PARTE II: SALUD MENTAL

La otras pandemias que asolan el Estado español

Mientras que la pandemia generada por la covid-19 sigue asolando el Estado español causando muertes y llenando titulares, hay otra pandemia que, al parecer, no causa tanta preocupación publica pero que es devastadora: la afectación a la salud mental. Al respecto, se ha constatado un aumento de los trastornos de ansiedad, depresión y estrés postraumático a nivel general. Además, se ha observado también el agravamiento de los factores de riesgo de suicidio, en un país donde de media se suicida una persona cada 2.5 horas. Por último, según investigaciones realizadas, el colectivo de los sanitarios ha sido uno de los más afectados en el terreno de la salud mental, registrándose un considerable aumento en las afectaciones mentales.  

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La otras pandemias que asolan el Estado español

 

A día de hoy el Estado español está sufriendo una crisis sanitaria sin precedentes provocada por la pandemia generada por el virus SARS-CoV-2 que se ha extendiendo a lo largo y ancho del planeta dejando tras de sí una estela de sufrimiento y miseria. El 2020 fue el año más mortal de la historia democrática del Estado español tanto en números absolutos como ajustando por población, según cálculos realizados por elDiario.es. En la última semana del pasado año se contabilizaron 499.764 muertes, un 20.4% más que en el año anterior. 

Además de las muertes y las secuelas físicas que está dejando la covid-19, la salud mental de las personas se está viendo gravemente afectada. Antes de que la pandemia estallara en el Estado español la radiografía de la salud mental era la siguiente:

  • El 6.7% de la población del Estado español estaba afectado por la ansiedad, exactamente la misma cifra de personas con depresión. En ambas era más del doble en mujeres (9.2%) que en hombres (4%).
  • Entre el 2.5% y el 3% de la población adulta tenía un trastorno mental grave. Esto supone más de un millón de personas.
  • 2 millones de jóvenes de 15 a 29 años (30%) sufrieron síntomas de trastorno mental en el último año.  
  • El 9% de la población tenía algún tipo de problema se salud mental y el 25% lo tendrá en algún momento de su vida.
  • Más de la mitad de las personas con trastorno mental que necesitan tratamiento no lo recibían y un porcentaje significativo no recibía el adecuado.
  • Entre el 11% y el 27% de los problemas de salud mental en el Estado se podían atribuir a las condiciones de trabajo.
  • 8 de cada 10 personas con problemas de salud mental no tenía empleo (82%).

Impactos de la pandemia en la salud mental general

Todo suceso que altera dramáticamente la vida de las personas es susceptible de provocar afectaciones de carácter mental. En este sentido, la pandemia provocada por la covid-19 ha alterado directamente la vida de millones de personas.

Las catástrofes de gran envergadura que provocan numerosas muertes y tienen la capacidad de alterar gravemente la normalidad tienen un efecto devastador en la psique humana. En el caso de la pandemia provocada por la covid-19 hay, además, un factor agravante: el tiempo. Si una situación de riesgo excepcional se prolonga en el tiempo y si las medidas correctoras se enquistan se produce una perturbación considerable en las personas.

Ha transcurrido casi un año desde que se decretara el primer estado de alarma. Y a partir de ese instante la realidad cotidiana se ha visto gravemente afectada. El aislamiento social, el temor al contagio, la incertidumbre, la angustia financiera, el miedo o los duelos mal resueltos están minando la salud mental de muchas personas. Al respecto, un análisis de 55 estudios publicados constata un aumento de los trastornos de ansiedad, depresión y estrés postraumático. También se ha registrado un importante incremento de los casos de insomnio, con un dato preocupante: su incidencia es dos veces más alta entre el personal sanitario.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya advirtió en octubre que la pandemia "había paralizado o reducido los dispositivos de salud mental justo cuando más necesarios eran para atenuar los efectos sobre las personas con trastornos mentales y la población general". Para empezar, una parte importante  de los afectados por la covid-19 sufre secuelas mentales que deben ser atendidas. Por otro lado, la pandemia ha descompensado también a muchos enfermos mentales que se encontraban en tratamiento, que han sufrido recaídas al no poder recibir asistencia presencial o mantener la terapia de grupo. A todo esto hay que añadirle además la sintomatología que está desencadenando en personas que han sufrido pérdidas cercanas y no ha podido hacer el duelo, que han perdido el trabajo o se encuentran solas entre tanta incertidumbre.

Según un estudio publicado en la revista The Lancet Psychiatry, las personas que han pasado el coronavirus tienen más posibilidades de desarrollar una enfermedad mental en los tres meses siguientes a dar positivo. En ese período de 90 días, el 20% de los pacientes estudiados manifestó por primera vez ansiedad, depresión o insomnio - The Huffington Post

Durante la primera ola de la pandemia ya se constató un aumento en el consumo de ansiolíticos y antidepresivos. En concreto, entre enero y septiembre la venta de estos fármacos creció en el Estado un 4%, unos 4.4 millones de envases más, hasta superar los 110 millones dispensados. El peligro reside en que una parte de los afectaciones mentales de carácter reactivo se vuelvan crónicos si no se recibe la atención adecuada y deriven en patología mental persistente.

[...] Va a haber una gran ola de trastornos mentales que no son derivados exclusivamente de los contagios por la pandemia sino por las consecuencias económicas y sociales de la crisis sanitaria. En 2008 y 2009, con la crisis económica ya vivimos algo parecido, se incrementaron los trastornos mentales de ansiedad, de depresión y el sueño en un 20%. Esta vez, no parece que vaya a ser menor. Se espera que llegue una gran ola de trastornos mentales. [...] Durante décadas nos creímos que éramos la mejor Sanidad del mundo porque no se nos había puesto en tensión pero al final se ha visto que en una situación de estrés y al tener un déficit de base, el sistema sanitario ha respondido como ha podido. [...] La ratio de psiquiatras en España es muy inferior al del resto de los países europeos. [...] Se invierte un 5,5% del presupuesto total adjudicado a la Sanidad frente al 7% de media en el resto de la Unión Europea - Celso Arango, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y jefe del área de Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón en Madrid y de su instituto de psiquiatría.

 

Otro de los ámbitos de la salud mental donde la pandemia está haciendo mella es en el riesgo de suicidio. "La pandemia agrava los factores de riesgo de suicidio", subraya al respecto la ONU. Esta advertencia fue lanzada el 10 de septiembre, Día Mundial de la Prevención del Suicidio, del 2020.

Los recientes estudios con los que cuenta la Organización demuestran un aumento de la angustia, la ansiedad y la depresión, en particular entre los trabajadores de la salud. Estos síntomas, además de la violencia, los trastornos por consumo de alcohol, el abuso de sustancias y los sentimientos de pérdida, son factores importantes que pueden aumentar el riesgo de que una persona decida quitarse la vida - ONU, 10 de septiembre de 2020

Según los datos oficiales, durante el 2019, es decir, antes de la pandemia, se produjeron 3.145 suicidios en el Estado español. La gran mayoría (80%) eran hombres y cerca del 40% eran personas mayores de 60 años. De media, se producen 10 suicidios al día en el Estado, es decir que se registra un suicidio cada 2.5 horas y fallecen de esta manera el doble de personas que por accidentes de tráfico, 11 veces más que por homicidios y 80 veces más que por violencia de género.

La ONG Teléfono de la Esperanza, que ofrece asistencia telefónica gratuita a las personas que necesitan ayuda psicológica, recibió 80.600 llamadas entre el 14 de marzo y el 31 de septiembre de 2020, un 50% más que en el mismo periodo del año anterior. De ellas, 2.500 llamadas (el 0.3% del total) estuvieron relacionadas directamente con una temática de suicidio, realizadas por las personas que llamaron durante un suicidio en curso o que estaban pensando en hacerlo.

Las cifras registradas por esta ONG, la segunda más antigua de España, dan buena cuenta de los efectos que la pandemia está teniendo sobre la salud mental. La muerte de familiares por la covid-19, la pérdida de puestos de empleo, la incertidumbre socioeconómica, el alza en los divorcios y la situación de soledad de miles de personas están detrás del aumento de las sintomatologías de ansiedad y depresión, que en algunos casos acaban derivando incluso en tendencias suicidas. "Las problemáticas más comunes en el 99% de las llamadas que atendemos están relacionados con la soledad, la ansiedad y la depresión, pero también hay muchos problemas de índole personas y familiar", indica Lorena Prieto coordinadora de la oficina del Teléfono de la Esperanza en Madrid.

El número de llamadas se mantiene en las mismas cifras que registrábamos durante el confinamiento domiciliario. Sólo hubo un pequeño valle durante el mes de agosto. Ahora muchas de las nuevas llamadas están relacionadas con el miedo y la incertidumbre. Desde el Teléfono de la Esperanza estamos convencidos de que los casos de ansiedad y depresión van a crecer en los próximos meses - Lorena Prieto,  coordinadora de la oficina del Teléfono de la Esperanza en Madrid [Datos del 3 de noviembre de 2020].

Impacto en la salud mental de los sanitarios

Una de las primeras barreras activas frente a la expansión de la covid-19 son los sanitarios. Sin embargo, la elevada carga de trabajo y las duras situaciones vividas debido a la pandemia han dejado huella en su salud, tanto física como mental. Según una investigación que ha contado con 9.138 profesionales de 18 centros sanitarios españoles de 6 comunidades autónomas, casi la mitad de ellos tuvo un alto riesgo de sufrir un trastorno mental durante la primera ola de la pandemia.

Los estudios realizados afirman que se encontró que el 45.7% tuvo un riesgo alto de desarrollar algún tipo de trastorno psicológico. Además, el 14.5% presentó algún problema mental discapacitante que repercutió en su vida social y profesional. Por otro lado, en cuanto a las patologías, después de la primera ola de la pandemia el 28.1% de los participantes presentó depresión, el 25% pánico, el 22.5% ansiedad, el 22.2% estrés postraumatico y algo más del 6% abusó de sustancias.

A parte de una prevalencia elevada de trastornos mentales, también se documentó una prevalencia alta de ideación suicida activa, del 3.5%. Una cifra que contrasta con el 0.7-0.9% estimado para la población general antes de la pandemia. Además, el 0.1% de los sanitarios intentó suicidarse durante la primera ola de la pandemia.