SOSTENIBILIDAD

“Morar em Lisboa”; el movimiento que lucha por terminar con la crisis habitacional

Lisboa es una de las capitales europeas que más habitantes está perdiendo, debido sobre todo al elevado precio de las viviendas y al auge de los pisos de alquiler turísticos

LauraRinke
El movimiento "Morar em Lisboa" aboga por una ciudad habitable y participativa para todo el mundo (LAURA RINKE)
“Morar em Lisboa”; el movimiento que lucha por terminar con la crisis habitacional

Como en muchos otros rincones de Europa, el centro de Lisboa ha sufrido en los últimos años una gran transformación. Al elevado número de edificios deshabitados que hay en sus calles, se ha sumado la tendencia de que la mayoría de los que aún son habitables, se han convertido en alojamientos turísticos. A esto se le añade también el alto precio que tienen las casas del centro de la ciudad portuguesa y que está provocando que muchas personas decidan moverse hacia otros barrios más alejados pero más económicos, incluso han empezado a salir fuera de la capital. Como consecuencia, el modo de vida del centro neurálgico de la ciudad ha cambiado de manera radical y por eso muchos son los que plantean soluciones urgentes. Para intentar frenar esta crisis habitacional, en 2017 surgió la iniciativa ciudadana “Morar en Lisboa”, originada por un grupo de ciudadanos de diferente índole que intentan buscar soluciones para que cambien las condiciones de la vivienda en la ciudad y por el momento ya han conseguido llevar a cabo varios debates sobre la materia y reunir a un gran número de asociaciones que apoyan su causa.

Lisboa está de moda, prueba de ello es que en 2017 fue la ciudad europea que más barcos de crucero recibió, pero se ha quedado estancada en el crecimiento de su población y tiene muchos problemas de vivienda, la pregunta es ¿por qué?

  • Perdiendo población

El problema de la capital portuguesa es que las casas cada vez son más caras y conseguir allí un hogar asequible se está convirtiendo en toda una odisea. Hace algunas semanas ya os contamos cómo Finlandia era el único país europeo que había conseguido poner solución a la problemática de la vivienda con un sistema novedoso denominado “Housing First”. En el resto de países la escasez de hogares y las dificultades para acceder a ellos están provocando serios problemas. Según el último informe de la agencia de calificación de riesgos Moody´s, entre 2012 y 2018 el ritmo de crecimiento de los precios de la vivienda ha superado la media nacional en muchos países europeos, pero el caso de Lisboa es particular. Mientras que en otras regiones este incremento ha venido motivado en parte, por el aumento de población, en la capital portuguesa ha ocurrido algo diferente. Dentro de las grandes ciudades europeas, es la que mayor caída de población ha experimentado en los últimos años (un 7% desde 2011), mientras que los precios de la vivienda aumentaron en algunas zonas hasta un 80%. La explicación es muy sencilla; en la actualidad, de los 24 distritos en los que está dividida la ciudad, diez de ellos tienen precios del metro cuadrado por encima de los 3.000 euros y otros tres exceden los 4.000, lo que la coloca como una de las ciudades más caras del país para comprar una casa.

ECO precio metro cuadrado

Precio del metro cuadrado dependiendo de los distritos (ECO)

Los datos muestran también que los ingresos familiares no siguen el ritmo de crecimiento de los precios de las casas en algunas zonas y por eso mucha gente está optando por comprar viviendas en los barrios más económicos, incluso ha decidido irse a otras localidades, lo que explica la pérdida de población que está sufriendo la ciudad.

  • Los alojamientos turísticos

El problema de que los precios de la vivienda se hayan disparado en la capital portuguesa viene generado por dos factores muy importantes: el turismo y la escasa construcción. Nos encontramos en la era de la masificación del ocio, en la que parece que las grandes ciudades se han transformado para satisfacer las necesidades de los turistas y es aquí donde nace uno de los mayores problemas con los que se encuentran en muchos países, sobre todo en el centro de las grandes ciudades. El aumento de la demanda de pisos de alquiler turísticos ha situado a Lisboa entra las ciudades europeas que tiene mayor proporción de casas convertidas en este tipo de alojamientos para la plataforma Airbnb. En 2011 había un total de 523 propiedades de este tipo y a finales de 2018 se contabilizaron casi 49.000. Además, se calcula que hay unos 33 inmuebles de esta tipología por cada 1.000 habitantes, lo que supone un gran problema para aquellos que quieren vivir de manera permanente en la ciudad. En el libro “Lisboa y Airbnb”, el autor José A. Rio Fernandes, muestra como esta plataforma ha pasado en diez años de ser una forma de economía colaborativa, a convertirse en un negocio que ha provocado grandes y graves transformaciones en la ciudad. Además, plantea varias reflexiones al respecto, asegurando que esta modalidad pone en entredicho los valores culturales y de bienestar de los residentes:

“La ciudad se ha posicionado como uno de los mejores destinos europeos (los premios que ha sumado también ayudan a la reputación). El centro sobre todo, se ha convertido en lugar de paso de visitantes que llegan y parten. ¿Qué pasa con quienes quieren quedarse?, ¿quién quiere tener su casa en el centro de Lisboa?”, José A. Rio Fernandes.

