ENTREVISTA: PABLO GONZÁLEZ Y ASIER BLAS

“En Georgia se utilizó el Día del Orgullo para amedrentar al periodismo crítico con el Gobierno”

A principios de julio, Georgia se convirtió en noticia por la cancelación de los actos relacionados con el orgullo LGBT+ en su capital Tiflis debido a las violentas acciones protagonizadas por ciertos sectores ultraconservadores de la sociedad georgiana. La mayoría de los medios del Estado español e internacionales interpretaron lo sucedido como un ataque de elementos ultraderechistas contra el movimiento LGTB+. Sin embargo, la realidad es más compleja e intrincada. Para saber más sobre las claves políticas y sociales de este país y para entender lo que sucedió en aquella fatídica jornada que dejó decenas de heridos y un muerto, desde Eulixe hemos entrevistado a dos expertos en la materia: al politólogo, profesor y director del Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad del País Vasco Asier Blas y al periodista freelance, cofundador de Eulixe y politólogo Pablo González.

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Pablo González y Asier Blas
“En Georgia se utilizó el Día del Orgullo para amedrentar al periodismo crítico con el Gobierno”

- ¿Cómo definiríais a un país como Georgia desde el punto de vista político y social?

- Asier Blas: Georgia es un puente entre diferentes culturas y continentes. Y por ello, es un nodo un poco difícil de simplificar a la hora de analizarlo. Es un país cristiano, de cultura ortodoxa, en un entorno de mayoría musulmana, con la excepción de sus vecinos armenios. Por otro lado, tiene una larga historia como civilización, mucho más larga que en el caso de los países occidentales. Podríamos hablar de Armenia como el primer país que adopta la religión cristiana y el segundo fue Georgia. El país como civilización tiene una historia que se remonta hasta más de 2000 años. Georgia es un país que se encuentra en una encrucijada entre oriente y occidente, entre musulmanes y cristianos ortodoxos, entre turcomanos, persas y árabes, por un lado, y por el norte los rusos, que históricamente hicieron posible salvaguardar dos civilizaciones cristianas entre tantos países musulmanes.

Respecto a la sociedad, Georgia está en un entorno mayoritariamente musulmán. Los georgianos han estado durante muchos años sometidos por los otomanos y también por los persas. Incluso los árabes también llegaron a estas tierras. Y esto dejó un poso. Estamos, por ejemplo, ante una sociedad que es muy patriarcal. De alguna manera, la sociedad georgiana está más conectada con la realidad de países como Líbano, Siria, Turquía etc. Sin embargo, a la vez, debido a su orientación hacia Europa, por estar bajo la Unión Soviética, por su afinidad con los griegos etc. los georgianos miran mucho a Europa y a Occidente. Esto hace que haya elementos modernizadores que se acercan más a Europa que a los países anteriormente mencionados.

En lo referente a la política, diría que es un país que tiene una larga historia como civilización, pero su independencia es muy reciente. A día de hoy, se encuentra en un proceso de construcción nacional. Pero al estar en un enclave geopolítico muy disputado, esta construcción nacional ha chocado con problemas geopolíticos como los que suceden en Osetia del Sur o Abjasia (territorios en disputa). Estos problemas geopolíticos se han desarrollado con el que fuera su hermano mayor en el siglo XIX y XX, es decir, Rusia.

-¿Cuáles son las claves para entender el funcionamiento del sistema político georgiano y las dinámicas de la sociedad georgiana?

- Pablo González: La sociedad georgiana está dividida. Hay gente algo más rica y con mejor educación etc., con conexiones con países extranjeros tales como Rusia u occidentales, y ellos forman la élite del país que de una manera u otra explota los recursos naturales de Georgia (turismo, agricultura etc.). El resto son trabajadores de estos sectores que se dedican a mantenerlos.

En lo referente a los partidos políticos, hay poca ideología, aunque ya empieza a dibujarse algo. La mayoría son partidos conservadores, pero se pueden ver las diferencias si analizamos su agenda económica y social. Ahora mismo gobierna un partido que lo podemos clasificar como de centro-izquierda. Lo de izquierda vendría por los toques sociales. En realidad, aunque la economía sea bastante liberal, el partido intenta conseguir dinero para mantener contenta a la población con menos recursos. En este sentido, han hecho un trabajo importante en la sanidad, mejorándolo.

