Eulixe

RODRIGO SOROGOYEN

“No miramos a la vida como si hubiera malos y buenos, nos parece una visión simplista y peligrosa”

Una de las series del año, ha sido sin lugar a dudas “Antidisturbios”. Hablamos con Rodrigo Sorogoyen, director de la serie, para que nos contará los pormenores que han rodeado a esta gran ficción.

sorogoyen
Rodrigo Sorogoyen durante la grabación de "Antidisturbios".
“No miramos a la vida como si hubiera malos y buenos, nos parece una visión simplista y peligrosa”

Artículo original de Nueva Revolución

¿Qué te ha parecido la recepción por parte del público de “Antidisturbios?

Nos ha parecido una sorpresa muy gratificante, muy bonita, no esperábamos que fuera a llegar y a gustar a tanta gente.

¿Crees que las críticas de sectores de la Policía Nacional ha beneficiado a la serie? 

Mínimamente.

¿Cómo decidís Isabel Peña y tú crear esta historia?

Más que una historia, es un mundo, un universo que teníamos pensado desde “Que Dios Nos Perdone”, casi desde cuando empezamos a idearla allá por 2011-2012. Había un personaje que era un antidisturbios que no entró al final en la trama por razones dramatúrgicas, y se nos quedó ahí. Teníamos en nuestras cabezas esos mundos y en cuando supimos/quisimos que íbamos a hacer una serie, volvió la idea de este personaje.

Es una serie valiente, ponéis como protagonistas a un colectivo denostado por la sociedad, ¿qué queríais destacar de ellos?

No queríamos destacar nada, alguna gente me ha comentado si los queríamos poner de buenos, no era nuestro objetivo. El objetivo principal es como refieres en la primera parte de la pregunta. Como es un colectivo denostado por la sociedad, nos interesaba hablar de él. Primero conocerlo nosotros mismos, adentrarnos con lo incómodo e interesante que puede ser eso para nosotros, y luego creíamos que tenían un gran potencial cinematográfico. Desde adentrarte en su aspecto más de acción, o solo fijarte en los personajes y no hacer nada de acción etc… ahí ya entra el diseño de la serie y el guión donde ya hemos hecho un equilibrio entre estos dos aspectos. Insisto, no queríamos destacar nada, otra cosa es, las ideas con las que nos hemos quedado después, nos parecen trabajadores que desarrollan un oficio que nos resultó muy  interesante.

Lo que resalta de la serie por encima de todo es el gran reparto, y los personajes que asumen, ¿os fue difícil escogerlos? ¿Qué buscábais en cada uno de los actores/actrices?

Los protagonistas no fueron nada difícil escogerlos, muchos de ellos ya venían en nuestras cabezas de guionistas y queríamos que fueran ellos; hemos tenido mucha suerte en conseguirlos. A los que les hicimos prueba, fue muy fácil escogerlos porque lo hicieron muy bien: Vicky Luengo lo hizo muy bien, vimos a muchas actrices, y en cuanto vimos la prueba de Vicky, sabíamos que era ella. Con respecto al casting general de actores de la serie, sí que ha sido muy complicado al pasar muchos actores por ella, y había que buscar encontrar muchos matices etc.. aparte de características físicas, no por ser fuerte, alto etc… pero sí una mirada, una manera de estar, un ritmo interno- externo de cada personaje. A parte de eso lo que busco en una actor es complicidad, comunicación y que conecte conmigo. A lo mejor hay actores que no he escogido para esta serie y eso no implica que no piense que sean peores intérpretes, lo que pasa es que mi forma de comunicarme con ellos es más complicada, si esto ocurre el rodaje va a ser peor, va a ser más lento, más complicado. Intento mirar a los ojos de un actor, y si le digo blanco y el entiende blanco vamos por el mismo camino, si le digo negro y él entiende blanco, pues hay un tiempo de trabajo. En definitiva lo que busco es comunicación con ellos.

Es una historia de claroscuros, grises, ni todos son tan malos, ni todos son tan buenos ¿me equivoco?

No te equivocas, y eso es lo que intentamos hacer en todas las ficciones, sean de policías, sean de una madre que ha perdido a su hijo. No miramos a la vida tanto fuera como dentro del trabajo, como si hubiera malos y buenos, nos parece una visión simplista y peligrosa. Las ficciones y cosas que más nos han tocado en nuestra vida son justamente así, supongo que nos hemos criado con esa idea.

Ponéis como eje catalizador de la trama a una mujer, Vicky Luengo, en el papel de Urquijo. ¿Por qué decidisteis que fuera así? 

Por una cuestión de riqueza. Si hubiera sido un hombre, no hubiéramos tardado ni un segundo en decidir eso. Es un diseño de serie, mucho más interesante, más divertido si pones al lado a una mujer. Si hubiéramos hecho al revés, una serie con 6 mujeres, creo que lo más divertido sería haber puesto a un hombre al otro lado.

Me asombra tu capacidad de pasar en la acción de 0 a 100 en segundos, ¿cómo lo consigues? ¿En que pones especial énfasis? 

