Desde no hace muchos años, los repartidores de comida a domicilio en moto comparten también espacio con los que lo hacen en bici. Cada vez es más común, sobre todo en las grandes ciudades, ver en las calles un gran número de bicicletas que circulan entre coches, camiones y autobuses jugandose la vida para entregar a tiempo diferentes mercancías. A la tendencia de la mal llamada “economía colaborativa” para compartir coches o pisos turísticos, se le ha unido también la de ofrecer repartidores a demanda, pero ninguna está exenta de polémica. En el caso de los distribuidores a domicilio el tema de la seguridad y la precariedad laboral de los trabajadores ha estado siempre en el punto de mira y muchos han sido los usuarios que han querido reflejar el lado oscuro de este tipo de empleos.

Los grandes empresarios se escudan en el argumento de que en este nuevo tipo de "economía colaborativa" lo que ellos hacen es poner en contacto a repartidores y clientes, pero en muchas ocasiones se olvidan de recordar que lo hacen eludiendo las responsabilidades que le corresponden. Muchas de las empresas que ofrecen estos modernos servicios, parece que han olvidado avanzar también en materia de derechos laborales y obligan a sus asalariados a trabajar como autónomos o sin darles de alta en la seguridad social, sin hablar de las normas de seguridad, que las dejan muy de lado.

En ocasiones estas empresas obligan a trabajar como autónomos a sus empleados (TWITTER)

Glovo, Uber East, Stuart, Just Eat o Deliveroo son tan solo algunas de estas nuevas plataformas que ponen en contacto a clientes y repartidores y que levantan muchas críticas por su forma de gestionar la relación laboral con sus trabajadores. Resumiendo: estas empresas ofrecen unos servicios y ponen unos precios que deben ser abonados a ellos. Cuando se contrata ese servicio, la plataforma se pone en contacto con el repartidor que está disponible y se ahorra numerosos costes, ya que solo paga en relación al momento en el que se realiza la tarea, sin tener en cuenta todo el tiempo que el trabajador pasa a la espera. Además se aprovechan de que muchos de los empleados son extranjeros que, aunque desconocen el idioma y las ciudades, les resulta fácil conseguir una bicicleta y pagar la cuota de autónomos para trabajar como repartidores, cuando no lo hacen compartiendo una misma licencia al no tener papeles, o "alquilando" una a otro usuario. 

Las empresas se aprovechan de los extranjeros que no encuentran otra salida profesional (TWITTER)

La muerte este mismo sábado de un joven repartidor de 22 años en Barcelona, tras ser atropellado por un camión, ha puesto de manifiesto la precariedad existente en el mundillo. La plataforma "Riders Por Derechos", que lleva luchando varios años por la defensa de las condiciones laborales de los repartidores en bicicleta, convocaba el domingo una concentración de protesta por la muerte del compañero fallecido, que cobraba 4€ por entrega y que llevaba pocos meses viviendo en la ciudad condal.

Un joven repartidor fallecía el sábado en Barcelona tras ser atropellado por un camión. (RIDERSXDERECHOS)

Numerosos trabajadores de la empresa Glovo se manifestaban en la sede de la compañía en Barcelona para protestar por la precariedad y la carga de trabajo a la que están sometidos. En la calle las bicicletas y mochilas quemadas fueron algunos de los actos que sirvieron para visualizar el malestar general de los trabajadores.

Trabajadores de diferentes empresas de reparto en bicicleta se manifestaban tras la muerte de su compañero (RIDERSXDERECHOS)

Mientras que en las redes sociales la indignación se hacía patente bajo el hastag #GlovoNosMata, sobre todo desde que la empresa de reparto a domicilio Glovo, hizo público un comunicado muy impersonal tras el fallecimiento del joven utilizando algunas palabras poco adecuadas como "accidente de tráfico" en lugar de accidente laboral.

“Lamentamos profundamente el fallecimiento de un repartidor en Barcelona en un accidente de tráfico. Estamos colaborando con las autoridades para determinar las causas de este suceso y contactando con la familia para darles nuestro apoyo y condolencias”.

Pero la indignación no hizo más que aumentar durante la jornada de ayer cuándo la empresa aseguraba a través de un comunicado, que el joven fallecido el pasado sábado operaba con la cuenta de un tercero, ya que “no estaba registrado como repartidor en Glovo”. Una práctica que al parecer es muy utilizada por los inmigrantes sin papeles que quieren trabajar.

El colmo del comunicado de @Glovo_ES es que ellos mismos están reconociendo que están cometiendo ilegalidades. Gracias por decir lo que todo el mundo ya sabe. pic.twitter.com/dPD4UYZmdi

— #GlovoMata (@ridersxderechos) 27 de mayo de 2019

Esta no es la primera vez que la empresa utiliza palabras o imágenes inadecuadas que lo único que hacen es poner aún más en duda su credibilidad. Para la pasada campaña del Black Friday utilizó una fotografía en la que se veía a un empleado con la ropa y la cara manchadas con el eslogan "Este #blackfriday lo luchamos por ti! ¡NO MÁS COLAS!". Paradójicamente reflejaba el duro trabajo de los repartidores y bien podía haber sido utilizada también para decir "así es como terminamos después de una jornada laboral por un mísero sueldo y con escasas medidas de seguridad".

Imagen de la campaña del Black Friday de la compañía Glovo

El fallecimiento del repartidor este mismo fin de semana ha sido la crónica de una muerte anunciada. Trabajadores y sindicatos llevan mucho tiempo luchando para que se cumplan las medidas de seguridad pero también para que se respeten las condiciones laborales de los trabajadores. El pasado mes de febrero un juez fallaba por primera vez a favor de un repartidor de Glovo que tenía que ser readmitido tras haber sido despedido por llevar a cabo una huelga, por considerar que la relación laboral que tenía con la empresa era de falso autónomo. Pero por desgracia otras sentencias no han sido tan favorables. En Madrid hay varias causas abiertas que consideran que la relación de las plataformas y los repartidores es la de un autónomo económicamente dependiente. Aún así la Inspección de Trabajo sigue levantando actas en ciudades como Valencia, Barcelona, Madrid, Alicante o Zaragoza que concluyen que estos repartidores trabajan como falsos autónomos, pero todas ellas tienen que ser todavía ratificadas por los tribunales. Además plataformas como "Riders Por Derechos" ya han asegurado que no van a parar y van a "tomar medidas para que no se produzca ni una muerte más trabajando" y por el momento ya han empezado por convocar nuevas manifestaciones a lo largo de esta semana. Por su parte la Inspección del Trabajo ha asegurado que investigará el accidente y sus causas y también la situación laboral en la que se encontraba el joven fallecido.