Es la democracia más clara o establecida del Cáucaso Sur, ya que Azerbaiyán dudosamente lo es y Armenia es un país envuelto en numerosos problemas donde si bien existe una democracia es una democracia bastante más débil y con problemas estructurales. En Georgia, no obstante, sí que hay ciertos paradigmas autoritarios que están empezando a aparecer y que chocan con las ideas más abiertas, más liberales, más progresistas etc. que se intentan exportar desde occidente. Es un país bastante conservador por la historia que tiene y por los vecinos que tiene, países conservadores y patriarcales en los que muchas ideas a día de hoy son rechazadas, como la cuestión LGTB+.  

En Georgia hay bastantes partidos políticos, pero la oposición es débil. La herencia soviética pesa y les cuesta aceptar que exista algo más que un partido dominante. Los excesos registrados en la época de Mijeíl Saakashvili (torturas en prisiones, arrestos arbitrarios, ataques a la libertad de prensa etc.) han dado paso al que es el partido dominante en la actualidad: Sueño Georgiano. Aunque haya tenido una época algo menos represiva, a día de hoy la libertad de prensa se encuentra en grave peligro en Georgia. Ahora mismo, con Sueño Georgiano, se están dando pasosos serios en la limitación de la prensa.

Georgia es un país que no ha encontrado todavía un sistema político que le funciona del todo. Están cambiando una y otra el sistema electoral. Aunque desde fuera se observa a Georgia como un país relativamente próspero, estable y democrático, si nos adentramos un poco más, vemos que hay ciertas contradicciones dentro de la sociedad. La población georgiana sigue dependiendo de otros países, es decir, de las exportaciones y del turismo, sobre todo, y de las remesas que envían los georgianos desde el exterior.

La elite política es la misma que la élite económica y esto es uno de los problemas. Uno de los hombres fuertes del país, Bidzina Ivanishvili (Sueño Georgiano), es un oligarca. Además, este hombre ha estado en la política dos veces y la dos veces se ha retirado, pero no cabe duda de que todo lo que se hace y se deshace en Georgia es por voluntad de este hombre. Si bien Ivanishvili convivió en su momento con Saakashvili, ahora mismo esto no se está dando. Él está dominado la situación, presionando a los disconformes y utilizando a los diferentes elementos de la sociedad, por ejemplo, a los nacionalistas, a los grupos conservadores, a los grupos más afines a la Iglesia etc. para combatir a sus contrincantes políticos o los que se consideren más pro occidentales.

Sin embargo, hay que dejar claro que lo de la ideología es más bien un elemento circunstancial en Georgia, ya que lo que predomina en el país es el interés personal, ya sea el del clan, ya sea económico, ya sea de amistad o ya sea regional. Georgia, para el país no tan grande que es, es un país complicado de analizar. O, mejor dicho, es un país con muchos elementos que se combinan de una manera que nosotros, en occidente, no estamos acostumbrados a ver. Son elementos que van más allá del estrato social o ideológico, alineación política etc. Para entender lo que ocurre en el país, hay que conocer las características y las realidades propias del país. Por ejemplo, una persona conservadora puede abrir un club muy liberal, pero al mismo tiempo puede tener muy buena relación con la Iglesia y puede tener enemistad con otro debido a que es de otra región, o porque tiene otro club, o porque es de otro partido etc. Es la combinación de todos los elementos lo que nos ayuda a entender la situación.

- Asier: El tema ideológico es bastante secundario en Georgia. Eso sí, hay que decir también que Sueño Georgiano es observador del Partido Socialista Europeo y de alguna manera se situaría en el centro-izquierda. Por otro lado, el Movimiento de Unidad Nacional, el partido de Saakashvili, es observador del Partido Popular Europeo y se situaría en el centro-derecha. Sin embargo, en realidad, las políticas distan poco entre ellos. Por ejemplo, desde que Sueño Georgiano ha llegado al poder no ha hecho nada para cambiar la estructura económica. Lo único que ha hecho es tratar de asumir cierto gasto social que no impulsaba tanto el partido de Saakashvili. Por ejemplo, han mejorado algo la sanidad pública, introduciendo la sanidad pública gratuita para niños menores de 5 años y cubriendo más gastos sanitarios por parte del Estado, han aumentado el salario mínimo etc. Pero las medidas son bastante simbólicas, ya que la estructura económica no ha cambiado. En ese sentido, sí que es verdad que Sueño Georgiano no tiene agenda económica alguna. Por ejemplo, no ha habido ninguna propuesta para impulsar la reindustrialización de Georgia, u otros sectores que fuesen más allá del desarrollo del sector turístico y vinícola.

