Human Brain Project: creando un cerebro digital

Human Brain Project: creando un cerebro digital
El funcionamiento del cerebro humano es sin duda una de las grandes incógnitas que le queda por resolver a homo sapiens. A pesar de haber avanzado mucho en la computación digital, el aparato que tenemos ahí arriba está todavía a años luz en ciertos aspectos. Las máquinas ya nos superan en tareas como el almacenamiento y gestión de grandes cantidades de datos; sin embargo, en actividades que impliquen creatividad, emoción o capacidad de decisión, todavía somos la cúspide de la evolución. Para conocer mejor el funcionamiento de esta megamáquina biológica, un grupo de científicos europeos está trabajando para emular un cerebro humano de manera artificial. El proyecto se llama Human Brain, y la UE ha invertido 406 millones de euros en él. Sin embargo, los propios científicos encargados de este plan son conscientes de que no conseguirán siquiera acercarse un poco a la creación de este cerebro artificial que emule al nuestro antes de 2023, fecha límite para la investigación de este proyecto. La meta es "simplemente" averiguar un poco más sobre el funcionamiento de esa masa gris que nos hace humanos (a unos mas que a otros). La metodología inicial del proyecto consiste en cortar cerebros humanos en las lonchas más finas posibles. "Si quieres estudiar las células en detalle y ver su morfología, sus conexiones -sus axones- tenemos que seccionar en capas los cerebros, es lo que estamos haciendo aquí", asegura Katrin Amunts, directora científica de este proyecto. Esas finas lonchas posteriormente se escanean en un megaordenador para intentar elaborar un mapa cerebral. A pesar de que el proyecto cuenta con las más potentes computadoras existentes a día de hoy, éstas se quedan todavía cortas para recrear una minúscula fracción de nuestro cerebro. Mientras un equipo se dedica a lonchear, otro trabaja en el denominado "ordenador neuromórfico", que trata de recrear con silicona la arquitectura exacta de nuestro cerebro. Esta red neuronal de silicona puede llegar a ser hasta diez mil veces más rápida que nuestra propias neuronas. Sin embargo, la potencia sin control no sirve de nada. "Creo que la cuestión se reduce a si existe algo especial o mágico sobre los seres de carne y hueso, sobre la biología", afirma Mihai Petrovici, neurocientífico computacional de la Universidad de Berna.
"Probablemente todos en neurociencia en este punto, incluso hasta los más filosóficos, en estos momentos estarían de acuerdo en que no hay absolutamente nada especial biológicamente hablando. Si llegamos a comprender qué aspectos de la biología son importantes para el procesamiento de la información, podremos copiarlos en un sustrato distinto, en este caso, de silicona" - Mihai Petrovici
  Este proyecto conlleva innumerables implicaciones éticas. Tal y como asegura Katrin Amunt, "es difícil pensar en un experimento que nos diga que esta red artificial, por ejemplo, ha desarrollado una conciencia. Hay cuestiones de profundidad filosófica, técnica y neurocientífica que tenemos que resolver". Sin duda nos quedan incontables cuestiones humanoides que resolver antes, así que con la calma, investigadores de Human Brain...