Laureano Oubiña, la historia de un traficante gallego

Laureano Oubiña, la historia de un traficante gallego
Laureano Oubiña Piñeiro es historia viva de la delincuencia organizada de Galicia. Empezó muy joven como transportista, trabajo con el que empezó a frecuentar con la flor y nata de los estraperlistas que traficaban con todo tipo de productos desde Portugal. Traficó con todo tipo de bienes y alimentos, primero, después se inició en el contrabando de tabaco para alcanzar la fama y desgracia con el tráfico de hachís que entró por la ría de Arousa en la década de los ochenta, un negocio por el que Oubiña ha pasado una tercera parte de su vida en la cárcel. Nacido en Cambados, en 1946 (Pontevedra, Galicia) la relación de Laureano Oubiña con el contrabando comienza a la temprana edad de 17 años. En esa ocasión se trataba de diesel y café, fundando a los pocos meses su propia compañía de tráfico ilegal de tabaco a través del cual prosperó en los ochenta y los noventa. Una época en la que Galicia era la puerta de entrada del narcotráfico en España. Los narcos se movían libremente por tierras gallegas. Aunque sus primeros problemas con la justicia llegaron en 1978 cuando fue condenado a nueve meses de cárcel por un delito de cohecho. Seria la primera de las muchas condenas que encadenaría. A lo largo de su vida fue detenido en incontables ocasiones: en Platja d'Aro tras la aprehensión de un yate cargado de tabaco de procedencia ilegal,  en la operación Nécora en 1990, la más importante contra el narcotráfico hasta entonces, y en la que también fue detenida su por aquel entonces mujer, Esther Lago... Sus salidas y entradas de prisión eran comunes.     Declaraciones que convirtieron a Oubiña en el traficante más mediático de aquel grupo del que también formaban parte Manuel Charlín y Sito Miñanco, y lo señalaban por aquel entonces principal causante de las muertes de jóvenes por sustancias estupefacientes; sobre todo, heroína y cocaína, dos sustancias que nunca se ha probado que traficase Oubiña.
El 27 de septiembre de 1994 la Audiencia Nacional le condenó junto a Esther Lago a 12 años de prisión y una multa de 1.280 millones de pesetas cada uno por delito fiscal y receptación (compraventa de mercancía robada), pero fueron absueltos de las acusaciones de tráfico de drogas. El 7 de diciembre, Oubiña quedó en libertad provisional mientras que ella no abandonó la cárcel hasta 1997. Uno de sus mayores golpes fue el que cometió en 1997, cuando transportaba 5.741 kilos de hachís desde Galicia a los Países Bajos. Sin embargo, el vehículo fue intervenido en Martorell y fue condenado por organizarlo todo. Varias condenas y delitos más tarde, estuvo 13 meses como prófugo intentando eludir la prisión, pero finalmente fue detenido en Grecia en octubre del año 2000. Durante su estancia en prisión, concretamente en 2001, su mujer Esther Lago fallecía en un accidente de tráfico cuando se encontraba en libertad bajo fianza. En julio de 2012, Oubiña salió de la cárcel madrileña de Navalcarnero tras haber cumplido varias sentencias por narcotráfico, penas que cayeron sobre él en 1990. Sin embargo, al día siguiente de su salida de prisión, tuvo que volver a la Audiencia Nacional para enfrentarse al juicio por blanqueo que terminó en una condena a 4 años y 7 meses cárcel y una multa de 2.226.100 euros.
Hace poco más de año y medio que Oubiña salió de la cárcel, a los 71 años ingresa en el Centro de Inserción Social de Alcalá de Henares (Madrid), con un régimen semiabierto. En el verano de 2018 presentaba su libro Toda la verdad que empezaba dejándolo claro: "Soy Laureano Oubiña y tengo más fama que fortuna" así intenta reflejar lo que para el ha sido su realidad y que los medios no han contado. En el cuenta anécdotas,  confiesa que financió ilegalmente tanto a la UCD como a Alianza Popular en la época en la que era “empresario de transportes”; cuenta sus primeros años como contrabandista de alcohol, pastillas anticonceptivas, bacalao, tabaco americano o armas para el Estado; y también que conoció a Tejero, Jesús Gil, Franco, Fraga o Juan de Borbón, entre muchos otros. Sobre su actividad criminal, Oubiña defiende con vehemencia que él solo ha traficado con tabaco y hachís, una droga que "no hace daño a nadie", y cree que la única solución al narcotráfico es legalizar las drogas. Su libro, llega en contraposición del libro que publicó hace unos años Nacho Carretero, Fariña.Que alcanzó su mayor relevancia cuando el exalcalde de El Grove, Alfredo Bea Gondar lo denunció en enero de 2016 acusándo al autor y la editorial de injurias y calumnias que desencadeno en el secuestro del libro de marzo a junio de este año. Sobre Fariña, Oubiña dice que "es un corta y pega" de artículos de prensa de aquellos años, recortes que, confiesa, él tiene archivados en una carpeta. "Sólo había que meter la introducción y el prólogo", resume. Más enfadado esta con la serie basada en el libro, "está totalmente alejada de la realidad". De ella le molestan varias escenas, sobre todo la que muestra su detención en pazo de Baión. Ahora es Dmax quien reconstruye su historia en el documental Yo fui un narco, que ofrece en un doble capítulo que se emitirá entre hoy y mañana. https://twitter.com/DMAX_es/status/1062040986812116995   Si quieres conocer más sobre la vida del capo del hachís, puedes escuchar esta interesante charla con Alex Fidalgo en la que Laureano Oubiña transita por todos los estados mostrándose tan arrogante como emocionado cuando se toca el tema del fallecimiento de su esposa Esther Lago: Confesiones de un narco en Ivoox.