Se estrecha el cerco científico sobre el coronavirus con avances en muchos países

Alemania, Rusia, Australia, China o EE.UU. han lanzado todo su potencial científico a combatir el coronavirus. Entender mejor su origen y su estructura exacta ayudará a combatirlo de la manera más rápida. Analizamos algunos de estos esfuerzos y la problemática que vive el mundo de la comunidad científica. 
Se estrecha el cerco científico sobre el coronavirus con avances en muchos países

Los científicos de todo el mundo están trabajando en encontrar la solución definitiva al coronavirus. Investigadores de diferentes países están estudiando diferentes variantes de coronavirus. Ya hay bastante información sobre el nuevo enemigo de la humanidad, aunque la secuencia del genoma del SARS-CoV consiste sólo en unos 30 mil nucleótidos (en comparación con el ADN humano que comprende 3.200 millones de pares de nucleótidos). Parece poco, pero es en total más de 18 GB de información en disco duro.

Rusia

En la actualidad, la decodificación del genoma de un virus hasta ahora desconocido no representa gran dificultad. La dificultad radica en el procesamiento minucioso de los datos obtenidos, es decir, en la separación de las mutaciones producidas de los errores que aparecen durante la lectura del genoma. El coronavirus ha sido totalmente descifrado por científicos de la Universidad Estatal de San Petersburgo. Así se anunció oficialmente el 27 de marzo. Un equipo de bioinformática del Centro Universitario de Bioinformática y Biotecnología Algorítmica ensamblaron el genoma de la versión rusa del virus SARS-CoV-2 basándose en datos de secuenciación.

La reconstrucción de este genoma por parte de los científicos rusos permitió determinar la diferencia entre la versión china y la europea de este virus, y en concreto la extendida en Rusia. Se identificaron las debilidades de la estructura del virus y las áreas más significativas del genoma, en las que se puede intervenir para neutralizarlo. El coronavirus hace mutaciones, y en gran medida, éste es su peligro adicional. Los especialistas rusos Dmitriy Antípov y Mijaíl Raiko, pospusieron todos sus proyectos y lograron restaurar la estructura primaria del genoma del virus en solo dos días. Según ellos, "los virus ARN poseen una fuerte capacidad de variación, por lo que es necesario estudiar un gran número de variantes de virus”. La información recopilada contribuirá al proceso de elaboración de la vacuna.

Es curioso que ello lo han conseguido a pesar de las sanciones impuestas a su país. Ya que incluso los centro punteros debido a las sanciones carecen de los últimos equipos y programas informáticos especializados. Sin embargo, esto no detuvo a los científicos: en cooperación con el Instituto de la Gripe de San Petersburgo y con los investigadores de Skolkovo (el centro de innovación líder lanzado por el estado ruso), ellos "hackearon" completamente el coronavirus y transfirieron los datos a los médicos. 

Alemania

Al mismo tiempo en Alemania los científicos de la Universidad de Lübeck han conseguido identificar la proteína, M pro o 3CL pro, responsable de la rápida propagación de la enfermedad. El equipo liderado por Rolf Hilgenfeld considera que este es un importante avance ya que al identificar a la parte responsable de la rápida propagación, se podrán desarrollar mejores medicamentos que tengan como objetivo principalmente esta proteína.

Al igual que en el caso ruso, los alemanes también han concentrado esfuerzos en la búsqueda de resultados científicos que ayuden a parar la pandemia. Así el equipo de Hilgenfeld han utilizado el centro de investigación Helmholtz-Zentrum de Berlín, dónde gracias al sincotrón BESSY II pudieron obtener sus resultados. Unas instalaciones con lista de espera para poder ser utilizadas, pero puestas al servicio contra el coronavirus debido a la gravedad de la situación. 

Australia

Otro avance se ha conseguido en Australia, dónde otro equipo de científicos se ha dedicado a estudiar la reacción del cuerpo humano ante el coronavirus. Así han estudiado la reacción de enfermos reales de esta enfermedad, constatando, que en líneas generales se comporta como cualquier otra gripe. Nuestro cuerpo responde manera rápida a la presencia de la enfermedad en el organismo y en los casos de no haber complicaciones adicionales, la enfermedad se supera sin requerir intervención de medicamentos específicos, manteniendo el organismo hidratado. 

Esta investigación ayuda a entender mejor la enfermedad y así poder reaccionar de una manera proporcional. Es decir, nuestro cuerpo por si solo puede vencerla en la mayoría de los casos, por lo cual la cuarentena en nuestros domicilios sin necesidad de intervención médica es seguramente una de las medidas más efectivas a falta de que lleguen medicamentos que o bien bloqueen la enfermedad o bien rebajen considerablemente sus posibilidades de propagación. 

EE.UU.

En EE.UU. están, al igual que en otros países, intentando con seguir una vacuna lo más rápido posible, sin embargo, hay otros estudios de gran interés. El equipo liderado por Kristian G. Andersen, del Instituto de Investigación Scripps, ha determinado que el coronavirus no proviene de ningún virus existente previamente. Su origen más probable, dada su similitud, es una enfermedad similar de los murciélagos, aunque los pangolines también sufren una enfermedad con características muy parecidas. 

Ello indica que el COVID19 es ante todo una enfermedad zoonótica, es decir, que puede trasmitirse de animales a seres humanos. Si bien no es algo común debido a la incompatibilidad de las diferentes enfermedades al pasar de un tipo de organismo a otro, esta vez si se ha dado el caso. Además, si el COVID19 pasa a otro tipo de animal y afianzarse allí, puede volver a mutar, aunque no necesariamente luego esa nueva mutación vaya a ser peligrosa para los humanos. 

Problemática

Lamentablemente, la negativa a pagar por una investigación no aplicada es un problema que afecta a todo el mundo, y especialmente a Europa. El resultado de la denegación de las subvenciones a las universidades es que los científicos abandonan la ciencia para dedicarse a los negocios. Apenas unas décadas atrás, las universidades eran principalmente centros de investigación científica, y cada universidad gestionaba un gran número de laboratorios de investigación. 

La jefa de los investigadores del Centro de Bioinformática y Biotecnología Algorítmica de la Universidad Estatal de San Petersburgo, la Catedrática Alla Lapidus señaló: "Hoy en día hay una falta abrumadora de especialistas en bioinformática de alta calidad, lo cual se hace especialmente evidente en situaciones críticas". 

Ello hace que nos replanteemos en casos de crisis como estos la necesidad de investigación estatal. Dejando en manos privadas el esfuerzo científico nos puede volver a traer a una situación similar a la ocurrida con el coronavirus. Cuando los laboratorios privados simplemente no pueden dar una respuesta a una temática que por falta de interés financiero no investigaban antes. 

Como vemos, hay una gran cantidad de investigaciones que están dejando al coronavirus contra las cuerdas. En los pronósticos más optimistas, ya para este verano, después de al menos seis meses de investigación y pruebas, deberían empezar a aparecer medicamentos eficaces contra esta enfermedad convertida en pandemia.