51 personas muertas y más de 600 heridas por disparos de cazadores en 9 meses

51 personas salieron a pasear por el monte y murieron por un disparo de un cazador entre enero y principios de septiembre 2020, y más de 600 resultaron heridas de diversa consideración tras ser tiroteadas. Los datos son escalofriantes, y contrastan directamente con la permisividad y facilidades que este colectivo recibe para adueñarse de los montes para practicar esta peligrosa práctica. Los datos son solo de 9 meses, que además incluyen la etapa de confinamiento en la que estaba prohibido cazar, y tampoco incluye los datos de Catalunya y Euskadi por tener cedidas a esas comunidades las competencias en seguridad ciudadana. 

Caza-muertes
Datos facilitados por el Ministerio del Interior en su respuesta a una pregunta parlamentaria del senador de Compromís Carles Mulet.
51 personas muertas y más de 600 heridas por disparos de cazadores en 9 meses

Las comunidades con mayor número de víctimas de los cazadores son Castilla-La Mancha y Andalucía, con 166 heridos y doce muertos y 122 y nueve en respectivamente. Los datos han sido facilitados por el Ministerio del Interior en su respuesta a una pregunta parlamentaria del senador de Compromís Carles Mulet.

"Son cifras oficiales que resultan escandalosas, y más en un año en el que la gente ha estado varios meses encerrada ... esto pone en evidencia esa imagen idílica que presenta la caza como algo que casi es necesario y que no tiene ninguna repercusión negativa. Se trata de una actividad con una elevada siniestralidad que debería estar mucho más regulada - Carles Mulet, senador de Compromís.

En teoría, es quien practica una actividad peligrosa quien tiene la obligación de respetar las zonas públicas y de evitar situaciones de riesgo para el resto de las personas. Sin embargo la realidad es bien distinta, y los datos así lo demuestran.  Aquel que salga con asiduidad al monte sabe de lo que hablamos. 

Estos datos chocan frontalmente con la permisividad que se le otorga al lobby de la caza. En Galicia por ejemplo, las únicas actividades permitidas por la Xunta con las nuevas restricciones por la COVID-19 son trabajar, rezar y cazar.