La energía nuclear se tambalea en Occidente diez años después de Fukushima

En el décimo aniversario del accidente nuclear de Fukushima, la utilización de la energía nuclear para producir electricidad en los países occidentales se encuentra estancada. Además, debido a la irrupción de las tecnologías renovables y el envejecimiento de los reactores nucleares existentes, el futuro del uso del átomo pacífico en los países occidentales está en juego. Sin embargo, países como la Federación Rusa o China han apostado claramente en favor de la energía nuclear y han anunciado ambiciosos planes de expansión de sus respectivos parques nucleares. Por otro lado, países como Bielorrusia, Turquía y Bangladesh están construyendo sus primeras centrales nucleares. Debido a todos estos elementos, en la actualidad, se están observado cambios importantes en el uso de la energía nuclear a nivel mundial: mientras occidente se desprende de ella, los nuevos polos de desarrollo se encuentran en el centro y este de Europa y en Asia.

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Fuente: Pixabay
La energía nuclear se tambalea en Occidente diez años después de Fukushima

Durante años, Japón fue el escaparate perfecto de la utilización de la energía nuclear para la producción de energía eléctrica. La inquebrantable fe en la utilización del átomo catapultó al país a los primeros puestos del podio de las potencias nucleares. La propaganda y la ayuda técnica proporcionada por Estados Unidos, como un método de  afianzar su poder en el país asiático, consolidaron uno de los programas nucleares más ambiciosos y extensos que ha conocido la humanidad.

Sin embargo, el sueño se convirtió en pesadilla el 11 de marzo de 2011, cuando un terremoto de magnitud 9 que tuvo una duración de 6 minutos y el subsiguiente tsunami golpearon la planta de Fukushima Daiichi compuesta por 6 reactores del tipo BWR. Tanto el terremoto como el tsunami dañaron gravemente la central nuclear, provocado la fusión de los núcleos de las unidades I,II, III y una serie de explosiones que afectaron a las unidades I, II, III y IV. Fue así como comenzó una de las crisis más graves a la que se ha tenido que enfrentar la nación japonesa después de la Segunda Guerra Mundial.

La mayoría de los reactores japoneses siguen parados desde entonces y los que fueron reactivados apenas producen el 7.5% de la electricidad. Antes de la catástrofe, casi el 35% de la electricidad era de origen nuclear, producida por los 54 reactores que estaban operando. En el resto del mundo, la catástrofe golpeó severamente a una industria que ya estaba en retroceso en occidente antes del accidente nuclear de Fukushima, uno de los más graves en la utilización de la energía atómica. Según los datos ofrecidos por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), la producción mundial de electricidad en la centrales nucleares se redujo considerablemente en los dos años posteriores al siniestro, y aunque a partir de 2013 comenzó a remontar, no ha llegado a los niveles previos al accidente nuclear.  

El accidente de Fukushima aumentó la percepción de riesgo de esta tecnología. En determinados casos, como Alemania o Suiza, aceleró el cierre de reactores - Pedro Linares, ingeniero industrial y codirector del grupo de análisis Economics for Energy

La cuota máxima a nivel mundial se alcanzó en el año 1996, cuando un 17.5% de la electricidad mundial era de origen nuclear. A partir de entonces, relacionado con el cierre de los reactores más antiguos, se produjo un descenso sostenido. En 2019, el porcentaje de la electricidad suministrada por las nucleares era del 10.4%. Según el consultor independiente y experto en políticas energéticas Mycle Schneider, "la industria nuclear había entrado en crisis mucho antes del 11 de marzo de 2011". Este experto afirma que "crisis ya no es una palabra adecuada", y que "la energía nuclear se ha vuelto completamente irrelevante en el mercado de la tecnología eléctrica". "Desaparecerá, es cuestión de tiempo", sentencia el experto.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) tampoco es muy optimista. Aunque no habla de la desaparición de esta tecnología a medio plazo, si que apunta a su estancamiento y a una pérdida de peso. La AIE prevé que para el 2040 la electricidad generada por los reactores apenas representará  un 3% más que la de 2019 si se construyen todos los reactores que están previstos actualmente. Ese leve aumento y una masiva irrupción de las tecnologías renovables provocará que la energía nuclear siga perdiendo cuota, hasta caer al 8% en 2040.

Estado actual de la energía nuclear orientada a la producción de energía eléctrica

En 2019 en el mundo había 443 reactores nucleares en estado de operación, mientras que la capacidad neta total instalada era de 393.084 MWe. Se encontraban 50 reactores en proceso de construcción, con una capacidad neta total instalada de 53.163 MWe. Aunque en número de reactores nucleares en operación Estados Unidos sigue siendo el líder con 94 reactores, Francia es el más dependiente hacía la energía nuclear, ya que en el caso de este país, el 70.6% de la electricidad producida es de origen nuclear, proveniente de sus 58 reactores.

