Los comportamientos de control hacia la pareja siguen presentes entre la juventud

Según una investigación del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, el 25% de los chicos percibe los celos como un comportamiento normal

Mircea Iancu
Según el Barómetro de Juventud y Género 2019, las actitudes de control entre las parejas jóvenes han aumentado ligeramente (MIRCEA IANCU)
Los comportamientos de control hacia la pareja siguen presentes entre la juventud

El porcentaje de jóvenes que percibe como normales comportamientos como "mirar el móvil de su pareja si piensan que le están engañando", ha aumentado del 14,5% al 16,5% en los últimos dos años. Este es uno de los datos que se extraen del Barómetro de Juventud y Género 2019. Identidades y representaciones en una realidad compleja, una investigación del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud FAD que se elabora cada dos años y que muestra una escasa evolución, incluso incremento en las afirmaciones que tienen que ver con pautas de control.

El porcentaje de chicos que piensan que es mejor que sus parejas se pongan la ropa que a ellos les agrada para evitar conflictos ha aumentado del 10 al 15% desde 2017. En cuanto a los celos, el barómetro también muestra datos que llaman la atención, como que el porcentaje de jóvenes masculinos que afirma que “es normal que existan ya que son una prueba de amor” se sitúa en el 25%. Hablamos siempre de chicos, porque estas pautas no se siguen en las chicas, ya que como norma general, el porcentaje de féminas que apoya estas afirmaciones ha disminuido notablemente.

Aunque las jóvenes no muestren tanto estas actitudes de control, el hecho de que se haya producido un aumento entre los chicos, deja claro que todavía hay mucho que hacer sobre todo en el ámbito de la educación y la enseñanza, para conseguir que poco a poco estos comportamientos dejen de verse como normales entre gran parte de la población masculina juvenil, como así lo afirma el vicepresidente de Santander España, Juan Manuel Cendoya, al hablar de las conclusiones de los resultados del informe.

“La igualdad de género es una demanda social. Se ha avanzado mucho pero todavía queda mucho por hacer. En todos los ámbitos. En las relaciones sociales, en el ámbito familiar, en el laboral… Los jóvenes son la mejor medida para ver si se está avanzando. Ellos son los adultos del futuro y si ellos no cambian, la sociedad no lo hará", Juan Manuel Cendoya, vicepresidente de Santander España.

Como ya os contamos el pasado mes de junio, las redes sociales están contribuyendo en gran medida al hecho de que muchos comportamientos que son denigrantes sean tratados como normales entre los adolescentes porque es lo que “está de moda” y porque ·"todos lo hacen”. Por seo, la mejor forma de evitar que estos comportamientos se generalicen como algo normal es mediante pautas educacionales bien estructuradas.
 

  • Discriminación entre géneros

Otro de los datos que se extrae del Barómetro Juventud y Género 2019 y que muestran que todavía queda mucho por hacer no solo para evitar los comportamientos de control, sino los de discriminación entre géneros en edades muy tempranas, es que “hasta 7 de cada 10 jóvenes entre 15 y 29 años se han sentido discriminados por algún motivo en su vida cotidiana” y de ellos y ellas, la mitad de las chicas ha padecido discriminación por género frente a menos del 20% de los chicos. Es decir, que aunque parezca que se ha avanzado mucho en el tema de la igualdad de género, las nuevas generaciones todavía siguen percibiendo discriminación en la sociedad y sobre todo las jóvenes.

“Las mayores tasas de discriminación las sufren las chicas, quienes señalan la calle (52,4%), el ámbito laboral (43,2%) y los bares, locales de ocio y otros tipos de servicios (33%), como principales ámbitos donde han percibido actitudes discriminatorias”, Barómetro Juventud y Género 2019.

Las chicas todavía se sienten identificadas en mayor medida que los chicos con situaciones de desigualdad en todos los ámbitos que han sido consultados por el barómetro, sobre todo en los que se refieren al ámbito laboral. El 61,6% de ellas considera que los salarios de las mujeres son peores o mucho peores que el de los hombres y el 56,2% también siente discriminación a la hora de optar a puestos de responsabilidad en el trabajo.

