El fascismo se construye desde el silencio de los medios

Ayer se produjo un hecho de especial gravedad para la democracia española: serias amenazas de muerte a importantes cargos del Estado. La directora general de la Guardia Civil, María Gámez; el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y Pablo Iglesias, exvicepresidente del Gobierno y candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid por Unidas Podemos (UP) recibieron cartas con balas de Cetme (usadas en fusiles del Ejército Español y por el resto de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado) y amenazantes textos. Los principales diarios impresos del Estado no han sacado esta importantísima noticia en sus portadas, y la razón es sencilla: a los dueños de esas imprentas les interesa el auge del fascismo para poder mantener su posición de poder y privilegios. 

prensaFacha
El fascismo se construye desde el silencio de los medios

"Tienes diez días para dimitir. El tiempo de reírte de nosotros se terminó. Policía Nacional. Guardia Civil. El tiempo lo tienes en contra para los taponazos” (disparos en argot policial). Este es el texto que recibió el Ministro de Interior Fernndo Grande-Marlaska, en un sobre que incluía también dos cartuchos sin percutir del calibre 7,62 x 51. Similar a la carta recibida por Pablo Iglesias:

A pesar de la gravedad de los hechos, los principales medios impresos del Estado español no han sacado esta noticia en sus portadas, y en las televisiones se informa con una extraña neutralidad ante esta grave amenaza terrorista, como suele suceder cuando el terrorismo procede de los sectores más conservadores de la sociedad. Una prueba más de que el periodismo está secuestrado por el capital, quien lo utiliza a su antojo para moldear a la ciudadanía en su beneficio, con el consiguiente deterioro democrático y avance del fascismo. 

No es la primera vez

«No es la primera vez que sucede. Hoy también han recibido cartas amenazantes el ministro Marlaska y la Directora de la Guardia Civil. Amenazas y más amenazas para que dejemos de hacer política, y que cada vez van un poco más lejos», aseguraba Pablo Iglesias en sus redes sociales.

Tiene claro el ex vicepresidente quien es el culpable de que se llegue a estos extremos: «Esto es otra consecuencia más de la normalización y el blanqueamiento del discurso de odio de la ultraderecha. Esto es consecuencia de la normalización mediática de bulos y mentiras contra nosotros».

Relata Iglesias que es la «consecuencia de la impunidad«, al no haber ni un solo detenido por el atentado contra la sede de Podemos en Cartagena con un cóctel molotov. Tampoco le pasó nada al el ex legionario que disparó con fuego real contra fotos de los miembros del Gobierno «mientras se reía a cámara».

«No ha habido ninguna consecuencia para los militares retirados que hablaban de fusilar a 26 millones de españoles por rojos. ¿Cómo no van a sentir una impunidad absoluta como para enviarnos amenazas de muerte con balas de un fusil de asalto?», señala el candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid.