¿Cuáles fueron las innovaciones pacíficas de la Gran Guerra?

¿Cuáles fueron las innovaciones pacíficas de la Gran Guerra?
La Primera Guerra Mundial dejó a las generaciones venideras algunos inventos inesperados, no relacionados con los asesinatos masivos. Conmemorando el centenario del fin de la guerra, también conocida como la Gran Guerra, recordamos algunas de las innovaciones, muy relevantes en la actualidad e incluso en nuestro día a día. Transfusión de sangre   Desde 1917, la transfusión de sangre comenzó a utilizarse ampliamente en los hospitales militares de todos los países en guerra. Tres descubrimientos habían precedido a la innovación: el que la sangre se divide en grupos incompatibles, pero definibles; el que una pequeña adición de citrato de sodio  previene la coagulación y el que la sangre puede almacenarse en un refrigerador. El 92% de los heridos británicos sobrevivieron debido, en gran parte, a las transfusiones de sangre. La Guerra Boer de 1899-1902 fue la última en la historia cuando las pérdidas sanitarias fueron superaron varias veces a las de los combates. Cirugía plástica El cirujano de Nueva Zelanda, Harold Gilles, quien sirvió en la guerra en el Ejército británico, comenzó a trasplantar la piel de pacientes de otras partes del cuerpo en las caras. Muchas veces Gilles pedía consultas a los escultores para devolver a los heridos y quemados, si era posible, el aspecto de antes. Después de la guerra el talentoso cirujano resumió su experiencia de primera línea en la obra capital "Cirugía plástica de la cara" y fundó la primera clínica de cirugía plástica del mundo. Prótesis de aluminio La primera prótesis de aluminio fue hecha en 1912 por el ingeniero británico Charles Desoutter para su hermano, un piloto aficionado, que había perdidi su pierna en un accidente de avión. Durante la Primera Guerra Mundial, empezó la producción masiva. Una prótesis de aluminio cuesta más que una de madera, pero pesa la mitad y sirve más tiempo. Bronceado artificial En 1916, el médico berlinés Karl Guldchinsky comenzó a tratar con una lámpara de cuarzo a los niños que estaban pálidos por la desnutrición y sufrían raquitismo y además, prescribío a sus  jóvenes pacientes tomar el sol en verano. Cuando se estableció empíricamente que el nuevo método fortalece los huesos, los niños de toda Alemania comenzaron a recibir tratamientos frente a las lámparas de cuarzo. Posteriormente, resultó que los rayos ultravioleta contribuyen a la producción de vitamina D en el cuerpo, lo que aumenta la absorción de calcio. Batas azules El cirujano francés de primera línea, René Leriche, sugirió vestir a médicos y enfermeras que participaban en cirugías con batas y gorros azules en lugar de blancos para separar el uniforme quirúrgico del resto y controlar mejor su esterilidad. Después de la guerra, el protocolo se extendió en todo el mundo. Algodón y compresas Antes de la Primera Guerra Mundial, para vendar a los heridos se usaba el musgo sphagnum, que tenía propiedades antibacterianas,  o se aplicaba la pelusa de tejidos blandos separada en fibras. Con el inicio de los combates el pellizcar la pelusa se convirtió en  la actividad más honrada patriótica para las damas seculares en todo el mundo. En 1914, la compañía estadounidense Kimberly-Clark patentó el algodón, que comenzó a ser suministrado masivamente a los hospitales de los países de la Entente. Las enfermeras apreciaron la novedad y comenzaron a usarla para otro propósito. Después de la guerra, la demanda de los apósitos disminuyó. En los almacenes de Kimberly-Clark se habaía acumulado una gran cantidad de algodón, que era necesario utilizar. En 1920, salieron a la venta las primeras compresas higiénicas de la marca Kotex. Estilo militar Los diseñadores de los años 20 se inspiraron en el estilo militar Los hombres y las mujeres comenzaron a imitar a los militares cuando estos dejaron de vestirse como pavos reales. Las principales diferencias del estilo militar son el color arena o verde oliva, los hombros extendidos y los bolsillos de parche. "Caqui" en hindi significa "polvoriento". Los británicos primero vistieron a los soldados de esta forma durante la guerra con los Boers. El Ministro de guerra francés, Eugène Etienne, dijo: "Los pantalones rojos son lo que representa el ejército francés!". Sin embargo, los rifles y las ametralladoras de fuego rápido de Maxim rápidamente le hicieron olvidar la tradición y la elegancia militar. Los alemanes no necesitaban nada más que apuntar justo por encima de la mancha roja. Los franceses también fueron a la guerra con los regimientos de Cuirassier, especialmente renombrados en los tiempos de Napoleón. Al principio, la deslumbrante coracina brillante, la belleza y el orgullo, no se enviaban a los almacenes, sino que se colocaban sobre una chaqueta sin mangas de color caqui. El comandante en jefe británico, Sir John French, fue el primero en vestirse con una chaqueta alargada con cuatro grandes bolsillos, así que la prenda ahora lleva su nombre. Luego se cosieron las chaquetas de servicio para los soldados, con un collar cerrado que no suponía el uso de la corbata. El revolucionario ruso Alexander Kerensky fue el primero de los políticos civiles quien se puso la  chaqueta guerrera, y fue el primero en usar un corte de soldado. Durante muchos años, Iósif Stalin también se vistió parecido hasta que se cambió la chaqueta por un uniforme de mariscal. Chaquetas de cuero La Primera Guerra Mundial puso a la moda