No lo sé, no lo sé cómo lo conseguimos. En cada momento de una manera, a veces es el montaje el que te da eso, otras el actor, otras el guión. Intento que en cada cosa que rodamos, cada escena, cada plano, haya una tensión. Esa tensión puede ser simplemente: “creo que me estás ocultando algo”… “o eso que hablamos ayer no está solucionado del todo”, sería una tensión pequeña, pero lo que buscamos es que en cada plano que rodamos haya una tensión entre dos personajes. Si a priori no la hay, la intentamos crear.

¿Qué fue lo más difícil de rodar en la serie?

Fueron tres escenas: el desahucio, el Bernabéu con la batalla de los ultras y la escena del capítulo del restaurante, donde están todos ellos. Eso es lo más difícil que he rodado en mi vida, 6 actores muy buenos, que ya se conocen con un plano secuencia larguísimo, fue sin duda lo más complicado. Si esa escena no sale bien, no tiene solución. Después la escena del desahucio, lo preparamos muchísimo, ya que era muy difícil. Al prepararlo mucho esa sensación de complicación, es mucho menor y con un rodaje de muchos días. Fue más duro que otra cosa, rodarlo en condiciones muy duras, espacios muy pequeños, mucha gente, nervios del principio… no nos conocíamos tanto. El plano secuencia del Bernabéu también fue muy complicado, pero también lo preparamos mucho, es verdad que es algo sucio, si lo analizas detenidamente pudiera tener cosas mejorables, aunque le dedicamos como te digo mucho tiempo.

Sigues ahondado en el tema de la corrupción como en “El Reino”, pero ahora con temática policial, ¿crees que está ya todo dicho sobre la corrupción en nuestro país a nivel cinematográfico?

No, ni de coña. Lamentable o afortunadamente, ya que nos dará muchos momentos de cine sobre corrupción. Hay muchísimo que contar, se está empezando ahora a poner el ojo ahí.

¿Os habéis quedado con las ganas de contar más trapos sucios señalando instancias más superiores? ¿Alguna presión por no tocar ciertos temas?

No, no nos hemos quedado con ganas. Te puedes quedar con ganas en el sentido de que descubras cosas, y piensas “esto habría que contarlo, es interesante”… ese tipo de ganas. Lo que no hemos hecho, no están porque no caben. Como guionistas tenemos un deber, y es el de concretar, en ese sentido creemos que la serie cuenta lo que tenía que contar. Hay muchas cosas que contar que se quedan ahí, en nuestro archivador.

¿Serías capaz de dirigir un serie en la que se tratara lo acontecido últimamente en nuestra Casa Real?

Sí, claro por supuesto. Es un tema muy interesante, y es un tema que hay que tocar. Se tocará. Puede que tarde un año, puede que tarde cinco. En el momento en que lo creadores estén dispuestos y la sociedad también esté dispuesta, pero vamos, sería capaz y mucha gente también.

¿Buscas incomodar al público cuando ruedas una historia? 

Esta pregunta me la han hecho muchas veces, y en todas la películas que hacemos. La respuesta es sí, pero con un matiz. La gente se cree que incomodar es como tocar los cojones, y no me refiero a eso. En el cine lo que busco como espectador, y por tanto como cineasta, es tocar, emocionar de alguna manera, crear emociones en espectador. Hay una emoción que es la “incomodidad moral” “psicológica”, (la física me interesa un poco menos), que algunas veces se consigue. Cuando lo he vivido como espectador no es agradable, pero piensas cómo es posible que algo que ocurre en una pantalla de dos dimensiones me esté incomodando, es decir, que me olvide de mi vida, y me haya metido tanto en esta otra vida que me están contando que de repente se me ha cambiado el cuerpo. No lo busco constantemente, pero es una sensación que está bien, cuando pagas una entrada de cine, que te ocurra. Incomodar de manera moral creo que es una obligación de un cineasta, no todo el rato, también hay que contar historias bonitas y que sean agradables, pero también hay que contar las otras. A mi personalmente me gustan esas historias. Creo que somos una sociedad muy adormilada, y muy cómoda, o estamos en un momento muy adormilado y cómodo, y por tanto vienen bien historias que nos incomoden moralmente. Eso hace que te plantees cosas, que estemos en constante búsqueda, reflexión, análisis y creo que esta sociedad ha perdido mucho de eso. En resumen, no busco incomodar al espectador directamente, pero si nos podemos a matizarlo, me ratifico en lo comentado anteriormente.

¿Cómo ves nuestra sociedad, en concreto la española, a nivel general? ¿La ves preparada para entender el verdadero sentido de la serie? 

Sí, sí, la veo preparada. Es verdad, que el espectador es cada vez más vago, y como creadores tenemos la obligación de intentar revertir eso, pero por supuesto que la veo preparada.

Un deseo…

Poder seguir contando historias toda mi vida. Es un deseo muy loable, honorable supongo, y es difícil, ya que es una profesión complicada.

Para los lectores de Nueva Revolución, ¿por qué deberían ver “Antidisturbios”?

Bueno, no es que deban, me encantaría que la vieran, porque creo habla de temas importantes e interesantes en la sociedad, y creo sobre todo que es muy entretenida. Creo que el espectador se lo va a pasar bien viendo la serie, sobre un colectivo del que no se había hecho ficciones, por tanto si es entretenida y añades esto último es una buena combinación.