¿Sabes porqué ha descendido el número de banderas azules en la Península?

En 2019 hay 24 banderas azules menos en las playas del estado que en 2018, aunque seguiremos liderando el ranking mundial de este tipo de insignias

Bandera azul playa
¿Sabes porqué ha descendido el número de banderas azules en la Península?

Estamos en pleno verano, y sin duda una de las protagonistas de este momento del año son las playas. Muchas buscan certificados e insignias para posicionarse entre las mejor valoradas del país y una de las más ansiadas certificaciones es la de "bandera azul". Este distintivo internacional reconoce entre otras cosas, la calidad de las aguas o los servicios de las playas, pero en los últimos años se ha notado un descenso en el número de municipios que solicitan esta insignia ¿porqué?, ¿están perdiendo prestigio las famosas "banderas azules"?, ¿están empezando a ignorarlas en las playas españolas?

¿Qué son las banderas azules?

El distintivo de "bandera azul" se creó en 1985 en Francia como galardón a los puertos deportivos y embarcaciones que protegían el medio marino y poco a poco se fue extendiendo a otros países. Lo que nació como un reconocimiento local se transformó en pocos años en un programa de educación ambiental para playas y puertos deportivos coordinado por la Fundación para la Educación Medioambiental en Europa. A partir del año 2000 se convirtió en un programa internacional, hasta que en 2018 ya estaba presente en un total de 45 países.

Los criterios que se controlan para que a una playa se le conceda el distintivo de bandera azul son:

- Calidad del Agua

- Gestión Ambiental

- Seguridad y Servicios

- Información y Educación Ambiental

El procedimiento para conseguir el distintivo comienza cuando un municipio presenta a la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (organismo encargado de la gestión de las insignias en España) la candidatura de alguna de sus playas. Después de comprobar que cumple todos los requisitos, el "Jurado Nacional Bandera Azul" evalúa la candidatura y un jurado internacional toma la decisión final. Los resultados se presentan anualmente y a lo largo de toda la temporada playera se realizan visitas de inspección para asegurarse de que se siguen cumpliendo los requisitos.

Los municipios que reciben el distintivo aseguran que es un medio para conseguir mejoras sociales y ambientales, pero también que les genera un gran beneficio para la economía local.

Panel informativo en las playas con Bandera Azul

Las insignias de 2019

En total se han concedido este año 669 banderas azules, repartidas a 566 playas, 98 puertos y 5 embarcaciones sostenibles. Una de cada cinco playas lucirá este verano el distintivo y la mayoría están en la Comunidad Valenciana (135). Este año además, siete nuevas playas estrenarán la bandera distintiva, pero en general se ha producido un descenso notable en el número de concesiones, pero también en el número de solicitudes. Respecto al 2018, España ha perdido 28 banderas azules entre puertos y playas, lo que solo hace que acentuar la pérdida que se viene registrando desde ya hace varios años.

Logotipo de bandera azul

Las causas del descenso

Desde ADEAC aseguran que uno de los motivos por los que este año hay menos banderas azules en las costas españolas es “el alto nivel de exigencia”, ya que en 2019 han aumentado las playas sin bandera “por incumplimiento de la ley de costas” o por la mala calidad de las aguas. Pero también hay otro motivo que está haciendo que en las costas españolas haya cada vez menos distintivos de este tipo, y es que algunos municipios han renunciado a solicitarlas y han preferido pedir otras certificaciones más estrictas que priorizan valores medioambientales. Dos de los casos más notorios en los últimos años han sido los de Gipuzkoa y Galicia. El territorio vasco no tiene ninguna bandera azul en sus playas ya que todos los municipios costeros guipuzcoanos han renunciado a solicitar esta distinción. En la costa gallega todavía hay 107 distintivos, pero en la última década varios municipios han decidido renunciar también a ellos. Según el portal Praza, otros lugares como las Baleares y Asturias también han dejado de solicitarlo, entre otras cosas por el “alto coste que supone para los municipios”, en dónde para cumplir los requisitos exigidos tienen que hacer un gran desembolso económico en adecuar los servicios.

Servicios de duchas en las playas. Rafael Ochoa

¿Porqué la desconfianza?

La Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor, que se encarga de la concesión de los distintivos en España, no deja de ser una entidad privada a la que critican duramente algunos grupos ecologistas asegurando que le dan más importancia a la presencia de algunos servicios en las playas que a los valores ecológicos y de conservación de su entorno. Ecologistas en Acción ponen como ejemplo el caso de las playas de El Puerto de Santa María, a las que en 2016 la ADEAC les retiró las banderas azules por los “vertidos de aguas residuales insuficientemente depurados desde la EDAR, pero se la volvió a otorgar los años siguientes, con la EDAR en el mismo deficiente estado”. Otros grupos ecologistas como Amigos de la Tierra consideran que la desconfianza que genera la concesión de estas insignias también viene motivada porque muchas de las playas que la poseen son “regeneradas, puertos deportivos o incluso playas totalmente artificiales” que poco tienen que ver con los valores de sostenibilidad medioambiental que promueven y que están “lejos de ser sinónimo de litoral bien conservado”.

Además, en el año 1999 la Comisión Europea retiró el apoyo económico a la campaña de las banderas azules debido a las quejas recibidas por los usuarios, argumentando la falta de concordancia existente entre la concesión del reconocimiento y el estado real en el que se encontraban esos espacios.

Otra de las razones que argumentan, sobre todo en los municipios dónde han dejado de solicitar el distintivo, es que el reconocimiento se hace solo de manera puntual en temporada de verano. Así por ejemplo, algunas de las localidades costeras vascas que han renunciado a ellas, lo han hecho porque aspiran a obtener otras certificaciones más exhaustivas que obligan a mantener el estado de las playas durante todo el año y también impulsan a realizar mejoras en ellas.

Otras certificaciones

Así por ejemplo, en la localidad guipuzcoana de Deba, se han decantado por solicitar la norma ISO 14.001 de gestión medioambiental, porque como asegura su alcalde, Jesús María Agirrezabala, “te obliga a mantener unos procedimientos y a perseguir unos objetivos. El ISO es un proceso de mejora continua. Te comprometes a algo que depende de tu gestión y eso es lo más importante”

En San Sebastián decidieron en el año 2003 optar también por otras certificaciones como el Emas (Sistema de Gestión y Auditoría) y la ISO y parece que no le va del todo mal. Sobre todo cuando una de su playas está siempre en los primeros puestos de los listados de las mejores del mundo. Entre ellos, el elaborado por Trip Advisor con la puntuación de los viajeros, que colocan a la donostiarra Playa de La Concha como la cuarta mejor del mundo y eso que en ella no ondea ninguna Bandera Azul.

Otras certificaciones que también se presentan como alternativas son la Q de Calidad Turística, el Certificado de Accesibilidad Universal o la norma UNE 17001 (Accesibilidad Universal y Diseño Para Todos).

La Playa de la Concha no tiene distintivo azul pero está entre las mejores del mundo