Mi querida Yakutia: fotos entrañables de la lejana región de Rusia

Mi querida Yakutia: fotos entrañables de la lejana región de Rusia
Alex Vasyliev se unió a Instagram en 2012. Comenzó a publicar compartiendo las selfies y típicas fotos de la familia, luego pasó a tomar fotos de la vida callejera en su ciudad natal, y ahora cuenta con más de 12.000 seguidores. Sin embargo, Vasyliev no es un fotógrafo de estos que vemos mucho en Instagram. Reside en Yakutsk, la capital regional de la República de Sajá (también conocida como Yakutia), y por lo tanto su relato ofrece una rara visión de uno de los lugares más remotos y más fríos del mundo. Su blog de fotografía, así como The Calvert Journal, autor del reportaje, revela la vibrante vida urbana y la calidez de todos los que vive allí. La vida en esta parte del planeta llega a pararse en invierno. Las temperaturas en Yakutia caen a -50 ° C y -60 ° C. Si no fuera por trabajo o recados diarios, los locales preferirían quedarse adentro, tomar té y esperar a que llegue la primavera. Cuando hace mucho frío, una niebla densa oculta el sol durante varias semanas o meses. Estos inviernos largos y fríos se han convertido casi en un símbolo de Yakutia. A pesar del clima la gente no tiene prisa por abandonar su ciudad capital, Yakutsk; al fin y al cabo, tienen internet, un cine, un museo e incluso una biblioteca infantil. Dicen no necesitar las comodidades de grandes megápolis y agradecen pequeñas cosas y la naturaleza que les rodea. “Al dejar de beber, – cuenta Alex Vasilyev, – necesitaba algo para llenar el vacío que había allí. Poco a poco empecé a tomar cada vez más fotos con mi teléfono. Al principio sacaba fotos de cualquier cosa, sin ninguna idea detrás de ellas. Luego, poco a poco, me atrajo la fotografía y busqué obras de varios fotógrafos, principalmente en Instagram. Imitando el trabajo de otros fotógrafos de Instagram, traté de tomar fotos atractivas de mi querida Yakutia”. “Me uní a Instagram en 2012, pero en ese momento no me interesaba, ya que Vkontakte [una red social rusa] era mucho más popular. Tenía un amigo que tenía una cámara y juntos recorríamos la ciudad y tomábamos fotos. Yakutsk es un lugar difícil de documentar. No hay cosas obvias para tomarles fotos. Al igual que cientos de otras pequeñas ciudades sombrías en Rusia, no es fotogénica. Además, los lugareños aquí no están acostumbrados a los fotógrafos y, por lo tanto, no les gusta que les fotografien. Esto significa que tengo que recorrer mucha distancia antes de capturar algo, incluso caminando durante varias horas a una temperatura de -40 ° C en frío no garantiza que consiga una sola fotografía decente. Cuando salgo con mi cámara, trato de ver la ciudad a través de los ojos de un extranjero, lo cual es difícil de hacer en tu ciudad natal, donde conoces cada esquina. Al principio estaba tomando fotos con el propósito de hacer amigos en Instagram. Después de llegar a los 1000 seguidores (que a día de hoy me sigue pareciendo increíble), comencé a trabajar más duro para perfeccionar mi oficio. Cada vez que alguien vuelve a publicar mi trabajo, todavía creo que es un éxito extraordinario para un chico de una pequeña ciudad en la periferia del mundo”. “Los temas típicos para mí son las personas cotidianas. Trabajo como periodista para un periódico local para niños y adolescentes llamado La juventud del Norte, así que a menudo fotografío a niños y a veces escribo artículos. Este retrato (abajo), del niño en una cafetería, lo tomé durante una tarea laboral. Estaba buscando un lugar interesante en las instalaciones de una escuela y me llamó la atención una pared azul con una naturaleza muerta pintada en el fondo. De repente, mientras pensaba en lo maravilloso que sería tomar un retrato allí, apareció un niño vestido con un traje nacional, y pedí fotografiarle. Los niños en Yakutsk a menudo son bastante tímidos, pero resultó ser un niño muy dulce e inmediatamente aceptó la invitación”. “El retrato de arriba, lo tomé en un internado para niños con problemas de lenguaje. Los gemelos Vlad y Stas me acompañaron a la oficina de administración, que se encuentra en un edificio apartado. En nuestro camino, tomé su foto con la escuela como telón de fondo; el edificio me recordó una mansión encantada. Tomé varias fotos con diferentes fondos pero elegí esta”. “La naturaleza y su adoración tienen un lugar muy especial en los corazones y en la vida cotidiana de las personas locales. Los yakutianos creen que la naturaleza está viva y poblada por espíritus. Desde la infancia, cada vez que mi familia y yo salíamos de viaje, siempre nos deteníamos en un árbol sagrado para dejar dinero y cigarrillos, como una forma de sacrificio, y para pedir bendiciones para el viaje. Esto es algo que practican todos los yakutianos, sin importar la edad o el sexo. Los cazadores también piden bendiciones dejando alimentos para el espíritu del bosque, mientras que los pescadores hacen lo mismo con el espíritu del agua”. “En la foto de abajo, un grupo de danza nacional se está preparando para actuar en la iesta nacional principal en Yakutia llamada Ysyakh. Ysyakh, un ritual que celebra la llegada de la primavera, también se conoce como el año nuevo yakutiano, solo que en lugar de cava tenemos koumiss (leche de caballo fermentada), en lugar de la ensaladilla servimos una surtido de carnes: la de res, potro, carne de venado. En lugar de un árbol de Navidad, hay un pilar sagrado, alrededor del cual se realiza la danza nacional. Se celebra una vez al año en la segunda quincena de junio. La fiesta estaba prohibida durante la era soviética, pero ahora se celebra en toda la república. A pesar de que la globalización ha llegado incluso a esta república muy lejana, los yakutianos conservamos muchas tradiciones y costumbres. Nuestras tradiciones, y cómo se las honra y respeta hasta el día de hoy, no es solo una formalidad sino algo que une y fortalece a nuestra pequeña nación”. “En Yakutia hay muchos fotógrafos, pero ellos trabajan principalmente en el ámbito de la fotografía comercial, documentando bodas y produciendo material publicitario. Nadie lleva a cabo proyectos documentales (o es que yo no conozco a nadie) porque uno no puede vivir de ello aquí. Algunos periodistas fotográficos renuncian a la vocación y ganan dinero en bodas. De vez en cuando, haré lo mismo porque es muy difícil vivir con solo con un sueldo en esta ciudad, donde el costo de vida es muy alto. La perspectiva de que un día sea un fotógrafo documental sigue siendo un sueño para mí. Me encantaría trabajar en el norte de Yakutia y documentar la vida de los pastores de renos nómadas. Es difícil llegar allí, incluso para nosotros, los locales, el vieje sale caro. Muchas de estas historias ya existen, pero para mí es igual de importante verlas con mis propios ojos”.