La LFP suspende un partido porque la grada llamó "nazi" a un jugador de ultraderecha

La Liga de Fútbol Profesional ha decidido por primera vez en la historia suspender un partido por insultos de la grada contra un jugador. No lo hizo anteriormente por cánticos racistas, ni sexistas ni homófobos, como ha sucedido en campos de fútbol en muchas otras ocasiones, sino que la razón de la suspensión ha sido llamar a un jugador de ideología de extrema derecha "puto nazi". Se trata de Zozulya, un jugador ucraniano del Albacete al que el presidente de la LFP, Javier Tebas, ya ha defendido en otras ocasiones por su cercanía ideológica

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La LFP suspende un partido porque la grada llamó "nazi" a un jugador de ultraderecha

El fútbol español ha vivido este fin de semana una situación excepcional y que sienta un importante precedente, aunque habrá que ver cómo se gestiona en otros casos. Se trata de la suspensión de un partido por cánticos de la grada contra un jugador

Sucedió este domingo durante el partido entre el Rayo Vallecano y el Albacete de la Segunda División, que fue suspendido debido a los cánticos que calificaban de “puto nazi” al jugador ucraniano del Albacete Roman Zozulya, que nunca ha escondido su ideología de extrema derecha. Estos cánticos provocaron que el árbitro detuviera el encuentro durante unos instantes en la primera mitad para que se pidiera por megafonía el cese de los insultos. Durante el descando, el Albacete decidió no continuar jugando e informó de ello al árbitro.

La Liga de Fútbol Profesional emitió un comunicado tras la suspensión en la que manifestaba “su acuerdo” con la decisión tomada por el árbitro del encuentro ante “los graves insultos y amenazas” contra Zozulya. También quiso reafirmar con esta nota su interés por continuar “trabajando para erradicar la violencia, el racismo y la xenofobia en los estadios de fútbol profesional español”. Resulta cuando menos curioso que el trabajo de la LFP en contra del racismo y la xenofobia comience defendiendo a un jugador que profesa una ideología racista y xenófoba. Y más todavía si recordamos otras muchas ocasiones en las que los cánticos resultaban mucho más graves y la LFP no hizo nada.

Casos en los que la LFP no intervino

En el fútbol español (y en todos en general) los cánticos contra jugadores, insultos y otras descalificaciones son algo habitual. La testosterona parece que va unida a este deporte, y mucha gente acude a los estadios para desahogarse y gritar además de para ver fútbol. Sin embargo, parece evidente que no todo debería estar permitido, y la LFP está moviendo ficha en este sentido. Ahora bien, resulta cuando menos sospechoso que la primera vez en la historia que se suspende un partido por cánticos contra un jugador, sea precisamente por denominar "nazi" a un jugador que, si bien no es nazi en el sentido estricto de la palabra, está muy cerca de serlo (lo explicamos a fondo más adelante). Y sobre todo viendo otros casos muy graves en los que la LFP no intervino:

  • Samuel Etoo intenta abandonar un partido por cánticos racistas. Sucedió en 2006, cuando la afición del Zaragoza dedicó cánticos racistas contra el jugador culé, que quiso abandonar el terreno de juego. Sin embargo, fue el árbitro quien en lugar de apoyarlo o detener el partido, lo convenció para seguir jugando. El partido continuó como si nada, y el Zaragoza solo fue multado con 9.000€ de multa.

  • "Como te pille fuera, te violo". Esta salvajada de un aficionado hacia la árbitro del partido disputado entre el C.D. Chilegua La Pared y la U.D. Jandía tampoco supuso la suspensión del partido. Sucedió la semana pasada, cuando un aficionado del Jandía insultó e increpó gravemente a la asistente del encuentro de 16 años mientras se estaba disputando el partido: "¡Como te pille fuera te violo!, ¡Ay, esos tobillos!, ¡Te voy a partir la cara!". 
  • Sonidos de monos contra Iñaki Williams. Año 2016, un sector de la grada de El Molinón imita el sonido de un mono cada vez que el jugador del Athletic toca el balón. El árbitro tuvo que detener el encuentro, pero no fue suspendido. 

Tebas y su apoyo a la ultraderecha

Cabe recordar que el presidente de la LFP, Javier Tebas, es un conocido activista de extrema derecha. Fue dirigente de Fuerza Nueva, es seguidor de Hogar Social y votante de VOX:

Así que los hilos que manejan el fútbol español los mueve una persona de extrema derecha. Y por eso a nadie que conozca a Javier Tebas le puede sorprender su combatiente defensa de Zozulya, que tampoco es algo nuevo. Ya hace dos años, Tebas llegó al absurdo extremo de anunciar una querella criminal por un delito de coacciones tipificado por el artículo 172.1 del Código Penal contra diez personas. Y es que uno de los principales quebraderos de cabeza de Tebas es el Rayo Vallecano, el único equipo de barrio que juega en la élite europea. Un equipo y una aficción multicultural en sus valores, proletario en su rutina y abiertamente antifascista. 

Ya en 2017, Javier Tebas dijo lo siguiente sobre su conflicto con el Rayo Vallecano por el caso Zozulya, comparando a nazis con homosexuales, y que es un buen resumen de su filosofía:

En el Rayo no quieren nazis, ¿y si mañana otro equipo no quiere homosexuales? - Javier Tebas

Por eso ahora esta suspensión de un partido "para erradicar la violencia, el racismo y la xenofobia en los estadios de fútbol profesional español" justamente con el caso de un jugador de extrema derecha en Vallecas resulta entre sospechoso, indignante y ridículo. 

Hay mucho maricomplejines en la derecha española. La derecha ha sido cobarde (...) si extrema derecha es defender la unidad de España, la vida y un sentido católico de la vida, yo estaba en este grupo y sigo pensando igual que cuando era de Fuerza Nueva - Javier Tebas en una entrevista en 2016 

¿Es Zozulya un nazi?

¿Cuál es entonces la realidad, están los aficionados del Rayo equivocados, u oculta el jugador ucraniano su militancia política? En este caso, como en otros polémicos, la verdad se encuentra a medio camino de las dos versiones. La razón de que esto suceda es la complejidad de la situación creada en Ucrania y las interpretaciones que se hacen de ella en el exterior. Además, y este quizás es el punto importante, chocan dos maneras distintas de interpretar un mismo hecho, lo cual hace que las dos partes crean sin lugar a dudas tener toda la razón de su lado.

Roman Zozulya desde el punto de vista ucraniano no es un nazi. No colabora asiduamente con batallones de extrema derecha, aunque ha tenido trato con ellos, tampoco es miembro declarado de partidos radicales. Su devoción por las fuerzas armadas de su país, a las que ayuda de manera regular mediante un fondo creado por el propio jugador, tampoco es razón inequívoca para calificarlo como nazi, ya que Zozulya explica este apoyo mediante su patriotismo.

Sin embargo, este patriotismo ucraniano actual se basa en unos referentes históricos de los nacionalistas ucranianos que colaboraron con la Alemania nazi. Esos nacionalistas protagonizaron durante la Segunda Guerra Mundial numerosos casos de asesinatos de población judía, polaca, rusa, y de tendencias políticas de izquierdas.

El líder de estos nacionalistas ucranianos de los años 40 y 50 del siglo pasado era Stepan Bandera, personaje por el que los nacionalistas sienten gran devoción. El propio Zozulya se ha fotografiado varias veces con la imagen de este colaborador nazi a la vez que nacionalista ucraniano. Así mismo Zozulya ha apoyado campañas impulsadas por determinados sectores de extrema derecha ucraniana. Todo ello dentro de Ucrania situaría a Zozulya en el teórico centro-derecha político, una corriente predominante a día de hoy en el país, sin embargo en otros países está posición se califica, no sin razón, de extrema derecha rozando incluso el nazismo.

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Las razones principales para este duro calificativo fuera de Ucrania es el carácter excluyente del nacionalismo ucraniano impulsado en su día por Bandera, asesinando en numerosas ocasiones a población judía, polaca y rusa de Ucrania. Así mismo se practicó no solo el asesinato por razones raciales, sino que también por razones políticas, siendo muchas veces víctimas los propios ucranianos comunistas. Las actuales autoridades ucranianas han seguido parcialmente este camino y han ilegalizado el partido comunista del país, y están impulsando leyes que claramente discriminan cualquier otra cultura que no sea la ucraniana, algo criticado duramente en otros países del entorno. Y no hay que olvidar que el complejo conflicto bélico que se desarrolla en el Donbass, y en el que Zozulya se ha pronunciado por uno de los bandos, tiene un importante componente nacionalista.

Por todo ello, el caso del jugador ucraniano tiene dos lecturas, por un lado es difícil realmente calificarlo de nazi en el sentido clásico y teniendo en cuenta la situación política de su país, pero por otro, sus ideas políticas y el apoyo que presta a determinadas iniciativas dentro de Ucrania no combinan bien con la de aficionados de histórica posición política de izquierdas como es el Rayo Vallecano. Es un caso en el que la exportación de ciertas ideas que son relativamente habituales y aceptadas por una sociedad, van en contra con lo que se considera normal en otra.