Otro factor que también ha influido en el aumento del precio de la vivienda en Lisboa, es el de que la construcción de nuevas viviendas sigue siendo relativamente baja. La mayor parte de este tipo de construcciones está generada por inversiones extranjeras que ejercen mucha presión sobre los precios y que hacen que estos suban.

  • Rehabilitación de edificios

Las rehabilitaciones de los edificios más antiguos de la ciudad suponen una gran inversión que, en la mayoría de los casos, también vienen financiada por inversores extranjeros que solo hacen que aumentar el coste de las viviendas muy por encima de lo que suelen estar en esas zonas. Lisboa se ha hecho famosa por su imagen de ciudad romántica decadente, con grandes edificios semi-arruinados que resultan entrañables y encantadores para los visitantes extranjeros, pero no tanto para las personas que transitan sus calles a diario. Por eso, el Ayuntamiento de la capital ha decidido penalizar a los dueños de estos inmuebles con un incremento de impuestos. En concreto, el Impuesto Municipal sobre Bienes Inmuebles (IMI), que ahora ronda el 0,30% de la vivienda, se elevará por tres este año y por seis a partir de 2020 para aquellas propiedades que sigan vacías, hasta alcanzar un valor máximo que se puede multiplicar por 12.

BirgitLisboa se ha hecho famosa por su imagen de ciudad romántica decadente (BIRGIT)

Esta claro que Portugal está viviendo una crisis habitacional y cada vez son más los ciudadanos que se indignan por ver cómo el acceso a la vivienda es un problema en sus ciudades, mientras que en sus cascos históricos hay infinidad de edificios en ruinas y un número elevado de viviendas turísticas. El gobierno luso ha aprobado algunas medidas para intentar frenar esta situación, como son la del impuesto para inmuebles en ruinas o incluso ha ofrecido beneficios fiscales para las rehabilitaciones buscando así soluciones efectivas, pero en muchas ocasiones han generado una especulación que perjudica aún más a los ciudadanos. Los incentivos fiscales están atrayendo sobre todo a multimillonarios asiáticos y brasileños que invierten en el sector inmobiliario y hacen subir los precios de manera desorbitada.

  • Morar em Lisboa

Alquileres asequibles, protección para los ancianos y discapacitados para evitar desahucios o ayudas para repoblar los centros urbanos con viviendas habituales y no de alquiler, son otras de las medidas institucionales que se han tomado en Portugal para intentar solucionar esta crisis habitacional. Pero los ciudadanos son cada vez más conscientes de que el problema de la vivienda puede afectarles seriamente y por eso han decidido movilizarse.

Así nació hace algunos años la plataforma ciudadana “Morar em Lisboa”, constituida por cientos de personas y apoyada por decenas de organizaciones, investigadores y profesionales de diferentes ámbitos. Las personas que forman parte de esta iniciativa abogan por una ciudad habitable y participativa para todo el mundo. En su carta abierta de presentación se definen de esta manera:

“Estamos en contra de cualquier forma de violencia, terrorismo, amenaza o maltrato, incluyendo verbal. Estamos en contra de cualquier forma de xenofobia, racismo o dictadura. Estamos por la convivencia, por la diversidad de opiniones y por el respeto mutuo. Estamos por la Democracia. Nuestras posiciones no tienen carácter partidario, tienen que ver con la construcción de una Lisboa habitable, asequible, plural, con espacio para todos y todas”, Morar em Lisboa.

Su principal objetivo es la construcción de políticas y prácticas que permitan a la ciudad ser habitable para todos. Para ello recalcan que no pretende atacar a los turistas, a los políticos, a los partidos o al gobierno, sino que su intención es llamar la atención de ciudadanos y organizaciones para que se unan a ellos y juntos poder buscar soluciones a los problemas habitacionales que hay en la ciudad. Su gran preocupación es la actual política de vivienda que a su parecer “está profundizando las desigualdades socio-territoriales, expulsando a un gran número de familias a las periferias y haciendo que el acceso a la vivienda en las zonas centrales de las ciudades sea un privilegio de los más ricos”.

Además reconocen la importancia del sector turístico para el buen funcionamiento de la economía de la ciudad, pero subrayan que la actividad turística debe planificarse para que se pueda llevar a cabo de una manera integrada y sostenible. Ante todo, creen que lo más importante son los ciudadanos que viven en Lisboa y por eso plantean que hay que llevar a cabo cambios en las políticas de vivienda actuales. Por el momento su actividad se limita a organizar reuniones informativas y colaborativas y han elaborado algunas propuestas para que se pueda tener una convivencia cívica y una participación ciudadana elevada. En estos dos años de vida han conseguido también llevar la Ley de Bases de la Vivienda al Parlamento y en la actualidad está en proceso de discusión. En definitiva, "Morar em Lisboa" no quiere una ciudad sin su gente, por eso animan a la población a unirse a la carta abierta que han elaborado para intentar buscar soluciones eficaces y van pasito a pasito avanzando hacia la lucha contra el problema de la viviendo que hay en Portugal, pero que también podría aplicarse a otras zonas del territorio europeo.

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