Robots: ¿herramientas útiles o competidores del trabajador humano?

Robots: ¿herramientas útiles o competidores del trabajador humano?

Un robot para hacer la comida, otro que barre la casa, e incluso puede que dentro de poco podamos tener en nuestros hogares la máquina que nos lava y plancha la ropa sin que tengamos que preocuparnos de nada más que darle a un botón. La robótica en los hogares es algo que está a la orden del día y parece que que poco a poco dedicar el fin de semana a hacer las tareas domésticas se basará simplemente en pulsar el botón de encendido de todos los robots que ya forman parte de nuestra familia. Cuando hablamos de ellos para que nos hagan más fácil las tareas del hogar parece que los vemos con buenos ojos, pero cuando nos referimos a los robots como máquinas que pueden suplir trabajos manuales remunerados, parece que los miramos con un poco de recelo. Una de las ideas más extendidas es que cuantos más robots existan para hacer trabajos mecanizados, habrá menos empleos para los humanos. Para ver cuánto hay de cierto en esta afirmación, vamos a intentar analizar algunos artículos y casos prácticos para que podamos tener un poco más claro si los robots han venido a quitarnos el trabajo o por el contrario nos van a hacer trabajar más al tener que estar más pendientes de ellos.   Inicios de la robótica Los inicios de la robótica actual se remontan al siglo XVIII dentro de la industria textil, cuando Joseph Jacquard inventó en 1801 su máquina programable con tarjetas perforadas para tejer patrones de tela idénticos.  Sistema de tarjeta perforada de un telar del siglo XIX. FUENTE: WIKIWAND Pero la palabra robot proviene del checo “Robota” que significa trabajo forzado o servidumbre y fue utilizada por primera vez en el año 1921 en Checoslovaquia, en una obra de teatro en la que aparecían sirvientes que trabajaban para los humanos y que se llamaban robots.

El desarrollo de los Robots fue perfeccionándose con el paso de los años, hasta que en 1939, Isaac Asimov decidió crear las Leyes de la robótica que después inspirarían a numerosas películas de ciencia ficción:

  1. Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
  2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la primera Ley.
  3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o la segunda Ley.

En la década de los 50 la robótica sufre un auge importante gracias a grandes avances de investigaciones sobre inteligencia artificial y la aparición de los primeros ordenadores. Las primeras patentes de robots datan del 1946, pero hasta casi 10 años más tarde no se diseñó el primer robot programable. Fue en 1978 cuando se produjo una pequeña revolución en el ámbito industrial al introducir el robot PUMA diseñado por George Devol. El ingeniero estableció las bases del robot industrial moderno, al diseñar un brazo capaz de mover objetos de un sitio a otro y colocarlos en el lugar ordenado y que en la actualidad podemos encontrar en numerosas empresas que han decidido automatizar su producción. Robot PUMA diseñado por George Devol. MUNDO ROBOTS   Impacto de la automatización en el empleo Desde entonces se ha seguido avanzando a buen ritmo, algo que podemos comprobar por los datos ofrecidos por la Federación Internacional de Robótica. El ritmo de la automatización industrial se está acelerando constantemente y el número de robots utilizados en las empresas de cada país está aumentando continuamente. Por ejemplo, en Europa la densidad media es de 99 unidades por cada 10.000 trabajadores y Corea del Sur es el territorio que más densidad tiene con 631 robots por cada 10.000 empleos. Si tenemos en cuenta algunas opiniones como las del empresario de Silicon Valley, Martin Ford, parece que a este paso los empleos de los humanos podrían verse peligrar por automatización. En su libro “El auge de los robots”, argumenta que conforme la tecnología continúe su desarrollo acelerado y las máquinas comiencen a encargarse de ellas mismas, se necesitarán menos personas”. En otro libro titulado “Sálvese quién pueda” de Andrés Appenheimer recoge también los resultados poco optimistas de un estudio llevado a cabo por dos profesores de Oxford, en el que se concluye que en 10 años, el 47% los trabajos manuales en EE.UU pueden sucumbir a la automatización. Según el estudio, parece que los trabajos más vulnerables serían los de las personas que tienen rentas más bajas y menor nivel de estudios. Así, aseguran que los camareros, conserjes, recepcionistas o los agentes inmobiliarios podrían ver peligrar más sus empleos. Puede que esto nos parezca que está todavía muy lejos de ocurrir, porque aún no hemos visto casos cercanos sobre la mecanización en este tipo de trabajos. Pero en el estudio también nos hablan de los empleos de los taxistas y camioneros que son vulnerables debido a la aparición de los automóviles inteligentes, algo con lo que ya estamos más familiarizados. Incluso ya hemos visto algún prototipo de perros robots que pueden suplir el trabajo de los repartidores de paquetes. Uno de los casos que también se trata en el estudio es el de los puestos de trabajo de los empleados de banca, que al parecer se podrían ver afectados gravemente por la automatización. Pero en el libro de Appenheimer se muestran también opiniones algo más optimistas en torno a el futuro de la robótica y los empleos en este sector, como la del profesor de la Universidad de Boston, James Bessen, que explica como el número de empleados bancarios no ha disminuido con la introducción de cajeros automáticos, sino que ha crecido:

