeterminado entre casino y clubes de strippers, el ex ministro decidió “encaminar su vida hacia la espiritualidad del Opus Dei”.

¿Y a donde creéis que empezó a ir para encontrar la iluminación? Pues al lugar más sagrado para aquellos que conciben la guerra civil y el Franquismo como una “guerra santa contra el mal”: el Valle de los Caídos. Al respecto, en 2014, Eldiario.es desveló que Fernández Díaz se había convertido en un habitual del emplazamiento que albergaba los restos mortales del dictador, donde acudía con regularidad para orar con el abad Anselmo Álvarez.

Sí, estamos hablando de un ex ministro de misa diaria que es muy próximo al catolicismo más conservador:

En 2013, el exministro del Interior, que llegó a comparar el aborto con ETA en alguna ocasión, declaró de “utilidad pública” a Hazte Oír, organización compuesta por los sectores más ultra católicos españoles. Debido a esta decisión, se le permitieron excepciones fiscales y asistencia jurídica gratuita a esta organización, marcada por su intolerancia y carácter ultra. Por otra parte, esta medida se materializó un año después de que se presentara en el Juzgado de Primera Instancia de Madrid una demanda contra Hazte Oír. La demanda pretendía que la asociación fuera disuelta por “formar parte de una peligrosa sociedad secreta y paramilitar” llamada El Yunque. En 2014 quedó acreditada la relación entre El Yunque y “algunos de los miembros” de la organización. 

En 2014, Fernández Díaz concedió a la Virgen, en concreto a Nuestra Señora María Santísima del Amor, la más alta condecoración policial (no, no se trata de una broma). Los “méritos” para recibir la Medalla de Oro al Mérito Policial los realizó la cofradía del El Rico y María Santísima del Amor, que compartía con la Policía “valores como la dedicación, el desvelo, la solidaridad y el sacrificio”, según recogía la orden firmada por el ex ministro.

En 2015, declaró que tenía un Ángel de la Guarda llamado Marcelo que le ayudaba “en pequeñas cosas, como aparcar el coche, y también en las grandes”.

En mayo de este mismo año, saltaron las alarmas por un hecho que se podría considerar como de máxima gravedad. Según reveló el diario Público, Jorge Fernández Díaz construyó en la cúpula de Interior un “círculo de poder” compuesto por afiliados o simpatizantes del Opus Dei. Más de tres años después del fin de su mandato, la Secretaría de Estado de Seguridad sigue estando “controlada”, según este diario, por adeptos a la Obra. [Para más información consultad el siguiente reportaje]

El mandato de Jorge Fernández Díaz no brilló especialmente por su respeto hacía a la democracia y los derechos humanos. Su gestión al frente de Interior estuvo marcado por la puesta en Marcha de la Ley Mordaza, diseñada específicamente para frenar las protestas ciudadanas durante los peores años de las crisis. La gestión de la tragedia de Tarajal, que se saldó con la muerte de 15 personas, y el “caso de las escuchas” oscurecieron aún más el ya de por si oscuro mandato.