En lo referente al sistema político georgiano, según los diferentes índices de clasificación de democracias (The Economist etc.), el país más democrático del Cáucaso Sur es Armenia. Pero estoy de acuerdo con Pablo en que, independientemente del momento en que se mire, hay más problemas desde el punto de vista estructural para que se consolide un sistema democrático en Armenia que en Georgia. Es verdad, tal y como lo señalaba Pablo, que realmente no existe una competencia entre ideas o agendas en Georgia, sino que es más una cuestión de contactos, grupos afines, clanes etc. Y eso dificulta la construcción de un sistema democrático.

En Georgia, tal y como ocurrió en muchos países post-soviéticos, de alguna manera mimetizaron el sistema que había en la URSS que vendría a ser una suerte de sistema semipresidencial (el sistema semipresidencial lo hemos visto en Rusia, Ucrania, en Moldavia en su momento, en Lituania, en Armenia, en Georgia etc.). Uno de los elementos que siempre se ha mencionado desde occidente para la democratización de estos países es que fuesen virando más a un sistema parlamentario para tratar de que haya un mejor reparto del poder. En este sentido, Armenia ya es un sistema parlamentario, y Georgia ya ha hecho las reformas necesarias para que se convierta en un sistema parlamentario. En las últimas elecciones, sin embargo, tuvieron un sistema mixto para los 150 diputados que tiene el Parlamento y ello reforzó la posición del partido ganador, es decir, Sueño Georgiano. Se supone que si implantan el sistema proporcional el primer partido no tendrá tanta ventaja, y puede haber escenarios en los que no haya mayorías absolutas, en los que haya que hacer pactos etc. Todo esto está por ver. Hay que ver cuál es la evolución, es decir, si el cambio ayuda a la democratización de Georgia o aumenta el chanchulleo entre partidos.

- A principios de julio, Georgia se convirtió en noticia por la cancelación de los actos relacionados con el orgullo LGBT+ en su capital Tiflis debido a las violentas acciones protagonizadas por ciertos sectores ultraconservadores de la sociedad georgiana. ¿Por qué sucedió lo que sucedió? ¿Fue un hecho aislado o existe una división político-social más amplia?

- Pablo: Lo que sucedió ocurrió por diferentes factores. Hay que hacer una lectura a varios niveles. Primero, hay que hacer una lectura política. En octubre se celebrarán elecciones locales, y aunque no parezcan tan importantes, se da la siguiente circunstancia: se ha firmado un acuerdo en el que se establece que si Sueño Georgiano no consigue el 43% de los votos se convocaran nuevas elecciones parlamentarias. Sueño Georgiano controla bien la situación, debido a que la oposición es relativamente débil y no está tan unificada. Sin embargo, este partido que está actualmente en el poder tiene algunos problemas, por ejemplo, con los canales de TV opositores como Perveli, Mtavari y Formula. Estos tres canales están consiguiendo muy buenos resultados y están creando ciertos problemas a Sueño Georgiano debido a que lo critican mucho (con razón, a veces, y otras veces no). Estos canales, a grandes rasgos, son herederos del canal Rustavi 2 que fue un canal pro Saakashvili en su momento. Cuando cambiaron los dueños del canal aparecieron estos canales y han apoyado una agenda contraria a Sueño Georgiano. Entonces, Sueño Georgiano ha utilizado el pretexto del Gay Pride, que eran una serie de tres actos que se tenían que celebrar el 1 de julio, el 5 de julio y el 7-8 de julio, para atacar a la prensa opositora. El día 1, cuando se organizó un acto donde se emitieron varios videos etc., la policía dominó muy bien la situación debido a que estaban presentes los embajadores occidentales. Sin embargo, el día 5 se utilizó el pretexto del Pride, que iba a ser un acto escaso con un par de centenares de personas, para calentar el ambiente y para atacar a la prensa. Si fueron atacadas 56 personas, de esas 53 eran de la prensa.

Simplemente es un suceso coyuntural, pero esto no quita la dualidad que se vive en Georgia. Es decir, por un lado, se abrazan ideas pro-occidentales y por otro se abrazan ideas conservadoras y de respeto a la Iglesia, que es muy fuerte en el país. En resumidas cuentas, se podría afirmar que se utilizó el pretexto del Día del Orgullo para amedrentar, asustar y limitar a la prensa que va en contra del partido gobernante. ¿Por qué se hizo esto? Pues para dominar el espacio mediático en el contexto de las elecciones locales que se celebrarán en octubre, donde seguramente Sueño Georgiano no va a tener grandes problemas, sobre todo si logra amedrentar a estos canales opositores. Además de atacar a los periodistas y limitar su ejercicio, la semana del 26 de julio la policía de delitos fiscales se presentó por lo menos en la sede de dos partidos políticos opositores. Concretamente, se utilizan a los grupos de extrema derecha para seguir presionando a los canales de televisión y estos se han “olvidado” por completo de la cuestión LGTB+. Por ejemplo, a día de hoy, nadie toca a los miembros de la comunidad LGTB+ y la atención está centrada en los canales de TV opositores. 

- Asier: Comparto la visión de Pablo. El Gay Pride ha sido instrumentalizado. Por un lado, se ha instrumentalizado por fuerzas pro-occidentales como un acelerador de la modernización para Georgia y para un posicionamiento geopolítico más claro. En esta ocasión, sin embargo, estamos viendo una instrumentalización por parte “del cordón sanitario” del Gobierno para hacer frente a las fuerzas opositoras, que son básicamente los medios de comunicación. Son los mayores agentes opositores, debido a que Sueño Georgiano dispone de una mayoría amplísima en el Parlamento y tampoco se vislumbra un liderazgo político muy claro en la oposición. Entonces, han utilizado el Gay Pride para presionar a los medios de comunicación.

Georgia es un país muy patriarcal, muy machista y homófobo. Pero no es un país que haya tenido de forma muy clara, como en otros países de la UE como Polonia, Lituania, Letonia etc., ataques directos de forma organizada en grupos contra las minorías sexuales. Esto no ocurría en Georgia. Parecía incluso mucho más liberal que ciertos países de la UE en lo relativo a los derechos del colectivo LGTB+. Sin embargo, hay algunos factores estructurales que han ido convergiendo en los últimos años y que han facilitado la instrumentalización del Gay Pride por parte de unos y otros para hacer política. Tal y como decía un militante LGTB+ georgiano, les están utilizando desde un lado y el otro y nadie hace nada para mejorar su situación.

- Pablo: Únicamente por precisar, el Gay Pride iba a ser “el desfile del orgullo y la tolerancia”. No se llamaba ni siquiera Gay Pride ni había ninguna sigla de ningún tipo en la organización. Es más, en la agenda de algunos de los colectivos que hicieron la convocatoria y animaban a la participación no había nada relacionado con la orientación sexual.

- Asier: Sí, es una forma de presentarlo de “manera más suave”. Pero las fechas elegidas no son casualidad. Independientemente de lo que sucedió en esa ocasión, se observa que la Iglesia tiene mucho peso y tiene mucho poder. Alrededor de la Iglesia se ha ido tejiendo poco a poco una sociedad civil que está impulsado ideas que existen en la sociedad y que son mayoritarias (conservadoras o ultraconservadoras etc.) aunque en el proceso de acercamiento de Georgia a la UE y a Occidente parecían que se estaban quedando relegadas poco a poco, al menos entre las generaciones más jóvenes.

No obstante, lo que se observa ahora es que esta red que se ha ido tejiendo ha encontrado un nicho con el tema LGTB+ para seguir creando esa identidad contra las  posiciones más modernizantes. Por eso fue posible lo que ocurrió. Si no hubiera un proceso durante años basado en tejer esas redes no hubiera sido posible. Además, se han creado nuevos partidos políticos de corte populista-derechista que han entrado en el Parlamento como la Alianza de Patriotas Georgianos, siguiendo la estela de los nuevos partidos populistas de derecha que estamos viendo en todo el mundo y también en Europa. Es posible que se configure una agenda que pueda conectar muy bien con un populismo como el que se ha desarrollado en Polonia, con un marcado peso de la Iglesia y con un discurso muy soberanista-nacional. Veremos si esto evoluciona así y en qué grado tiene éxito.

Aunque hayan surgido nuevos partidos que podrían capitalizar está línea política y hayan entrado en el Parlamento, estos tienen un problema con Sueño Georgiano. Como decíamos, Sueño Georgiano es observador del Partido Socialista Europeo y se sitúa en el centro-izquierda. Es evidente que Sueño Georgiano ha tenido y tiene algún tipo de conexión con estos grupos y estas redes ultraconservadoras. El partido ve que pueden ser útiles para erosionar los apoyos del centro-derecha. Y es que, aunque el centro-derecha diga que está muy en favor de la tolerancia, muchos de sus votantes son muy homófobos y tienen posiciones muy similares a las que expresó parte de la ciudadanía georgiana a principios de julio. Lo que ocurre es que, si se quiere entablar una alianza fuerte con Occidente, los países occidentales te van a pedir ciertas medidas modernizantes y liberalizadoras que se tendrán que cumplir. Luego, además, hay otro elemento. Georgia no tiene una estructura económica muy autónoma, y apuesta fuertemente por el turismo. Debido a este hecho, posiciones como las que se ven sobre la cuestión LGTB+ en países como Polonia pueden ser problemáticas para un país que vive principalmente del turismo.