Fin de la pesadilla para Helena Maleno, activista española acusada de tráfico de seres humanos

Fin de la pesadilla para Helena Maleno, activista española acusada de tráfico de seres humanos

La activista española Helena Maleno, lleva años siendo investigada bajo la acusación de tráfico de personas, pero hoy ya puede respirar tranquila después de que la justicia marroquí haya archivado la causa judicial que había abierta contra ella.

La pesadilla de Helena comenzó en el año 2012 cuando la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF Central) de la Policía Nacional abrió una investigación contra ella. Los indicios que hacían sospechar a la Unidad, de que la activista estaba relacionada con una red de tráfico de personas, fueron las llamadas que ella realizaba a Salvamento Marítimo cuando veía peligrar la vida de las personas que intentaban cruzar el estrecho en patera.

La policía pinchó sus teléfonos e investigó su vida privada hasta el año 2016, cuando la UCRIF envió un informe policial a la Fiscalía de la Audiencia Nacional. A pesar de que ésta decidió archivar el expediente porque de él “no se deducía nada delictivo”, la policía envió un dossier a Marruecos que propició que en 2017 se abriera la causa en Tánger. El pasado 12 de diciembre de 2018 el juzgado de instrucción marroquí había archivado también la causa de manera provisional, pero no ha sido hasta hoy cuando la justicia de ese país ha decidido cerrar el caso del procedimiento tras confirmar la inexistencia de delitos.

La propia implicada asegura en un vídeo publicado en sus redes sociales esta misma mañana, que durante meses ha “respetado un proceso judicial que ha sido muy duro”, pero ahora confirma estar contenta porque se ha hecho justicia. No es para menos, ya que durante los seis años que ha durado la investigación asegura, que muchos de sus derechos “se han visto vulnerados” y que ha sufrido mucho, incluso presiones y amenazas.

Aún así, la defensora de derechos humanos ha mostrado su agradecimiento a todos los que la han apoyado, sobre todo a Caminando Fronteras, la ONG para la que trabaja y ha pedido justicia para los compañeros que están en su misma situación.

Según la propia implicada, en la actualidad las defensoras de derechos humanos están viviendo momentos muy duros porque están siendo perseguidas y criminalizadas y “Europa se ha convertido en un continente muy peligroso” para las personas que defienden los derechos de los migrantes.

Criminalización de las ONG´s

En estos momentos ésta es una problemática que cada vez está más patente en nuestra sociedad. Las migraciones de personas aumentan y con ellas las asociaciones que quieren prestar su ayuda, pero con la actual legislación, muchas de las actuaciones de asistencia humanitaria a inmigrantes son consideradas delito.

Algunas voces como las de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras (Frontex), les acusan de incentivar el tráfico de personas y de actuar al borde de la legalidad. Por eso las ONG´s están preocupadas ante este aumento de acusaciones hacia muchos de sus voluntarios y piden que los países de la UE adapten su legislación para evitarlo.

Uno de los primeros casos de criminalización más mediáticos fue el de la detención de  tres bomberos sevillanos de la ONG Proem-Aid, mientras rescataban a personas en las costas de Lesbos (Grecia) y que fueron detenidos bajo acusación de tráfico ilegal de personas en enero de 2016.

Pero este caso y el de Helena no han sido los únicos. La semana pasada conocíamos la historia de Miguél Roldán, el bombero malagueño que se enfrenta a penas de hasta 20 años por ayudar en las labores de rescate en el barco de una ONG alemana.

Además, durante el año pasado, varios barcos de ONG´s estuvieron retenidos en puertos italianos y a todas las organizaciones se les obligó a firmar un código de conducta que restringía su actividad. Entre otras cosas se les acusaba de entrar en aguas territoriales libias para recoger y llevar inmigrantes hasta las costas italianas, algo que nunca se sostuvo porque fueron  mínimas las incursiones.

Pero como la propia Helena Maleno afirma en el vídeo de agradecimiento, aunque ella ya pueda respirar tranquila, esto es un contexto muy complicado “que no termina aquí” y por eso seguirá defendiendo que “defender el derecho a la vida no es un delito”.