Abandonar a un trabajador muerto supone tan solo una "falta administrativa"

Así lo ha asegurado el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Cazorla (Jaén), que ha cerrado de este modo el caso del inmigrante saharaui de 31 años Said Aballa, quien murió recogiendo aceitunas sin contrato ni papeles para el empresario agrícola Francisco Moreno (apoderado de VOX y concejal del PP), que dejó su cuerpo abandonado en un Centro de Salud. Según el Juzgado no hubo explotación laboral por parte del empresario ni tampoco ningún delito vinculado con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, por lo que este terrible caso se salda con una simple falta administrativa. 

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El trabajador fallecido, Said Aballa, y su empleador que abandonó su cuerpo en un Centro de Salud, Francisco Moreno.
Abandonar a un trabajador muerto supone tan solo una "falta administrativa"

El auto de la jueza cierra además la puerta a la vía penal, aunque el empresario se enfrenta ahora a posibles sanciones económicas por haber incurrido en infracción administrativa al contratar al temporero careciendo de permiso de trabajo. Y es que, pese a llevar varios años en España (migró en solitario cuando era menor de edad), Aballa no tenía regularizada su situación en España.

La jueza considera que “no existen indicios sólidos y suficientes de la comisión de un delito contra los derechos de los trabajadores”, según se indica en el auto divulgado desde el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

La Guardia Civil detuvo al dueño de la explotación agrícola en el que trabajaba Said cuando falleció. Al empresario agrícola de 34 años Francisco Moreno (que había sido apoderado de Vox y concejal del PP en su pueblo, Hinojares) se le imputó inicialmente un presunto delito contra los derechos de los trabajadores, aunque quedó en libertad con cargos. 

Los sindicatos del campo denunciaron en los días posteriores a la muerte de Said Aballa el alto porcentaje de contratación irregular en la campaña de la aceituna. A los trabajadores en situación irregular se les suele pagar menos de lo que corresponde, unos 50 euros por siete horas de jornal, frente a los 65 que marca el convenio del campo. 

Fuente: El País