La historia del concejal del PP que fingió ser secuestrado por ETA

Año 1998, ETA tenía en su punto de mira a los concejales del Partido Popular. Tan solo un año antes, habían secuestrado y asesinado a Miguel Ángel Blanco. En ese convulso momento, a un concejal del PP de un pueblo de Jaén y una de las promesas del partido en Andalucía se le ocurrió que fingir su propio secuestro sería un método estupendo para ganar visibilidad. El plan de Bartolomé Rubia (más conocido como 'Bartolín') fue rápidamente descubierto por sus múltiples lagunas, lo que frustró su carrera como político. En ese momento, nadie puso en tela de juicio la violencia de ETA ni denigró a las víctimas del terrorismo, como estamos viendo estos días tras la denuncia falsa de un joven por violencia homófoba. 

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El ex concejal del PP en el Ayuntamiento de La Carolina, Bartolomé Rubia Muñoz, fingió su propio secuestro a manos de ETA en 1998.
La historia del concejal del PP que fingió ser secuestrado por ETA

27 de mayo de 1998, una llamada anónima al Diario de Jaén asegura que un concejal había sido secuestrado. El coche de Bartolomé Rubia apareció a 20 kilómetros de La Carolina, pueblo donde ejercía. Los artificieros se aseguraron de que no hubiera explosivos y analizaron el coche en busca de huellas. Al día siguiente, Bartolomé apareció a casi 600 kilómetros de su casa, en Irún. La historia que contó sobre su secuestro tenía algunas lagunas.

Según Bartolín, un hombre y una mujer lo habían secuestrado a punta de pistola cerca de su casa, obligándolo a conducir su coche hasta la estación de tren de Linares, donde le drogaron con "algo mezclado en una Coca-Cola" y lo subieron a un tren destino a San Sebastián. Allí lo metieron en una furgoneta, de la que pudo saltar en marcha aprovechando una discusión de la pareja. Posteriormente se dirigió a denunciar el "secuestro" en la comisaría de Irún. 

El hombre gritó ¡hostias!. Esa voz no se me olvidará en la vida. Y la chica decía ¡que no, que no, que no es así! Ahí sí que me empecé a poner nervioso y pensé: de aquí me quitan del medio. Entonces abrí la puerta y salí - Bartolomé Rubia durante el juicio. 

Dos días después del supuesto secuestro, la policía ya tenía claro que todo era un montaje, entre otras muchas razones porque la llamada al periódico anunciando el secuestro se había realizado desde su propio móvil. Además, diversos testigos aseguraron que habían hablado con él en el tren y que no parecía drogado ni estar siendo víctima de un secuestro. Los análisis de sangre tampoco mostraron restos de drogas. En el juicio, el forense dijo sobre Bartolín: "un coeficiente intelectual medio-bajo, es poco maduro, infantil y le gusta ser objeto de atención". Siempre defendió que había sido secuestrado, aunque más tarde matizó que él nunca había hablado de ETA. El 1 de julio fue expulsado del Partido Popular y desde entonces se retiró de la vida publica.

Fuente: elespanol.com