las chaquetas de cuero, ya que en ellas no vivían piojos. Fueron importados a Rusia en gran número poco antes de la revolución, se quedaron en manos de los bolcheviques y se convirtieron en los uniformes no oficiales de comisarios y oficiales de seguridad. Después de la guerra, les apreciaron en todo el mundo por su belleza y comodidad. Incluso es sorprendente que esto no hubiera sucedido antes. La cremallera En 1913, Gideon Swindbeck, un sueco que había emigrado a Estados Unidos, patentó la cremallera. La industria textil no mostró ningún interés en ella, pero en la guerra la probaron  por marineros británicos y canadienses, al principio no en la ropa, sino en "cinturones de dinero" para obejos de valor pequeños. En la década de 1920, la diseñadora parisina Elsa Schiaparelli y la compañía Hermes prestaron atención a la novedad. La empresa comenzó a producir bolsos con cremalleras. A partir de 1937 se empezaron a utilizar para abrochar los pantalones de hombre. El paracaída Desde el comienzo de las batallas aéreas los militares recordaron los paracaídas, inventados hacía mucho tiempo. Por primera vez en la historia, el parisino André-Jacques Garnerin saltó de un globo el 22 de octubre de 1797. Él mismo, su esposa, la sobrina y sus estudiantes más tarde se ganaban la vida haciendo demostraciones de saltos en ciudades europeas. En 1912, el ruso Gleb Kotelnikov patentó una mochila paracaídas que se abría tirando el anillo de escape. En el verano de 1918, los paracaídas se utilizaron por primera vez no para el rescate de pilotos heridos, sino para una operación de aterrizaje. El comandante francés Evrard y dos de sus subordinados aterrizaron en la retaguardia alemana en las Ardenas, volaron el ferrocarril con los explosivos también cayeron en un paracaídas y regresaron a través de la línea del frente. Es cierto que sea discutible considerar si un paracaídas es una innovación pacífica. Fuera del ámbito militar el paracaídas se usa en ael deporte y para el aterrizaje de objetos de industria espacial. El reloj de pulsera Los relojes de pulsera con correa fueron diseñados para los pilotos de la Primera Guerra Mundial. Una manera rápida, conveniente y práctica de consultar la hora, pero, como muchos pensaron, era indigna y vana. El uso masivo del reloj de bolsillo con cadena llegó al declive solo unas décadas más tarde. La guerra también exigió una  mayor precisión  de los cronómetros de comandantes. La infantería tenía que empezar un ataque inmediatamente después de que la artillería se preparara. Si empezaban antes del tiempo,  les esperaba el fuego amigo; si se retrasaban, el enemigo tenía tiempo para recuperarse. Fue entonces cuando muchos idiomas incluyeron la expresión: "¡Cotejemos la hora!". Acero inoxidable   El metalúrgico Harry Brearly de Sheffield, por orden del ejército británico, estaba buscando una aleación resistente al calor para los barriles de artillería que no temiera el sobrecalentamiento y permitiera un aumento en la tasa de fuego. No logró el resultado deseado, pero descubrió accidentalmente que el acero con la adición de cromo es resistente a la corrosión. Mujeres soldadoras en el trabajo en una fábrica de acero, que reemplazan a los hombres llamados al servicio durante la Segunda Guerra Mundial. Horario de verano El 30 de abril de 1916, el Gobierno alemán ordenó a las 23 horas mover las manos una hora hacia adelante para aprovechar al máximo el día y ahorrar en iluminación. El 21 de mayo Gran Bretaña hizo lo mismo. El horario de verano se introdujo en Rusia en 1917, en América, en 1918. En los Estados Unidos y Alemania, el cambio horario se canceló después del armisticio, volvió a usarse durante la Segunda Guerra Mundial, se canceló nuevamente y se reintrodujo en relación con la crisis del petróleo a mediados de los años setenta. Bolsitas de té Poco antes de la guerra, el comerciante de Nueva York Tom Sullivan, que vendía té en bolsas de seda, metió una de ellas en agua hirviendo. Teekanne, una compañía de Dresde,  aprendió esta manera exitosa de almacenar y preparar té en condiciones de campo y comenzó a suministrar bolsas de té al frente, sustituyendo la seda con gasa. Los soldados llamaron a sus productos "bombas de té". El preservativo El preservativo fue inventado a mediados del siglo XVI por el médico italiano Gabriel Falopio, y no fue para controlar la natalidad, sino para proteger la población contra la sífilis. Sin embargo, durante más de trescientos años, el uso de anticonceptivos fue restringido por la religión y la moralidad. Desde el comienzo de la guerra, los alemanes fueron los primeros en suministrar condones a sus soldados y promocionarlos. El ejemplo del enemigo fue seguido por los franceses. Los británicos tardaron hasta 1917, hasta que el número de casos de enfermedades venéreas en el ejército superó los 400 mil. Cuando las tropas estadounidenses comenzaron a llegar a Europa en octubre de 1918, los franceses emitieron la recomendación  que los soldados aliados usaran preservativos y burdeles con licencia. El secretario de Guerra de Estados Unidos, Newton Baker, estaba horrorizado: "Dios mío, si el presidente [Woodrow Wilson] se enterara de esto, ¡ordenaría que todos vuelvan a casa de inmediato!" Después de la guerra, la represa del puritanismo en los países civilizados cayó, aunque algunas restricciones a la venta y publicidad de condones persistieron hasta la década de 1960, mientras que la Iglesia Católica los sigue condenando hasta el día de hoy.