Cuando compramos bienes o servicios con regularidad, ayudamos a impulsar la economía a nivel local y nacional.

Pero, ¿qué pasa si vives en un lugar como Siria, desgarrada con una guerra civil de siete años?

Aparte de los obvios costos humanitarios, estas circunstancias extremas en última instancia cambian comportamiento de gasto, cómo operan las empresas y cómo se utiliza el capital. El hecho es que los conflictos, los homicidios, el terrorismo y otros tipos de violencia pueden obstaculizar la productividad y la creación de riqueza, y esto, en última instancia, tiene un impacto en las familias de todo el mundo.

Para conmemorar el Día de la Paz, celebrado el 28 de enero, utilizamos datos del informe del Índice Global de Paz 2018, que trata de poner una cifra en los gastos y los efectos económicos relacionados con "contener, prevenir y enfrentar las consecuencias de la violencia".

Según el informe, el impacto económico de la violencia en la economía global fue de $ 14,76 billones en 2017 en términos de paridad de poder adquisitivo (PPA) constante. Esto es aproximadamente el 12,4% del producto interno bruto (PIB) mundial, o $ 1,988 por persona.

Fuente: Visual Capitalist