"Mientras que en 1985 había 60.000 cajeros automáticos y 485.000 empleados bancarios de atención al público en Estados Unidos, incluidos los cajeros humanos, en 2002 había 352.000 cajeros y 527.000 empleados bancarios, además de otros miles dedicados a la reparación y mantenimientos de las máquinas automáticas”. La explicación que da es que “los cajeros permitieron a los bancos reducir sus gastos en subsidiarias (entidad controlada por otra entidad), reemplazando los trabajos de las cajeras. Esto les permitió abrir muchas más sucursales, compensando los empleos perdidos”  

¿Estamos realmente en peligro o no? La opinión de Bessen es solo una de las muchas otras optimistas que hay en torno a la temática de los robots y la posible desaparición de puestos de trabajo. Otro ejemplo de personajes que no ven un problema en un futuro donde los robots reemplacen a los hombres es el del ingeniero Peter Diamandis, que cree que las posibilidades de trabajar a distancia y el aumento de los vehículos autónomos va a ser positivo para los humanos, porque les va a permitir, entre otras cosas, vivir lejos de los centros de las ciudades y olvidarse del problema del tráfico. Además, hay bastantes casos prácticos que muestran como por el momento el uso de los robots en determinados puestos de trabajos no puede suplir a la labor de los humanos. Así, hace algunos meses pudimos presenciar un debate entre la máquina “Proyecto Debater” de IBM y un tertuliano humano, que finalmente terminó con la victoria del hombre y dejó patente que la máquina podía razonar, entender argumentos e incluso bromear, pero todavía mostraba gran lentitud de avance y limitación de temas. Proyecto Debater de IBM contesta a Harish Natarajan, que tiene el récord mundial de victorias en competiciones de debates. FUENTE: IBM Otro caso práctico que nos muestra cómo las máquinas a veces nos dan más trabajo del que nos quitan es por ejemplo, el del hotel chino de Henn-na, que contaba con 243 robots que se encargaban, entre otras cosas, de las tareas de recepción, jardinería y limpieza, pero que tuvieron que ser sustituidos por personas ante las continuas quejas recibidas por los clientes. Tal vez la apariencia de dinosaurios, nada amigables, de los recepcionistas tuviera mucho que ver en la mayoría de las quejas recibidas. El hotel chino de Henn-na, contaba con 243 robots que se encargaban, entre otras cosas, de las tareas de recepción, jardinería y limpieza. FUENTE: HOTEL HENN-NA Es cierto que las máquinas están cada vez más presentes en nuestras vidas y que en muchas ocasiones sirven para suplir diferentes trabajos, pero parece que todavía está lejos el día en el que los empleos sean sustituidos de manera definitiva por los robots, o por lo menos parece que tendrán que mejorar mucho si no se quiere que ocurra lo mismo que en el hotel chino y que todas las máquinas terminen siendo despedidas.