Si las chicas sufren mayor discriminación en la calle y en el ámbito laboral, los chicos también perciben segregación en las calles (29,1%) y en el trato con la policía (23,9%). Además, uno de cada dos hombres coincide en afirmar que la situación de las mujeres, en cuanto a salarios se refiere, es mucho pero que la de ellos.

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El lado bueno de todo esto es que la investigación muestra que los y las jóvenes ya no perciben con tanta frecuencia este tipo de situaciones discriminatorias como lo hacían en 2017. Así por ejemplo, el porcentaje de chicos que consideraban inaceptables “los piropos en la calle” era del 24,80% y en la actualidad son inadmisibles para el 36,8% de los jóvenes.

En el ámbito de los trabajos más apropiados para hombres y mujeres también se sigue percibiendo una diferencia entre sexos, ya que el 32,4% de los chicos y el 31,5% de las chicas piensan que es más apropiado para el género femenino un trabajo en el ámbito asistencial-sanitario, mientras que el 33,8% de los chicos y el 30,3% de las chicas ven como más apropiado para los hombres los puestos de ingeniaría.

  • Juventud más feminista

Cada vez son más los y las jóvenes de entre 15 a 29 años que se consideran feministas, ya que hace dos años el porcentaje de quienes afirmaban serlo estaba en torno al 35% y hoy en día se acerca al 50%. Gran parte de la responsabilidad de que esto sea así la tienen los movimientos como el 8M, que cada vez dan más visibilidad a las diferencias que existen entre ambos géneros y que hacen plantearse a la sociedad el interrogante de si vivimos o no en un mundo hecho a medida de los hombres.

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Aunque hay menos estereotipos y más conciencia con la igualdad, todavía existe entre la juventud una idea de feminidad y masculinidad muy unida a las tradiciones. Actos como vivir en pareja y tener hijos es uno de los objetivos de los jóvenes en ambos géneros, ya que el “70% de mujeres y el 66% de hombres imaginan un futuro con hijos”. Además, un 45% de los chicos piensa que el trabajo de las madres fuera del hogar puede resentir la vida familiar, frente a un 41,9% de las chicas que también tienen este pensamiento. Incluso un 32,6% de chicos y 22,5% de chicas, opina que la mayoría de las mujeres prefiere crear un hogar y tener hijos en vez de mantener un trabajo. Ideas todas ellas estereotipadas y basadas en ideas culturales tradicionales.

Free picture (Young  Mom  at  walk   children) from https://torange.biz/young-mom-walk-children-5621Un 32,6% de chicos y 22,5% de chicas, opina que la mayoría de las mujeres prefiere crear un hogar y tener hijos en vez de mantener un trabajo (ROYALTY FREE)

En cuanto a los ámbitos del éxito laboral y académico, los jóvenes los perciben como un tipo de presión social, que también están relacionados con los estereotipos que se manejan de la masculinidad y la feminidad. Las creencias sociales todavía ejercen mucha presión sobre la juventud, que en muchas ocasiones se siente oprimida por el “deber ser” masculino y femenino. En general las chicas todavía están muy ligadas a la imagen tradicional de la mujer que se basa en el esfuerzo, trabajo, responsabilidad, prudencia, ternura, sensibilidad y comprensión, mientras que la imagen de lo masculino se asocia con lo dinámico, activo, emprendedor, independiente, con la dependencia emocional, la superficialidad y la posesividad.

"A este respecto, persisten imágenes tradicionales sobre la feminidad y la masculinidad: a ellas se las considera más trabajadoras y estudiosas, inteligentes y responsables y prudentes y a ellos  más dinámicos, activos, trabajadores y estudiosos", Barómetro Juventud y Género 2019.

A pesar de todo esto, Eulalia Alemany, directora técnica de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción y responsable del estudio, ha valorado de manera positiva los resultados, asegurando que se está observando un cambio cualitativo muy importante en todos estos ámbitos.

“Los cambios sociales son costosos. Cambiar las actitudes y valores requiere mucho tiempo. Pero el 8 de marzo, el caso de La Manada, la movilización global… Han producido un cambio cualitativo, el discurso ya está ahí. Esto es ya una conversación para muchas personas y ahora toca ir a la raíz”, Eulalia Alemany, responsable del estudio.