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Fuente: OIEA

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Fuente: OIEA

Si se observan los datos relativos a la construcción de los nuevos reactores, nos daremos cuenta de que el nuevo polo de desarrollo de la tecnología nuclear se está trasladado sobre todo a Asia y a Europa Central y Europa del Este, en menor medida. China dispone de 50 reactores en estado de operación, mientras que la Federación Rusa tiene 38. Corea del Sur tiene un total de 24, mientras que la India dispone de 23. En 2019, China estaba construyendo 12 nuevos reactores, encabezando así la lista global. Le seguía la India, con 6 reactores en construcción. En tercera posición se encontraba Corea del Sur, con 4 reactores en construcción. En la cuarta posición estaba la Federación Rusa, con 3 reactores nucleares en construcción, y en la quinta Emiratos Árabes Unidos con 3 reactores en construcción. Por otro lado, hay que mencionar también que países como Bangladesh (con 2 reactores en construcción en 2019), Turquía (con 2 reactores en construcción en 2019), o Bielorrusia (con 1 reactor en construcción en 2019), accederán por primera vez a la utilización de la energía nuclear para producir electricidad.

Como se mencionaba anteriormente, China representa actualmente la otra cara de la moneda. "Esta es una historia de China y el resto del mundo", afirma, al respecto, Schneider. "China es el único país que tiene un programa de construcción nueva importante", añade. Según sus datos, en 2020 se inició la construcción de cinco reactores nucleares en el mundo y cuatro estaban ubicados en China. Concretamente, China va a proporcionar un nuevo impulso al desarrollo de la energía nuclear como herramienta clave en sus planes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El gobierno chino promoverá la construcción de nuevos reactores nucleares y apunta a ampliar en 70 gigavatios de capacidad la generación nuclear según el último plan quinquenal presentado el pasado viernes ante el Congreso Nacional del Pueblo, lo que equivaldría a la construcción de 20 nuevos reactores.

Por otro lado, la Federación Rusa se está consolidando también como potencia nuclear, sobre todo gracias a los éxitos que está cosechando en la trasferencia de tecnología nuclear "pacífica". En el ámbito nacional, la corporación Rosatom ha anunciado que la implementación de la decisión del ejecutivo ruso de aumentar la participación de la energía nuclear en la combinación energética del país al 25% para 2045 requerirá la construcción de 24 nuevos reactores. En el ámbito internacional, la corporación afirma que ocupa el primer lugar en cuanto al número de proyectos de construcción de reactores nucleares ejecutados simultáneamente (3 unidades en Rusia y 35 en el extranjero en diversas etapas de ejecución).

Actualmente, Rosatom está presente en Bangladesh, inmerso en la preparación de la central nuclear de Roopur, la primera nuclear del país; en Bielorrusia, en la construcción de la central nuclear de Bielorrusia en Ostravyest, también la primera CN del país; en China, en la construcción de la central nuclear de Tianwan y en la construcción de la central nuclear de Xudapu; en Egipto, en la construcción de la central nuclear de El Dabaa, la primera del país; en Finlandia, en la construcción de Hanhikivi-1; en Hungría en la segunda fase de construcción de Paks II; en la India, en la construcción de las unidades 3,4,5 y 6 de la central nuclear de Kudankulam y en Turquía, en la construcción de Akkuyu, la primera central nuclear del país. Según Rosatom, "la operación exitosa en los mercados internacionales confirma la buena capacidad competitiva de las tecnologías nucleares rusas". Concretamente en 2019, el paquete de pedidos extranjeros de Rosatom superó los 130 mil millones de dólares.

¿Qué ocurre en el Estado español?

Actualmente, el Estado español dispone de 7 reactores nucleares en estado de operación. La capacidad neta total instalada es de 7121 MWe y la electricidad suministra de 56 TWh. En 2019, la participación en la producción de electricidad de la energía nuclear fue del 21.4%. En el Estado, el accidente nuclear de Fukushima no tuvo un impacto significativo sobre el parque nuclear. El PP, que gobernó entre 2011 y 2018, intentó ampliar la vida de las centrales nucleares. Sin embargo, los que finalmente están autorizando esas ampliaciones son el PSOE y Podemos, que rechazaban ese escenario cuando se encontraban en la oposición.

Si se cumpliera la regla de los 40 años [de vida útil], España se quedaría sin centrales nucleares en activo en 2028. Pero hace un par de años la actual vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, acordó con las compañías eléctricas —Iberdrola, Endesa y Naturgy, propietarias de las plantas— un calendario de cierre. Ribera permitió que las plantas puedan superar las cuatro décadas, pero a la vez logró un compromiso para que ninguna supere los 50 y para que la última eche el cierre en 2035. Si se cumple ese calendario, en ese momento España, como ocurre en muchos países en los que no hay planes de construcción de nuevas instalaciones, se despedirá de la energía nuclear, una tecnología en retroceso en el mundo - Manuel Planelles

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Fuente: OIEA

Fuentes: El País / OIEA