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El 18 de Julio de 1986 el sumergible Alvin exploró el interior del Titanic

El "buque de los sueños" estuvo en el fondo del océano durante más de 70 años antes de que se encontraran sus restos

Restos del Titanic encontrados por la expedición de Robert Ballard (GTRES)
Restos del Titanic encontrados por la expedición de Robert Ballard (GTRES)
El 18 de Julio de 1986 el sumergible Alvin exploró el interior del Titanic

La madrugada del 15 de abril de 1912, el Titanic se hundía en el océano Atlántico cerca de las costas de Terranova en su viaje inaugural. El buque de los sueños, como llamaban muchos al gran barco, había chocado con un iceberg unas horas antes y los graves daños que había provocado el choque hicieron que el trasatlántico se hundiera sin a penas tiempo para organizar una buena evacuación. En total perdieron la vida 1.513 personas y la mayor parte de los que se salvaron lo hicieron en botes salvavidas, donde tuvieron que esperar varias horas para ser rescatados por otros barcos.

El buque estuvo en el fondo del mar 73 años, hasta que una expedición dirigida por el oceanógrafo Robert Ballard consiguió dar con él a más de dos kilómetros de la superficie, a través del sumergible teledirigido Argo. El descubrimiento de los restos del Titánic se hizo el 1 de septiembre de 1985, tras algunos intentos fallidos de otras expediciones para dar con ellos y fue fundamental para esclarecer la causa exacta del hundimiento. En ese momento se hizo un reconocimiento por el exterior del buque y se confirmó que el barco no se había hundido en el mar en una sola pieza, como algunos investigadores pensaban, sino que se había partido en dos.

El sumergible Argo no pudo meterse dentro del trasatlántico y por eso Ballard decidió preparar una tecnología más avanzada. Un año después del descubrimiento de los restos del Titanic, el 18 de julio de 1986, volvía al océano Atlántico con otro sumergible llamado Alvin para explorarlo por dentro. En esta segunda expedición se fotografiaron los grandes salones con las lámparas que todavía colgaban de los techos y muchas de las estancias de buque.

La expedición de Ballard inspiró al director de cine James Cámeron para hacer un largo sobre la historia del hundimiento y en 1997 se estrenaba una de las películas más taquilleras de la historia: Titanic