La justicia belga permite que un reactor nuclear siga operando pese a tener microfisuras

Un tribunal belga decidió este jueves que el reactor 2 de la Central Nuclear de Tihange, situado al suroeste de Bélgica, siga funcionando pese a presentar microfisuras al rechazar las demandas presentadas por varios municipios y estados federales de Alemania, Luxemburgo y Países Bajos.

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Central Nuclear de Tihange
La justicia belga permite que un reactor nuclear siga operando pese a tener microfisuras

La seguridad de las centrales nucleares que dispone Bélgica (Doel y Tihange) ha creado numerosos quebraderos de cabeza en los últimos años. Tanto la aparición de grietas como la presencia de accidentes menores y sabotajes ha encendido las alarmas. Mientras que las autoridades belgas manifiestan que no existe ningún tipo peligro, los países colindantes no creen los mismo y han tomado medidas para proteger a la población.En esta ocasión el reactor 2 de la central nuclear de Tihange ha vuelto a ser noticia debido a que la justicia belga le ha dado el permiso para que siga operando hasta el final de su vida útil.

Durante una inspección en 2012, se descubrieron grietas en las paredes del rector nuclear, que luego se cerró y se reinició en 2015.  Este hecho ha llevado a ciertos colectivos a denunciar la situación. Según los demandantes, "estas grietas podrían haber sido descubiertas durante la construcción de las paredes del reactor entre 1975 y 1983, ya que la tecnología ya existía en ese momento". Además, afirman que “el material que se utilizó para construir las paredes del reactor nunca debió haber sido utilizado”. Según los demandantes, aún se desconoce cómo aparecieron estas grietas, si estaban ahí desde el principio o si fueron provocadas por el funcionamiento del reactor.

El tribunal considera que nuestro reclamo es admisible pero infundado”, afirmó al respecto Leo Tubbax, portavoz de la asociación Stop Nuclear Energy. “De hecho, el tribunal está siguiendo a la Agencia Federal de Control Nuclear (AFCN) en el seguimiento del caso. Como ocurre con la AFCN y el Gobierno Federal, la corte no duda ni por un segundo de la seguridad de este reactor”, señaló.

El Estado belga, la AFCN y el grupo Electrabel que explota el reactor, filial del grupo francés Engie, defendían la continuidad de la planta con el argumento de que "una investigación desarrollado durante más de tres años (entre 2012 y 2015) concluyó que era suficientemente segura para seguir operativa".

En cualquier caso, según la ley belga de 2003 sobre energía nuclear, se prevé que el reactor en cuestión concluya su vida útil en 2023. Al respecto, según la asociación Stop Nuclear Energy, “gracias a la presión”, el reactor Tihange-2 y Doel-3, este último perteneciente a la central nuclear de Doel y que también presenta microfisuras, han salido de la lista de reactores a los que se le pueda ampliar la vida útil.

La central nuclear de Tihange cuenta con tres reactores del tipo PWR. En concreto, la unidad dos es del modelo WH 3LP. El reactor dispone de una capacidad termal de 3064 Mwt y una capacidad eléctrica de 1008 Mwe. Su construcción comenzó el 1 de abril de 1976 y entró en fase comercial el 1 de junio de 1983.

¿Peligro transfronterizo?

Diversas fisuras encontradas en Tihange 2 y Doel 3 desde 2012 a 2015 –más de 3.000 pequeñas grietas en la primera y hasta 13.000 en la segunda, algunas de casi 2 cm de largo– hacen que se dude de la fiabilidad de los estudios por parte de la gestora, Electrabel, y de la AFCN, encargada de evaluar la situación. 

Desde la AFCN se ha asegurado con firmeza que "la seguridad y fiabilidad son incuestionables". Sin embargo, el ISR vienés no opina lo mismo. En unos estudios que fueron publicados en 2016, este organismo subrayaba "las altas probabilidades" que hay de que ocurra una catástrofe nuclear en el país. “Hasta ahora una central nuclear con fisuras era un escenario que no se había dado”, llegó a afirmar Wolfgang Renneberg, ex gestor del organismo de supervisión en Alemania y profesor del ISR. “La peligrosidad de Tihange 2 y Doel 3 es incalculable”, señalo.

Bélgica es un país pequeño, y sus dos centrales nucleares están situadas en las fronteras. Debido a este hecho, un accidente nuclear grave tendría serios impactos tanto dentro del Estado como en los países vecinos. 

Tihange se encuentra junto a la frontera alemana y cerca de Luxemburgo, y Doel se ubica al norte, a un paso de los Países Bajos. Debido a este hecho, hasta un total de 90 ciudades alemanas, holandesas y luxemburguesas, colindantes con la frontera belga, han decidido acudir a la justicia para forzar a Electrabel a cerrar las plantas debido al "alto riesgo existente". 

Según un estudio publicado en 2016 por el ISR (Instituto de estudios de Seguridad y Riesgos) de Viena, “existe entre un 40% y un 60% de probabilidades de que queden inhabitables ciudades como Namur, Lieja o Limburgo, alcanzando incluso la ciudad de Aquisgrán en Alemania y gran parte de la frontera con Holanda”.

Por motivos de seguridad, en 2017, Alemania empezó a repartir pastillas de yodo estable entre sus ciudadanos. Los vecinos de Aquisgrán, ciudad alemana donde viven 250.000 habitantes, y los de los pueblos fronterizos comenzaron a recibir las primeras partidas de este compuesto. Las autoridades decidieron tomar esta medida como prevención, “ante la posibilidad de un accidente en la planta de Tihange”, que se ubica a 70 kilómetros del centro de ciudad de Aquisgrán.

En 2018, el Gobierno belga puso en marcha el plan de seguridad nuclear con lo que comenzó a suministrar pastillas de yodo estable a las farmacias que se encuentran en un radio de 100 km alrededor de las dos centrales nucleares que dispone el país. Para obtenerlas, cada ciudadano debe entregar su documento de identidad, que será registrado para evitar "que se haga un acopio excesivo e innecesario de tabletas".

Tanto los Países Bajos como Luxemburgo han adoptado medidas similares para proteger a la población que pudiera estar expuesta a la lluvia radioactiva en caso de un accidente nuclear grave en una central nuclear belga.

La ingesta de yodo estable sirve para saturar la glándula tiroides con yodo no radioactivo e impide, en caso de un accidente nuclear, la absorción de yodo radioactivo que provoca cáncer de tiroides. No obstante, según algunos expertos, debido a los procedimientos que se deben seguir para que su ingesta sea efectiva y por sus posibles graves efectos secundarios, su efectividad puede ser cuestionable.