Un actor, un oligarca y la de siempre, Ucrania elige presidente sin claro favorito

Zelenskiy, Poroshenko y Timoshenko encabezan las encuestas de las presidenciales cuya primera vuelta se celebra este domingo. Pronósticos poco claros, cansancio de la clase política y posible fraude marcan estos comicios.

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Un actor, un oligarca y la de siempre, Ucrania elige presidente sin claro favorito

Este domingo un total de 29,8 millones de ucranianos están llamados a urnas para elegir al que será su presidente los próximos 5 años. Del total de 39 candidatos registrados para estas elecciones, récord en Ucrania, tres son considerados favoritos destacados para estar en segunda vuelta, ya que ninguno parece ser capaz en alcanzar más de la mitad de los votos este 31 de marzo. Ellos son el actor Vladimir Zelenskiy, el oligarca y actual presidente Petro Poroshenko y la ex primera ministra Yulia Timoshenko.

Zelenskiy es el principal favorito, al menos en la primera vuelta. Este humorista, actor y productor es la única cara nueva que tiene opciones de victoria. El showman ha hecho una campaña atípica, no se ha presentado a ningún debate televisado y se ha apoyado sobre todo en su popularidad personal. No ha presentado ninguna propuesta novedosa y parte de las que ha hecho no tienen que ver con la labor presidencial y son potestad del parlamento y gobierno, como la reforma médica que quiere realizar. 

Detrás suyo está el oligarca Igor Kolomoiskiy, uno de los principales rivales de Poroshenko. Kolomoiskiy ha apostado por explotar al máximo el amor popular de su activo mediático, ya que el oligarca es accionista mayoritario del canal 1+1 dónde trabaja y dónde se emiten la mayoría de los trabajos de Zelenskiy. Entre un 25 y un 30% de los votos en la primera vuelta serán para él. Su mayor problema es la volatilidad de su electorado, propenso a cambiar de opinión en el último momento si se dan cualquier clase de circunstancias, como actividad militar en el Donbass, disturbios o algún escándalo de última hora. 

El actual presidente ucraniano Poroshenko es el segundo favorito. En un sprint final ha conseguido unos pronósticos del 15 al 20% de los votos. Tiene de su lado a todo el aparato administrativo con las posibilidades de irregularidades a su favor que le da. Su mandato es bastante discutible y si bien le ofrece un núcleo electoral bastante estable, tiene también muchas promesas incumplidas que le restan simpatizantes. Ha estabilizado el país en unos momentos muy difíciles en 2014 y 2015, pero a partir de allí ni ha parado la guerra, ni ha erradicado la corrupción, ni siquiera ha vendido sus propios negocios, algo que era uno de los puntos principales en su campaña electoral en 2014.

La tercera en discordia, y la única mujer favorita, es la sempiterna de la política ucraniana como Timoshenko. Fue figura clave de la oposición en varios periodos, e incluso primera ministra de 2007 a 2010. Era la principal favorita hace unos meses, pero el haber empezado a hacer campaña electoral mucho antes incluso de que esta empezará de manera oficial le ha penalizado al final. Falta de ideas nuevas y con problemas de financiación en su partido, se le pronostica entorno al 12-15% de los votos. Teóricamente podrá luchar por la segunda vuelta, pero lo va a tener difícil.

El resto de candidatos son o bien candidatos técnicos, es decir están para arañar votos a otros rivales o bien no tienen opciones reales. Entre ellos destaca el considerado prorruso Yuri Boiko, las encuestas le dan aproximadamente un 10% de los votos, el ex militar Gritsenko con 7-8% y el populista Lyashko con un 5%. Todos ellos hacen más campaña de cara a situarse para las parlamentarias de otoño que para ser presidente.

De la propia campaña destaca la ausencia de grandes debates televisados, la ausencia de ideas novedosas en las promesas electorales y los fantasmas de fraude en torno a los comicios. Todos los candidatos favoritos prometen acercar Ucrania a la UE y OTAN, mejorar la situación económica y devolver el control sobre Crimea y Donbass para Kiev. Eso sí, en ningún caso los planes son demasiado elaborados y van más allá del eslogan. Destacaría quizás la reunión del candidato Boiko con el primer ministro ruso Medvedev, algo que le aportará votos, pero probablemente ni así se meterá en segunda vuelta. 

Mucho más realistas son las sospechas de posible fraude. Así la comisión electoral central eliminó a mediados de febrero, y con los comicios ya convocados, de sus registros más de 5 millones y medio de votantes sin dar demasiadas explicaciones. Así los que podrán votar pasaron de 35,5 millones a 29,8. Algo que sería un escándalo mayúsculo en un país de la UE en Ucrania apenas ha trascendido. Otro punto son los candidatos técnicos. Hay uno por ejemplo que se llama Yuri Timoshenko, con la esperanza que cierto número de personas que vayan a votar a Yulia Timoshenko, se equivoquen de casilla al no haber foto en las papeletas. Están muchos otros métodos, como los clásicos compra de votos o de comisiones de recuento en las provincias. Poroshenko se juega el todo por el todo en estas elecciones y pocos tienen duda de que hará todo lo posible para mantenerse en el poder. 

Texto publicado originalmente en el diario Gara.